Las llamas de las que salieron los Milwaukee Bucks hasta la Copa y convertirse de nuevo en candidatos
Los Bucks arrancaron la temporada con un récord de 2-8 y con rumores de salida de Antetokounmpo. Desde entonces son uno de los mejores equipos de la NBA

Del equipo que arrancó la temporada 2-8 queda solo el nombre y el recuerdo. Las críticas, algunas durísimas, las dudas, sobre el entrenador y la plantilla, e incluso los rumores que llegaron a sonar sobre un posible traspaso de Giannis Antetokounmpo han quedado atrás. Tan atrás, a principio de noviembre, que parecen de otra época, de otra temporada. Estos Bucks son el mismo conjunto, la misma plantilla, el mismo entrenador y al mismo tiempo, un equipo totalmente distinto al que se vio los primeros 20 días de competición. "Necesitábamos tiempo" dijo en su momento Doc Rivers. Pasó el tiempo y le dio la razón. Y más aún, les dio el primer título de la temporada.
Los Bucks son campeones. Cerraron, en la noche de Las Vegas, el camino perfecto hasta alzarse con la Copa NBA. Siete triunfos en siete duelos, primero de grupo y deshaciéndose de Orlando Magic, Atlanta Hawks y del favorito, Oklahoma City Thunder en la gran final. Tuvieron al público del T-Mobile Arena las dos noches en contra, y nada importó. Porque ahora pueden contra viento y marea. Llegaban como un camión sin frenos, por velocidad, a la final, pero con la ventaja de saber que Giannis manejaba el volante. Difícil perder con alguien jugando a un nivel sideral. "Trabajo hecho" reía el griego en el camino de vuelta a vestuario, con la gorra de campeón y la medalla en el cuello.
Porque hay motivos para celebrar. La Copa es un banner que colgar, un premio del que presumir, pero el verdadero logro es haber ganado 13 de los últimos 16 partidos, aunque solo 12 cuenten para la temporada regular. La final es extra. Es haberse colado en el top-10 de ataque y defensa en el último mes, es haber resucitado a piezas que se creían extintas bajo el estilo de Doc Rivers. Son el equipo que mejor tira a canasta desde el triple, con un 40.9% desde que le dieron la vuelta a la temporada. Llegaron a enlazar seis derrotas seguidas, a caer en Charlotte y Brooklyn. Ahora son campeones.
"Le podemos ganar a cualquier equipo" decía Doc Rivers cuando le preguntaban por las lecciones aprendidas. El viernes es la primera prueba, visitando la pista del mejor equipo de la NBA, los Cleveland Cavaliers. Una de las claves es tener, como viene pasando la última década, a Giannis Antetokounmpo. El griego se mantuvo calmado durante la tempestad, sin exigencias y humilde. Se reunió con Damian Lillard, las dos estrellas del equipo, y asumieron responsabilidad: si ellos ponían algo más de su parte, dejaban los egos y movían el balón, el resto saldría solo. "Creía en mí mismo, creía en nosotros" decía el griego. Y no entró el pánico.
Rivers, Lillard y Giannis, los tres coincidían en ello. "El nivel de pánico estaba en cero aquí" explicaba el entrenador. El mundo parecía en llamas, pero en Milwaukee confiaban en poder darle la vuelta a la situación. "El año pasado conseguimos muchos triunfos en temporada regular, sabíamos que íbamos a conseguirlo tarde o temprano", decía Lillard. Ya lo han hecho, ya le han dado la vuelta. Milwaukee es quinto del Este, a partido y medio del tercero y un mundo de distancia del top-2. El objetivo es el factor pista y luego soñar con cualquier cosa. "Estamos aquí" amenaza al mundo Giannis. El efecto de haber ganado la Copa.