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La expansión de la NBA que puede llevar un equipo a Ciudad de México

La capital mexicana tiene un equipo en la liga afiliada, los Capitanes, y se postula como la primera expansión fuera de Estados Unidos y Canadá.

Un lance del partido entre Memphis Hustle y Capitanes Ciudad de México. /JAIME LÓPEZ/JAM MEDIA/GETTY IMAGES
Un lance del partido entre Memphis Hustle y Capitanes Ciudad de México. JAIME LÓPEZ/JAM MEDIA/GETTY IMAGES
Alejandro Gaitán

Alejandro Gaitán

En diciembre de 2019, lo que se siente como hace décadas y todavía antes de la pandemia, Adam Silver, comisionado de la NBA daba una noticia revolucionaria. Los Capitanes de Ciudad de México, equipo de la Liga Nacional de Baloncesto Profesional de México, iba a unirse a la G-League, la liga de desarrollo de la NBA. Por al menos cinco años, Ciudad de México iba a tener un representante en la segunda liga americana. ¿Por qué la decisión?

Tres años para debutar

Desde el anuncio oficial hasta el debut de los Capitanes en casa han pasado tres años. Primero por la pandemia y las restricciones de viaje, que atrasó el proceso una temporada. El año pasado formaron parte de la G-League Showcase Cup, un torneo con 12 partidos y que se jugó en Estados Unidos, todavía por los problemas para cruzar fronteras. El pasado 6 de noviembre por fin debutaron en México ante Rio Grande Valley Vipers, el afiliado de Houston Rockets con una victoria 120-84. Más de 7300 personas se acercaron al CDMX Arena para ver un partido de la segunda liga de la NBA. 

Ciudad de México tiene ahora mismo algo más de nueve millones de personas, y si sumamos la zona metropolitana supera los 20 millones de habitantes, más que cualquier área de Estados Unidos. Es un mercado por explorar, al contrario que Seattle o Las Vegas, otras posibles ciudades expansión, y el equipo G-League es el primer satélite en búsqueda del tesoro, el dinero de Latinoamérica. Porque un equipo en México significa abrir un mercado que tiene millones de seguidores y hasta ahora se conforma con animar a jugadores nacidos en Sudamérica (Toscano, Campazzo, Bolmaro...). Un equipo sería un nexo de unión para todo un subcontinente. 

Uno de los seguidores a los que quieren atraer seguro es Carlos Slim, uno de los hombres más ricos del planeta con una fortuna de 78 mil millones de dólares. Slim estuvo en el debut de los Capitanes junto al exjugador Eduardo Najera o el Ministro de Asuntos Exteriores. Hasta la fecha, ninguna de las grandes ligas americanas ha podido poner un equipo al sur de Estados Unidos, aunque tanto NHL como NBA y MLB tienen equipos en Canadá. La NBA busca ser, como siempre, pionera. 

Problemas de logística... y altura

Pensar en Ciudad de México es, para muchos estadounidenses, pensar en violencia, un entorno peligroso e incluso directamente cárteles de droga, estereotipos de película. Pero en el equipo G-League en México hay unos cuantos americanos y por ahora no ha habido ninguna queja. Alfonso McKinnie ha jugado en Warriors, Lakers o Chicago, tres enormes mercados antes de acabar en los Capitanes. Shabazz Napier fue el mejor jugador del torneo universitario en 2014 y protegido por LeBron James en Miami (antes de abandonar el barco) y Jahlil Okafor es un pick #3 del draft. Todos ellos residen ahora mismo en el barrio de Polanco, uno de los más ricos de la ciudad. 

La NBA ha puesto un hotel para que los jugadores vivan en una de las áreas más lujosas de la ciudad, algo así como una burbuja. Tienen seguridad 24 horas a la semana y trasportes privados. Esos son los dos mayores problemas con los que se ha encontrado la NBA hasta la fecha, poder acomodar seguridad y movimiento de los jugadores locales y visitantes, especialmente en una ciudad tan grande como CDMX. El otro gran problema es uno de causas naturales y ante el que no se puede hacer nada: la altura. 

La capital de México está a 2240 metros por encima del nivel del mar, 600 metros más alto que cualquier otra ciudad NBA (Denver, 1609m). En el primer duelo, el interior de Rio Grande Willie Cauley-Stein se perdió el partido por problemas de salud y riesgo relacionados con la altura al padecer la enfermedad de célula falciformes. Jugar en Denver ya era arriesgado por lo que se decidió no jugar en México.

Sabor español en el banquillo

Hasta la fecha todo ha salido a pedir de boca para la NBA, franquicia y la ciudad. Shareef Abdur-Rahim, presidente de la G-League explicaba en Andscape que han hecho los deberes: "Nos hemos educado y hemos educado a los equipos para tomar precauciones, pero no estoy preocupado", aseguraba la noche del debut de los Capitanes. Para los jugadores ha sido todo mucho más tranquilo. "La vida en México es bastante buena", aseguraba Jahlil Okafor, jugador de los Capitanes. 

Bruno Caboclo, otro exNBA y jugador de la selección brasileña lo tiene todavía más fácil. "Soy internacional, así que se siente como en casa. Aprendí español en el colegio y puedo sobrevivir sin problema", decía el alero. Bruno es solo uno de los jugadores no-estadounidenses que forman parte de la plantilla donde se pueden encontrar nacionalidades como la puertorriqueña, dominicana o venezolana. Y como no podía faltar, acento español. 

Ramón Díaz Sánchez es el entrenador de la franquicia. Nacido en Granada, Ramón lleva una década en México donde ha trabajado de la mano de Sergio Valdeolmillos como asistente. En 2017 le dieron las llaves de la franquicia y sigue como entrenador en jefe de los Capitanes. Con él llegó la NBA a México jugando un equipo local y en la primera noche, la primera victoria de la historia. Y por qué no soñar a lo grande y pensar en la primera expansión de la NBA a México.