No son Jabbar y Robertson, pero los Bucks ya presumen de Lillard y Antetokounmpo

Se hizo esperar más de la cuenta, pero ya está aquí. Anoche debutó Damian Lillard con Milwaukee , vistiendo el dorsal cero y junto a Giannis Antetokounmpo. La que se presume como una de las mejores parejas de la NBA, si no la mejor, dio ayer el pistoletazo de salida a su unión. Lo hicieron en el Crypto.com Arena, ante los Lakers sin LeBron, en un partido donde jugaron solo 15 y 22 minutos respectivamente. Pero para siempre quedará como la primera página en el libro de historia que Dame y Giannis van a escribir juntos. Y que empezó con victoria, 108-97.

El vídeo de presentación para el debut soñado traía un recuerdo para el aficionado más antiguo de Milwaukee y de la NBA. Porque con las imágenes de Giannis y Lillard aparecían tras las de los dos mejores jugadores de la historia de los Bucks: Kareem Abdul-Jabbar y Oscar Roberton. Ellos ganaron el anillo de 1971 juntos y fueron una de las mejores parejas de un base y un hombre alto, casi el inicio de una revolución que luego emularon Kobe Bryant y Shaquille O'Neal, por ejemplo. Todos ellos fueron campeones, igual que Giannis. Lillard todavía no.

"No hemos ganado nada", decía Giannis en una entrevista en Andscape. "Habrá mucha expectativa alrededor de nosotros, pero todavía no hemos hecho nada juntos, podemos hablar todo el día, pero al final, nuestras acciones tienen que hablar más que las palabras" insistía el dos veces MVP, que será el gran argumento para que Lillard por fin tenga la oportunidad de luchar por anillo. "Tenemos la oportunidad de hacer algo muy grande, y eso es muy excitante para mí" sentenciaba Antetokounmpo antes del partido. "Y si queremos siquiera estar en la conversación, hemos de ganar. Así que ahora no estamos en esta lista". Por ahora, Giannis tiene uno, Dame todavía no. 

La primera canasta del base se hizo esperar. No fue hasta mitad del segundo cuarto que, asistido por quien si no Giannis, Lillard anotó un triple lejano para poner a los Bucks cuatro arriba. Al descanso, entre el base y el griego sumaban 27 puntos y, sin Khris Middleton, todavía baja, eran las únicas referencias en ataque. Unos Bucks que recordaron mucho a los del año pasado, con Giannis como epicentro del mundo, todavía no acostumbrado a tener alrededor a un anotador de la talla de Damian Lillard. En total fueron 22 minutos, siete más que el griego, tiempo suficiente para sacar conclusiones sobre lo que pueden ser estos Bucks, o al menos la pareja.

Dame anotó 14 puntos (3/10 en tiros, 2/7 en el triple y 6/6 en tiros libres) con tres asistencias, tres robos y dos rebotes en su debut como jugador de los Bucks. Su nuevo compañero, Giannis, fue mucho más fuerte en la pintura: 16 puntos, 7/10 en tiros (incluido un triple sin fallo), ocho rebotes, dos tapones y una asistencia. Con ellos en pista, Milwaukee fue siete puntos mejores que unos Lakers todavía sin LeBron James, Austin Reaves, Jarred Vanderbilt o Gabe Vincent. Pero en la que fue solo fue la primera puesta a punto de la nueva pareja, hubo momentos para la ilusión.

Porque no solo es Lillard, también es un Giannis mejorado. Al griego se le vio mejorando su juego interior junto a la leyenda de la NBA, Hakeem Olajuwon durante el verano, creando una nueva arma para estos Bucks. Adrian Griffin tiene la oportunidad ahora de poner a Antetokounmpo a jugar al poste con la ventaja de, en caso de una ayuda, tener a uno de los mejores tiradores de la historia abierto. La mejora de pasar de Jrue Holiday a Lillard es, para la que fue una ofensiva mediocre el pasado curso, un paso de gigante. Especialmente mientras mantienen a Middleton entre algodones.

Jugadores con contratos duales y la tercera unidad acabaron el partido, haciendo difícil sacar conclusiones sobre tanto Milwaukee o Lakers, pero el martes habrá otra oportunidad de ver a Giannis y Lillard juntos. Quedan ocho días para el inicio de la NBA y ya solo falta por ver a James Harden. Que empiece el espectáculo.