El drama de los Pelicans: de candidatos al anillo a estar fuera de playoffs
Las ausencias de Brandon Ingram y Zion Williamson han dinamitado las opciones de competir de la franquicia de Luisiana.
A la hora de hablar de fracasos en la temporada NBA, muchos apuntaban a unos Lakers que siguen creciendo desde el deadline, Golden State, que tiene uno de los peores récords de la NBA o incluso Miami, finalista en el Este y ahora luchando por evitar el play-in. La lista es más larga y puede incluir a Clippers, Atlanta Hawks o incluso a Detroit, del que se esperaba mucho más que ser el peor equipo de la NBA. Pero nadie puede olvidar a los Pelicans, porque en cuestión de tres meses han pasado de liderar la Conferencia Oeste a estar fuera de los puestos de play-in.
La noche del siete de diciembre los Pelicans vencían a Detroit en New Orleans y conseguían la primera posición de la conferencia Oeste con un récord de 16-8, el tercero mejor de la NBA. Mantuvieron el liderato en solitario durante casi una semana, hasta el 12, y cinco días más tarde caían a la tercera posición con una derrota en Phoenix, la tercera consecutiva. Desde entonces, las lesiones y los partidos perdidos han sido el único común denominador de un equipo que llegará al lunes duodécimo. Una caída de once posiciones en apenas tres meses donde ni Brandon Ingram ni Zion Williamson, las dos estrellas de la franquicia, han podido jugar en exceso.
El caso más grave es el del segundo. Su último partido fue el 2 de enero, el único en este 2023 tras haber jugado 29 de los 37 primeros. Desde entonces se ha perdido 30 encuentros consecutivos y 38 en toda la temporada. Con Williamson sano el equipo tuvo un récord de 17-12 (58.6% de victorias), al nivel de Memphis o Sacramento esta campaña. Sin su estrella y referencia, que fue incluso All Star, un 15-23 (39.4% de triunfos), sin opciones de pelear por los playoffs en ninguna de las dos conferencias. Y seguirá un tiempo de baja.
La situación con Brandon Ingram es similar. Ha jugado dos partidos más que su compañero, 31, y se perdió 29 consecutivos entre finales de noviembre y finales de enero. Los Pelicans, al contrario que con su otra estrella, tienen un mejor récord sin Ingram (18-17) que con él (12-17), pero el principal motivo es que cuando el alero espigado no estuvo disponible, sí lo estaba Zion. Han jugado solo doce partidos juntos, pero en los 241 minutos que se han podido combinar, tienen un net rating de +15.3 por 100 posesiones. Si añadimos a CJ McCollum a la combinación, son 172 minutos y +16.5. Con todos sanos, eran equipo de playoffs sin ninguna duda.
Pero la realidad ha golpeado de nuevo al proyecto de New Orleans, que está lejos de los candidatos, pese a luchar contra ellos. Le ganaron a los Nets de Durant y Kyrie, a Golden State dos veces, pero una vez perdieron a sus referentes, los Pelicans son uno de los peores equipos de la NBA. En 2023 son el quinto peor ataque de la competición y la undécima peor defensa, y su récord, 9-22, es el cuarto peor de la liga. Números imposibles para luchar por los playoffs. Llegaron a encajar diez derrotas consecutivas, algunas ante equipos como Orlando o Washington. Mientras Willie Green sigue peleando con la rotación.
Por las lesiones, hasta quince jugadores han disputado al menos 19 partidos, pero Willy Hernangómez ha sido su principal víctima. El MVP del último Eurobasket ha jugado solo 33 encuentros, saliendo dos veces de titular la pasada semana y al siguiente encuentro quedándose sin jugar un segundo. Demasiados problemas y no ha sabido Green encontrar una solución para unos Pelicans que en tres meses han pasado de candidatos a gran fracaso de la temporada.