LeBron traspasa la última frontera junto a su hijo Bronny, mientras los campeones Celtics rozan la perfección

En el deporte, en muchas ocasiones, el campeón empieza su defensa del título con derrota. Hastiado de ganar, repleto de orgullo y confiado en su superioridad, el candidato de turno sorprende al favorito. En Boston ha pasado lo contrario. Los Celtics han llegado al primer partido de la temporada mejor aun de lo que cerraron las finales en junio, a un nivel pletórico, con un acierto histórico y en un partido que por tres periodos ha rozado la perfección en ataque. Con Jayson Tatum recuperado de cualquier crisis de tiro, Jaylen Brown recordando que fue el MVP de las finales y un quinteto titular demoledor, ha pasado por encima de los New York Knicks, que llegaron a Boston como candidatos y se van con más preguntas de las que traían en la maleta.

Porque los nuevos Knicks no pudieron ni toserle al campeón. Aguantaron seis minutos antes del primer parcial que rompía el partido, un arreón de Tatum con la segunda unidad. El flamante campeón olímpico se fue a los 37 puntos y 10 asistencias, metiendo 8/11 en triples y 4 rebotes en el primer partido de la temporada. Ninguno de los defensores de New York, que han llegado al Madison Square Garden para frenarle, supieron cómo en una versión mucho más anotadora y fluida en ataque. A su lado, Derrick White (24 puntos, 4/6 triples) y Jaylen Brown (23 puntos, 5/9 en triples). Porque sí, volvieron los Celtics que hacen llover triples como agua de mayo.

Al final del primer cuarto habían metido 10 triples y la ventaja era de 19 puntos. Al descanso, todavía con 19 puntos de diferencia, ya eran 17 los lanzamientos de larga distancia y un acierto por encima del 53%. Metieron nueve de los 13 que tiraron en el tercero, llegaron a mandar por 30 y la noche parecía que iba a ser histórica. Con nueve minutos igualaron el récord de más triples anotados en un partido, con 29, que controlan los Milwaukee Bucks desde 2020. "La NBA debería hacer un test antidoping a todos ellos" bromeaba Josh Hart, alero de los Knicks. Y tras el 29, Joe Mazzulla mandó a los suplentes a pista para romper la cifra y fallaron trece consecutivos, todos. No pudieron quedarse con la marca en solitario y se quedaron en solo 29.

Se pueden rescatar buenas noticias para los Knicks pese a la paliza, cuya diferencia llegó a ser de 35 puntos (128-93) antes de que los Celtics fallaran los trece triples seguidos. Mikal Bridges, a quien se le ha analizado la nueva mecánica de tiro hasta la saciedad, metió siete de sus ocho tiros en el segundo tiempo tras empezar con un 0/5. O la aparición de Miles McBride desde el banquillo, con 22 puntos, los mismos que Jalen Brunson, en apenas 10 tiros a canasta. Poco más de una noche para el olvido, la primera de los 82 partidos. Una que quedará para la eternidad en la historia de los Celtics.

Faltaban cuatro minutos para el descanso cuando LeBron James se preparaba para volver a pista. A su lado, sentado en la mesa de anotadores, estaba su compañero de equipo e hijo, Bronny James, listo para hacer historia. Los dos James entraban a pista con 51-35 en el marcador para los Lakers y una imagen que ya está grabada en el colectivo histórico de la NBA. Duró poco más de dos minutos y medio la situación, con Ken Griffey y su hijo en la grada como espectadores de lujo, los únicos en repetir el hito en la MLB. Bronny tuvo tiempo de fallar dos tiros, bajar un rebote ofensivo y ver en primera persona un mate descomunal de LeBron antes de volver al banquillo con 1:19 para el descanso. No volvió porque había un partido que ganar.

Aquí la presión, como hace cinco años, recae sobre LeBron James y Anthony Davis. El pívot dominó a placer en una pintura, la de Minnesota, que echó en falta a Karl-Anthony Towns. Se fue con 36 puntos y 16 rebotes, superando a Rudy Gobert a placer y dominando ambos lados de la pista. A su lado, LeBron James con 16 puntos, superado solo por Rui Hachimura y los 18 que anotó el japonés con un +19 en pista. Y por primera vez desde 2016, los Lakers ganan su primer partido en la Opening Night, algo poco habitual en la era James.

Delante, Anthony Edwards (27 puntos) fue el mejor y único recurso de unos Timberwolves que necesitarán tiempo para adaptarse al nuevo proyecto, sin Towns y con un Julius Randle que se quedó en 16 puntos. Paciencia para Minnesota, que la necesitarán.