Así se fraguó el conflicto que acabó con Luka Doncic fuera de Dallas: ni cuidándose, con teorías conspiranoicas y un claro responsable
Un artículo de ESPN revela los entresijos de una marcha que se cocinó a fuego lento, a base de desconfianzas.

Pocos aficionados de la NBA y, especialmente, de los Dallas Mavericks olvidarán más pronto que tarde lo que ocurrió el 2 de febrero de este 2025. Un día histórico en la historia reciente de la liga, que sufrió un sismo de proporciones bíblicas cuando por sorpresa se anunció que Luka Doncic sería traspasado a Los Angeles Lakers. El esloveno fue sacado a la fuerza de la ciudad que lo acogió en su búsqueda del sueño americano, rompieron su corazón y más tarde se vengaría por lo que todo el mundo sabe que fue una salida forzada, en ningún caso deseada ni tanteada por el jugador.
A día de hoy se sigue tirando de la manta de dicho traspaso, a través de voces americanas que conocen el día a día de Dallas como el de su propia casa. En su nuevo artículo para ESPN, Tim Cato expone con pelos y señales todos los roces y desencuentros que llevaron a la franquicia tejana a tomar una decisión tan drástica como sacar a su piedra angular del equipo.
Para empezar y como contexto, ubica en su historia a Nico Harrison (directos general de los Mavs y el principal señalado en la operación) como un hombre tremendamente controlador cuya única intención es la de rodearse de colaboradores obedientes, sin oposición a sus ideas. Sin ir más lejos, termina apartando de su núcleo duro a Dirk Nowitzki, absoluta leyenda de la franquicia y que, según el artículo, apenas ha visto dos partidos del equipo en directo desde la marcha de Doncic. Antes de su distanciamiento, Nowitzki era consejero de Mark Cuban, quien en el momento de la venta del equipo trató de acercarse lo máximo posible a la toma de decisiones, cosa que, por obra de Harrison, no ha terminado ocurriendo.
El detonante principal de la desestructuración fue el despido del mítico fisio Casey Smith, con caché suficiente gracias a su paso por la selección de Estados Unidos y sus dos décadas de carrera en los Mavs para ser considerado intocable. Insuficiente para Harrison, que detectó su cercana relación con Doncic (antes la tuvo con Nowitzki) y se lo quitó del medio. "Harrison se sentía amenazado por él, al 100 por 100. Tenía que demostrar que allí mandaba él y que nadie podía cuestionar eso", aseguran anónimamente desde las entrañas del equipo a ESPN sobre el despido de Smith. Un despido que, por si no fuera poco, fue comunicado mediante una videollamada mientras el trabajador cuidaba de su madre, en estado grave, en Ohio. Harrison defendió esta y otras muchas cuestiones más ante un selecto grupo de periodistas con los que se reunió con la condición de que la conversación no fuese grabada.
Con la salida de Smith, Doncic se rodeó de los 'suyos' para poner remedio a la cuestión que más en tela de juicio lo ha puesto en toda su carrera: su forma física. Reclutó a Javier Barrio Calvo, del Real Madrid, y Anze Macek, de Eslovenia, para ayudarle en una puesta a punto que tuvo sus frutos la pasada temporada (fue el jugador con más minutos jugados de la pasada liga, 3.524, evitando sus inherentes lesiones). Harrison, sin embargo, desconfió plenamente de la preparación y profesionalidad de su jugador franquicia, al que está prohibido olvidar cómo Michael Finley arrancó una cerveza de la mano en plena celebración.
Michael Finley steals Luka Doncic's beer pic.twitter.com/1frJRs0bxM
— X Lounge (@xlovnge) May 31, 2024
Harrison, además detectó que Doncic engordó incluso en los últimos compases de la lucha por el anillo de 2024, cosa que fue apagando su paciencia hasta tocar su límite en los meses iniciales de la temporada 2024/25. Después regresaron las lesiones. Se perdió la pretemporada por una lesión muscular, un tiempo de recuperación en el que el esloveno se dice que añadió unos cinco kilos y medio a su báscula. Ya recuperado, el director general se mantuvo firme en su creencia de que el jugador y su entorno se inventaron una lesión de muñeca para ganar tiempo de puesta a punto. Eso colmó el vaso.
La tensión por el estado de salud fue creciendo hasta el punto de tener lugar repetidas reuniones en tres Nico Harrison, Javier Barrio Calvo (fisio de confianza de Doncic) y Johann Bilsborough (hombre al frente del equipo físico de los Mavericks) en las que el consenso fue nulo para encauzar al camino del esloveno. Y, finalmente, su última lesión lo empujó al avión con rumbo a LA. En el partido de Navidad, Doncic sufre su cuarta lesión de gemelo en dos años y medio, para cuya recuperación Dallas estimó que serían necesarias dos o tres semanas, como máximo. El entorno del jugador pidió el doble y evitó que Luka viajara constantemente con el equipo para centrarse en su rutina de dobles sesiones de recuperación. Se estimó su vuelta el 8 de febrero, pero no ocurrió.
Harrison, además, no cree que esto fuese fortuito. El jugador habría forzado aun teniendo molestias (llegando a cambiar sus mecanismos de apoyo) a pesar de salir tocado a mediados de diciembre ante Golden State Warriors. Decidió seguir y su cuerpo dijo basta. "Lo siguiente que supieron de Harrison en el entorno de Doncic fue cuando les avisó de que había cerrado un traspaso a los Lakers que llevaba semanas negociando en secreto", sentencia el extenso artículo sobre cómo se gestó el distanciamiento y ruptura final del matrimonio que parecía que no tendría fin.
Hasta el día de hoy, se palpa el arrepentimiento en Dallas por este histórico movimiento... llegando incluso hasta el despacho del mismísimo Nico Harrison. El equipo, construido alrededor de Doncic, se derrumbó con su marcha con una oleada de lesiones y malos resultados que lo han terminado apartando de los playoffs. En su última rueda de prensa, Harrison empatizó con los aficionados de los Mavericks, que lo han puesto en el centro de la diana: "Sabía que Luka era importante para la afición pero no sabía hasta qué punto". A pesar de quitarle a los fans al 'niño de sus ojos', Harrison no ha sido despedido por los dueños de la franquicia, una decisión que ha razonado alegando que ha hecho "un muy buen trabajo".