NBA

Jalen Brunson ya es historia de los Knicks: 47 puntos y 3-1 tras ganar en el 'Madison de Philadelphia'

El base consiguió la mayor anotación histórica de la franquicia en un partido de playoff, con 47 puntos, y se quedan a uno de cerrar la serie.

Jalen Brunson, durante el partido contra los 76ers./REUTERS
Jalen Brunson, durante el partido contra los 76ers. REUTERS
Alejandro Gaitán

Alejandro Gaitán

No está todavía en el Olimpo histórico de los New York Knicks, pero poco le falta. Jalen Brunson metió 47 puntos en la victoria de los Knicks para poner el 3-1 en la serie tras ganar en Philadelphia (97-92), en un pabellón que celebró las canastas de New York como si fueran locales, emulando al Madison Square Garden. Estos Knicks, a solo un triunfo de volver a meterse en unas semifinales de conferencia, juegan en casa casi cada partido, con aficionados por todo el país. Y ni Joel Embiid ni los Sixers han podido hacer nada para frenarlo.

Nueve veces en la historia se habían visto Knicks y Sixers en una serie de playoff, aunque para encontrar la última había que viajar hasta 1989. Clásicos en los 50, donde se vieron cinco veces, repartieron las otras cuatro en los siguientes 30 años. Desde entonces, desde 1990, New York y Philadelphia se fueron turnando a la hora de ser un buen equipo. Los Knicks de Pat Ewing primero, los Sixers de Allen Iverson más tarde, Carmelo Anthony en Manhattan o los Sixers de Joel Embiid. Hasta 2024 cuando por fin el destino quiso que se volvieran a encontrar; el destino y la derrota de Milwaukee en la última jornada. Y tras 35 años de espera, ha merecido la pena cada momento. Está siendo, y con mucha diferencia, la mejor serie de primera ronda.

Porque dos jugadores tan diferentes como Jalen Brunson y Joel Embiid están dando un recital de baloncesto en la serie. Brunson quiso responder a los 50 del camerunés en el tercero con una exhibición de recursos: 47 puntos con 18/34 en el tiro (2/8 en el triple), 10 asistencias, 4 rebotes y la sensación de que nadie en Philadelphia puede frenarle. Lo probaron casi todos, desde Kyle Lowry a Joel Embiid, y lo mejor que lograron fue mandarle a la línea de tiros libres, donde firmó un 9/11. Es la máxima anotación histórica de un jugador de los Knicks en playoff, superando los 46 de Bernard Kings en 1984. Y no es rey todavía, pero su nombre empieza a ser sinónimo de historia en la franquicia del Madison Square Garden. Una que sueña con pelear por el anillo pese a tener que luchar contra Sixers y el estado físico de sus jugadores.

La salud y los problemas físicos están siendo protagonistas a partes iguales. Sin Julius Randle de salida, ha sido la serie con mayor nivel físico, y se está notando. Mitchell Robinson se perdió la mitad del tercer partido y no pudo jugar el cuarto, donde salió lesionado Bojan Bogdanovic. Y la gota que colmó el vaso de los Knicks, una posible lesión de Jalen Brunson, quien al final del tercer cuarto se fue a vestuarios a que le revisaran la rodilla. Volvió porque le necesitan, porque lo es todo para estos Knicks, pero con hielo en la rodilla en cada descanso y tiempo muerto, sabiendo que el quinto partido está agendado para el martes. Y enfrente, un Joel Embiid recién recuperado de la operación de rodilla, con la cara paralizada y teniendo que sostener a los Sixers en la serie, algo complicado ante estos Knicks.

Porque van mucho más allá de Jalen Brunson. Son, desde que llegó Tom Thibodeau, el equipo que juega con mayor intensidad de toda la liga, y se nota en defensa. Lo que Josh Hart, Precious Achiuwa y OG Anunoby hicieron con Joel Embiid tras las cinco faltas de Isaiah Hartenstein, todas ellas en el tercer cuarto, fue el resumen de sus capacidades. Dejaron a Joel Embiid en un punto y 0/5 en tiros en los últimos 12 minutos, incluyendo varios con el partido en dos posesiones, además de fallar uno de los dos tiros libres. El último cuarto fue tan caótico que los Knicks acabaron con más rebotes ofensivos (7) que tiros anotados (6), y aun así se llevaron el parcial 20-16. Es la magia de los Knicks, que tienen recursos suficientes para ganar por cualquier vía. Eligieron la que tuvo más épica, con Kyle Lowry delante intentando evitarlo a toda cosa.

Miles McBride metió 13 puntos desde el banco, con OG Anunoby anotando 16 y Josh Hart siendo una amenaza en los tableros, con 17 rebotes pese a un 0/7 en tiros de campo, y 5 asistencias. Embiid se quedó en 27 puntos, 12 desde la línea de tiros libres, con 10 rebotes, 6 asistencias y 3 robos, y tanto Tyrese Maxey (23) como Kelly Oubre Jr (19) aportaron en ataque, pero otra vez los Sixers se quedaron cortos. Y el martes, en el verdadero Madison Square Garden, se juegan la temporada.