Damian Lillard y Mac McClung, héroes en los concursos del All-Star

Sábado por la noche significa concursos en el All-Star, y Utah estaba preparada para ver a los mejores. De menos a más, el torneo de habilidades iba a abrir la velada con tres equipos, un Jrue Holiday haciendo de Giannis Antetokounmpo y un favorito claro para el público: el equipo local. Los novatos se llevaron la prueba de velocidad, los jugadores de Utah ganaron el concurso de pase y el último escollo decidiría el ganador. Otra vez, Jordan Clarkson, Walker Kessler y Collin Sexton hicieron valer el factor pista y, para alegría de la afición, se llevaron el primer concurso de la noche. Y solo era el aperitivo de lo que faltaba por llegar.

Por participantes, el plato fuerte de la noche del sábado era el concurso de triples. Pese a no poder contar con Steph Curry o Klay Thompson, candidatos como Jayson Tatum, Buddy Hield, Tyler Herro o Kevin Huerter salían como favoritos. Ninguno de ellos pudo hacerle sombra a Damian Lillard, que fue el segundo mejor en la primera ronda, anotando 26 puntos, y se quedó con la mejor marca en la serie por el premio con otros 26 tantos. A su favor, los balones extra situados a más de ocho metros, especialidad marca de la casa de Dame, que en su tercera participación por fin consiguió levantar el trofeo. Y eso que no venía con la mejor marca.

Fue Tyrese Haliburton con 31 puntos (de 40 posibles) el líder en la primera ronda, por delante de Lillard y Hield, los otros finalistas. Muy lejos quedaron Kevin Huerter con ocho puntos, Julius Randle con trece o Tyler Herro con 16. Dos de ellos, especialistas que decepcionaron; en el caso del jugador de los Knicks, reemplazo de última hora por Anfernee Simons.

En la final, Haliburton fue el último en tirar y sabía qué marca necesitaba para ganar, pero se quedó muy lejos, en solo 17, y la corona como mejor triplista de la NBA se la lleva el jugador de los Blazers, que la estrenará esta misma noche en el All Star. Sucede en el trono a Karl-Anthony Towns, ganador en Cleveland hace un año.

  

Y la noche la cerraría un concurso de mates sin grandes nombres y con la baja de última hora del gran favorito, Shaedon Sharpe. Entre Mac McClung, Trey Murphy III, KJ Martin y Jericho Sims saldría el nuevo rey del mate, y el concurso no defraudó. Desde el principio McClung sobresalió abriendo la prueba con un 50, perfecto, saltando por encima de dos personas en el primer intento y un 49.8 en el segundo. Solo Murphy, jugador de los Pelicans, y con ayuda de José Alvarado, se acercaba (46.6 y 49.4) para verse las caras en la final.

Y fue un auténtico paseo del nuevo jugador de los Delaware Blue Coats, el equipo afiliado a Philadelphia en la G-League. Cada mate mejor que el anterior, McClung solo consiguió 50 de un jurado que estaba tan enloquecido como los jugadores NBA en la primera fila o el público. Tras varios años de concursos fallidos, su inventiva y muelles recuperaron la esencia del que ha sido siempre la cara del sábado en el All-Star. El último mate, para cerrar la victoria, un salto de 540 grados a aro pasado con la celebración de Vince Carter: it's over.

  

Su exhibición fue un reclamo para el concurso y un llamado al pasado, a las mejores noches del All Star, en las que los mates eran la joya de la corona y el mayor reclamo para encender el televisor a altas horas de la madrugada. Un jugador con contrato dual ha sido la cara de la NBA por una noche, pero qué noche ha regalado McClung al planeta.