Los 20 centímetros que cambiaron el legado Jordan: "Michael habría sido conocido como el hermano de Larry"

Hablar de Michael Jordan es hacerlo de uno de los mejores jugadores de la historia del baloncesto. Una carrera llena de éxitos con seis anillos de la NBA con los Chicago Bulls, cinco premios MVP y dos medallas olímpicas (Los Ángeles 1984 y Barcelona 1992). Además de sus logros deportivos, 'His Airness' es una figura de la cultura pop y ha marcado una era en la historia de la moda con su marca de zapatillas Jordan.

Un jugador que desprendía un aura diferente a todos los demás deportistas. "Dios ha vuelto a disfrazarse de jugador de baloncesto", rezaba Antoni Daimiel, la voz de la NBA en España, después de que Michael lograra encestar el legendario 'last shot' ante los Utah Jazz en las Finales de 1998. Jordan era la máxima figura del deporte a nivel global.

Una carrera basada en el esfuerzo y la competitividad, a menudo excesiva, que cuenta con una persona fundamental que poca gente conoce. Habitualmente, se menciona a James Jordan, padre de Michael, como la clave en el éxito del '23' de los Bulls. Pero, más lejos de la realidad, una rivalidad en el patio de casa de los Jordan marcó ese carácter de Michael.

La biografía del jugador escrita por David Halberstam relata los comienzos de Michael Jordan en el baloncesto y la importancia de su hermano mayor, Larry Jordan. Según creían amigos del instituto y la universidad, la feroz competitividad del seis veces MVP de las Finales proviene de los duelos que mantenía con Larry en el patio de casa. Este poseía mucha fuerza física, talento deportivo y ambición, pero la altura (únicamente llegaba al 1,72) fue una losa imposible de superar.

"Era un atleta de los pies a la cabeza. Recuerdo la primera vez que lo vi, era un joven más bien bajo, increíblemente musculoso, con un cuerpo más apropiado para el fútbol que para el baloncesto. El momento que lo vi supe de donde provenía el ímpetu de Michael Jordan", comentaba Doug Collins, entrenador de MJ en los Chicago Bulls.

Por su parte, Clifton Herring, entrenador de ambos en el Instituto Laney de Wilmington situado en Carolina del Norte, señaló que con 20 centímetros más la historia hubiese sido completamente diferente. "Larry estaba tan motivado y era un deportista tan competitivo que, si hubiera medido 1,90 y no 1,72, estoy seguro de que Michael habría sido conocido como el hermano de Larry".

Michael constantemente se comparaba con su hermano. El patio trasero de la casa de la familia Jordan era testigo de la encarnizada rivalidad entre ambos hermanos. Duelos que siempre vencía Larry, dos años mayor, hasta que Michael creció 12 centímetros en un verano para hacerse con el trono del hogar y, posteriormente, de la NBA. Unos enfrentamientos que, junto al afecto que sentía por su hermano mayor, motivaron a Michael para mejorar cada día.

"Michael quería mucho a Larry y hablaba constantemente de él: lo reverenciaba de veras. No obstante, aunque Michael llegó mucho más alto que Larry como deportista, nunca dejó que eso afectara al cariño que sentía por su hermano. Su conexión emocional y el respeto que sentía por su hermano eran muy fuertes. Cuando su hermano estaba cerca, se olvidaba de su creciente fama para actuar simplemente como un afectuoso y cariñoso hermano menor", desvelaba David Hart, compañero de habitación de Michael en Chapel Hill.

El propio MJ confesó que su hermano había sido su inspiración. "Cuando me ves jugar, ves jugar a Larry. No creo que, desde un punto de vista competitivo, estuviera aquí sin los enfrentamientos con mi hermano. Mi determinación se hizo aún mayor para ser tan bueno, si no mejor, que mi hermano", decía Michael en 'The Last Dance'.

Una rivalidad que tendría su final con una pachanga improvisada en aquel patio que albergó un sinfín de encuentros entre ambos. Consagrado como la mayor figura de la NBA, 'His Airness' vaciló a Larry en aquel último duelo fraternal. "Limítate a recordar que nombre llevas en las zapatillas". Esa frase fue el triunfo final de Michael Jordan.