Brittney Griner deja atrás el calvario de su detención y vuelve a jugar un partido 469 días después
"No pensé que volvería a estar aquí", aseguró la pívot tras su primer partido con las Phoenix Mercury en la pretemporada de la WNBA.
No era un amistoso más. Ni siquiera un partido de preparación que sirva para tomar apuntes de cara a la temporada que comenzará el próximo 19 de mayo. En el choque que enfrentó a las Phoenix Mercury y a las Sparks de Los Ángeles el resultado (90-71 para las californianas) era lo de menos. El foco tenía nombre y apellido propios. Los mismos que mantuvieron a todo el baloncesto estadounidense, y a la diplomacia del país norteamericano, en vilo durante meses.
Brittney Griner volvía a vestirse de corto. Habían pasado 469 días desde que la pívot texana disputó su último partido de baloncesto. Fue el 29 de enero de 2022, en un encuentro en la liga rusa frente al KSC Szekszard en el que la estadounidense terminó con 15 puntos y 1 rebote antes de lesionarse. Dieciocho días más tarde, Griner era arrestada en el aeropuerto de Moscú y comenzaba un calvario que duraría 10 meses.
Ese fue el tiempo que pasó desde que Grinner fue detenida en el aeropuerto de la capital rusa hasta que puso un pie en Estados Unidos, liberada tras ser intercambiada por Viktor Bout, el traficante de armas conocido como 'El mercader de la muerte' que cumplía una condena de 25 años de cárcel en Estados Unidos.
La doble campeona olímpica había sido condenada a nueve años de prisión en Rusia después de ser detenida en el aeropuerto de Moscú, cuando intentaba salir del país con aceite de cannabis. Ella siempre reconoció los hechos, pero aseguró que no tenía intención de infringir ninguna ley. A pesar de ello, un tribunal ruso la declaró culpable y comenzó a cumplir una condena que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, calificó como "inaceptable".
"No pensé que estaría jugando baloncesto tan rápido. Incluso a la hora de regresar a la cancha, no sabía cómo iba a volver a entrar"
Jugadora de las MercuryEn ese momento el presidente de Estados Unidos puso en marcha la maquinaria diplomática, pero todo fue más lento de lo esperado. La guerra en Ucrania ralentizó la operación y eso provocó el traslado de Griner a la Colonia Penal Femenina IK-2 en Mordovia, una de las prisiones más duras del país donde la jugadora de la WNBA vivió un infierno. Hoy todo eso ya es parte del pasado
"No pensé que estaría sentada aquí", dijo tras su primer partido en más de un año. "No pensé que estaría jugando baloncesto tan rápido. Incluso a la hora de regresar a la cancha, no sabía cómo iba a volver a entrar. Quiero decir, estoy agradecida de estar aquí seguro. Tenía mucho que asimilar. No quería dar por sentado lo que ha pasado hoy", aseguraba tras saltar a la cancha.
Griner fue titular en su primer partido de vuelta con las Mercury. Disputó 17 minutos en los que tuvo tiempo para anotar 10 puntos (2 de 5 en tiros de campo y 6 de 8 en tiros libres) y tres rebotes. Números que en este caso son lo de menos, pero que sirven para que la jugadora recupere las sensaciones que un día tuvo en la cancha.