La montaña rusa de Joel Embiid: 50 puntos con parálisis facial y el veto en el edificio más famoso de Nueva York

Pocas veces un jugador ha tenido unas tres horas tan ajetreadas como Joel Embiid anoche ante los Knicks. Porque en tres horas, las tres que rodearon el tercer partido de la eliminatoria entre Sixers y New York, Embiid fue villano, héroe y víctima. Y lo más importante, al menos para Philadelphia, fue el triunfo. El camerunés metió 50 puntos, liderando a los Sixers, en un partido donde pudo ser expulsado (en varias ocasiones) y que además jugó con una parálisis facial, según filtró Adrian Wojnarowski al finalizar el partido. Protagonista total Embiid la noche del jueves. 

Embiid metió 50 redondos. Con apenas 19 tiros de campo, 13 de ellos anotados y un precioso 5/7 en el triple, además de 8 rebotes y 4 asistencias. Con Embiid en pista, los Sixers fueron 16 puntos mejores; sin él, cinco peores en apenas siete minutos. Se convierte en el primer jugador en la historia que consigue meter 50 puntos en un partido de playoff tirando menos de 20 veces. ¿Cómo? Con 21 tiros libres lanzados, 19 de ellos anotados. Joel Embiid fue a la línea dos veces más que los Knicks como equipo. Es el cuarto pívot en meter 50+ puntos en un partido de playoff, tras Wilt Chamberlain, Bob McAdoo y Nikola Jokic, y el tercer jugador en hacerlo contra los Knicks.

Un partido que podía haber cambiado del todo si Joel Embiid hubiese sido expulsado en el primer cuarto. Con apenas siete minutos y medio jugados, el camerunés agarró desde el suelo a Mitchell Robinson por las rodillas en una sucia acción que los colegiados solo castigaron con flagrante uno. Robinson, por cierto, no acabó el partido por una lesión en el tobillo y se le vio dejar el pabellón con una bota en la pierna izquierda. Y no fue la única acción de Embiid, que en un mismo partido asestó dos patadas en las partes más personales a sus rivales, primero a Isaiah Hartenstein y luego al propio Robinson. Al ser preguntado por la falta flagrante, Tom Thibodeau, entrenador de los Knicks, fue sarcástico: "¿La que le han pitado o la que no le han pitado?". Las quejas arbitrales tras el segundo partido han surtido efecto.

Y todo con parálisis en la mitad de la cara. Porque según confirmaba Adrian Wojnarowski, de ESPN, Embiid está siendo tratado por parálisis de Bell, una afección que provoca debilidad repentina en los músculos de un lado de la cara, consecuencia del estrés. Los síntomas empezaron en el partido de playin ante Miami, el pasado martes, y por ese motivo el camerunés ha aparecido siempre en público con gafas de sol o cubriéndose la cara, incluso en la rueda de prensa posterior, con el secreto ya público. "Ha sido bastante molesto y desafortunado, pero tengo que seguir adelante" decía al ser preguntado. Y los Sixers le necesitan más que nada en el mundo. 

Porque más allá de sus 50 puntos, Tyrese Maxey metió 25, Kelly Oubre aportó 15 y el resto de la plantilla, salvo Cam Payne, los Sixers vivieron de Embiid. Su exhibición fue tan grande que la cuenta de Twitter del Empire State Building, en New York, hizo oficial la prohibición de Joel Embiid de acceder a la famosa torre. Una pena porque la serie volverá a la Gran Manzana tras el fin de semana.

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Los Lakers son el primer equipo al borde del precipicio. Como viene siendo habitual, los Nuggets llegaron a Los Angeles y se fueron con el triunfo bajo el brazo, el tercero de la serie y son el primer candidato a cerrar la serie en el fin de semana. Y fue otra vez el mismo partido: Lakers dominando en la primera parte y los Nuggets destrozando cualquier esperanza del equipo de Darvin Ham en el segundo tiempo, esta vez con un parcial de 34-22 en la segunda parte. Están, en total, -42 en los segundos tiempos. Un partido que acabó con el público del Crypto abucheando a su equipo y abandonando el estadio antes de la bocina final, pese al parcial de los Lakers en los últimos minutos. El 3-0 es una losa insalvable, según dicta la historia: 151 veces ha pasado, 151 ha ganado la serie el equipo arriba en el marcador.

Esta vez la tercera pata del big-3 de los Lakers fue Austin Reaves, autor de 22 puntos, con los 33 de Anthony Davis, más 15 rebotes, y los 26 de LeBron James, pero insuficiente ante Denver. Por algo son el campeón y el mejor equipo del planeta: cuatro jugadores en +20 puntos, tres de ellos con doble-doble. Nikola Jokic fue el mejor, a solo un pase del triple-doble con 24 puntos y 15 rebotes, pero los 29 tantos de Aaron Gordon (con 15 rebotes), los 22 de Jamal Murray (más 9 asistencias) o los 20 de Porter Jr, la mitad en el último cuarto, fueron un muro imposible de superar para unos Lakers que simple y llanamente son peores que Denver. Como las otras 28 franquicias de la NBA. Y el sábado se puede acabar la serie.

No habrá que esperar mucho para saber el futuro de los Lakers, con especial atención a Darvin Ham y la opción de jugador de LeBron James, que podría entrar en la agencia libre. Es eso, o hacer historia y ser el primer equipo en 78 años en remontar un 0-3 en contra.

En el otro partido de la noche, el ataque de los Magic llegó a estos playoff en el tercer partido de la serie, pero vaya si llegó. 121 puntos y una paliza histórica a Cleveland, por 38 puntos, para poner el 1-2 en la serie. Paolo Banchero con 31 puntos y 14 rebotes, otros 24 tantos de Jalen Suggs y los Cavs que se llevan la peor derrota en la historia de la franquicia, pese a seguir por delante en la eliminatoria. Y pudo haber sido mucho peor, cuando llegaron a mandar por 43 puntos en el último periodo. Ha sido el primer triunfo de los Magic en playoff desde 2020 en la burbuja, y el primero como local desde 2011, hace 13 años. Y lo más importante, el momentum ha cambiado. Y eso que parecía ser el mismo guion.

Orlando falló 10 de los primeros 11 tiros de campo, con Cleveland sacando un 10-3 rápido de diferencia. Esa fue la última vez que los Cavs tuvieron el control del partido. Los Magic metieron un 13-0 para cerrar el cuarto y desde ahí la diferencia solo fue para arriba. Una serie de la que se esperaba mucho, y que por fin ha tenido la primera pizca de igualdad, por un cuarto. Paliza, 2-1 y el sábado más, otra vez en Florida.