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Blake Griffin encarna el rol de veterano en la NBA como muy pocos

En su día fue una de las caras de la liga, pero ahora asume su rol al fondo del banquillo hasta que es su momento de brillar. Y eso nadie lo hace mejor que el 'Cyborg'.

Blake Griffin encarna el rol de veterano en la NBA como muy pocos
Alejandro Gaitán

Alejandro Gaitán

En su día, Blake Griffin fue uno de los rostros de la NBA. Llegó a la liga como primera elección en el draft de 2009, fue el mejor novato tras perderse un año entero por lesión y todavía como jugador de primer año fue elegido para el All Star y ganó el concurso de mates del All Star saltando por encima de un coche. Los Clippers, con la llegada de Chris Paul, tenían un 'Big Three' para competir y a un entrenador con experiencia, pero la gente quería ver a Blake. 

Lob City, así fue apodado el equipo californiano por los alley-oops constantes al pelirrojo. Sus mates eran habituales en todos los telediarios nacionales y su estilo de juego daba la vuelta al mundo. Todo era perfecto, pero aquellos Clippers nunca consiguieron pasar de segunda ronda en los playoffs. El proyecto fracasó y la franquicia mandó a Blake a Detroit, donde no hace calor ni la prensa del mundo se interesa por ti. Abandonado, afectado por varias lesiones graves y con 31 años de edad, era momento de reconvertirse.

En Michigan, Griffin se convirtió en un jugador total. Un líder, con tiro exterior, creación de juego. Dejó de ser una máquina de highlights y pasó a ser un jugador de baloncesto. En año y medio en los Pistons anotó más triples que en siete campañas en Los Ángeles. Fue un referente en el vestuario y Brooklyn preguntó por él. Porque tras tres años en Detroit, Blake había dejado de ser una estrella de la NBA: ahora era un veterano y como la liga le iba a percibir en el futuro, cambiaba drásticamente. 

Doble veterano

En la NBA hay dos tipos de veteranos. El más habitual se denomina ring chaser, o perseguidor de anillos. El jugador que, sin haber ganado un título en su carrera y en los años finales de su vida deportiva, busca un campeonato NBA. La manera más fácil de conseguirlo es firmando por franquicias con opciones. Dos ejemplos son los Warriors de 2017, cuando firmaron a Zaza Pachulia o David West, o los Lakers de 2020, con Dwight Howard o Jared Dudley. Pueden aportar más o menos, pero quieren el anillo.

El segundo tipo son los que ya tienen el título y vienen a ayudarte a ganarlo. Tienen la experiencia, lo que le falta a una franquicia joven, y son más de cara al vestuario que en la pista. El ejemplo eterno es Udonis Haslem, quien lleva tres anillos en Miami y sigue enseñando a los que no tienen uno a ganar, pero hay más. La vuelta de Iguodala en Golden State, la llegada de Serge Ibaka a los Bucks o el propio Howard en Philadelphia un año después de ganar el título en la burbuja.

Blake Griffin no es campeón, nunca ha ganado el anillo y lo más cerca que ha estado ha sido un séptimo partido de semifinales de conferencia. En verano firmó por los Celtics pensando que son su mejor opción, pero su rol hasta ahora ha sido el de veterano con experiencia. Desde el primer día ha sabido acercarse a las piezas apropiadas, Jaylen Brown, Jayson Tatum, Marcus Smart, los jugadores más importantes. Ellos tres han jugado más partidos de las NBA Finals que Blake, quien sueña con hacerlo esta temporada, pero su llegada ha sido clave.

Ayer volvió a ser titular en Toronto sin Horford y fue una pieza insustituible en la victoria. Los últimos tres puntos de Boston tuvieron su firma y dejó otro mate para los más nostálgicos que solo recuerdan al 'Cyborg'. "Hago lo que me pide el entrenador", explicaba a la prensa después del partido. "No necesito que me dé explicaciones cada día, sé cuál es mi rol, sé a lo que he venido". Joe Mazzulla, el entrenador de los Celtics es siete meses mayor que Blake y fueron rivales en la universidad.

"En el último mes, me he sentido muy bien, he tardado un poco en estar a punto, pero estoy listo", explicaba en el vestuario. Y sonreía al ser preguntado por el mate. "Voy a hacer un mate así por partido para que me dejen de preguntar sobre ello, todavía puedo hacerlo". Porque sí, es un veterano y quiere ganar su primer anillo. Pero Blake todavía tiene 33 años y mucho baloncesto por delante.