NBA

Micic, el MVP de la Euroliga que se rebela tras ser primero ignorado y después mercancía en la NBA

El base fue traspasado de los Thunder, donde apenas contaba, a los Hornets, una franquicia de la parte baja donde se ha lucido en su primer partido.

Micic, en su debut con los Hornets./REUTERS
Micic, en su debut con los Hornets. REUTERS
Jonás Pérez

Jonás Pérez

Vasilije Micic dominaba prácticamente a su antojo la Euroliga. Aquí era uno de los elegidos, como demostraba su rendimiento y pequeños matices como ganar dos Euroligas siendo el MVP de la Final Four (2021 y 2022). Decidió entonces, tras varios años de tentaciones, poner rumbo a la NBA e imponer allí su gran IQ. De primeras, no parecía el jugador idóneo para dar el salto, por cuestión de estilos. Llegó a los Thunder, franquicia donde también se estrelló Gabriel Deck. Y a lo largo de estos meses ha caído en el ostracismo más absoluto, sin apenas oportunidades y a la sombra de una plantilla joven, con piernas frescas y repleta de estrellas en ciernes como Shai Gilgeous-Alexander o los grandes proyectos de Chet Holmgren o Josh Giddey.

Un clásico de la NBA son los jugadores mercancía. El mejor ejemplo es Ish Smith, que acaba de ser cortado por los Charlotte Hornets, su decimocuarta franquicia al otro lado del charco. Sí, ¡decimocuarta! El movido mercado de traspasos de la mejor competición del mundo lleva a algunas piezas a ir continuamente de un lado a otro por su rol, condición de jugador o por ser fácilmente prescindible. A diferencia de Europa, donde rara vez un profesional cambia de destino en mitad de la campaña y donde se puede consolidar un proyecto familiar y personal en un mismo lugar. Micic ha sido el último en sumarse a este peculiar gremio, algo que nunca resulta sencillo.

El ya ex de los Thunder se marchó de la noche a la mañana a los Charlotte Hornets junto a Tre Mann y Davis Bertans a cambio de Gordon Hayward, otro clásico jugador traspasable. El salto a Estados Unidos, a un proyecto ilusionante y con la fe de consolidarse se convirtió de bruces en un mercado en el que no se valora especialmente el sentir general de la persona y que obliga a cambiar de vida en cuestión de segundos. Para colmo, llegaba a la jungla. Los Hornets, anteriormente franquicia de Michael Jordan, navegan en un desierto plagado de incógnitas, acusan los problemas físicos constantes de LaMelo Ball y se enfrentan a incendios como que juegue Miles Bridges tras ser condenado por agredir a su expareja.

La rebelión de Micic

Con los Thunder, el base serbio apenas disputó 30 encuentros con unas pobres medias de 12 minutos por partido, 3.3 puntos y 2.5 asistencias. Y, sobre todo, un rol menor, sin trascendencia en momentos decisivos y sumando estadísticas en minutos de la basura cuando su equipo, un cabeza de cartel en la Conferencia Oeste, ya celebraba el triunfo con el roster principal tomando un respiro en el banquillo.

Unos números que invitaban al cataclismo y que pronto desatarían la rumorología sobre un posible regreso de cara al próximo verano. Porque los Hornets, con más intención de forjar a jugadores jóvenes como Brandon Miller, no tenían por qué creer que un forastero de la Euroliga podría convertirse en un peso fuerte de su rotación.

Nada más lejos de la realidad, Micic ha decidido alzar la voz. En su primer partido en Charlotte, ha batido récords tanto en puntos como en asistencias. Cerró su tarjeta con 18 tantos, nueves pases de canasta y un 8/13 en tiros de campo en 26 minutos. Hasta ahora, solo había superado la barrera de los diez en una ocasión: frente a Denver el pasado 31 de enero y nunca había superado los 21 minutos disputados...

Un buen contrato que no intuye una vuelta próxima

Quién sabe si este triunfo provisional con su cambio de estatus se asentará en el tiempo para cumplir su gran objetivo de ganarse un hueco en la NBA a sus 30 años. De momento, ya es una certeza que no será en un aspirante al anillo (o, al menos, a hacer grandes cosas) como Oklahoma City Thunder y que se tendrá que conformar con pelear en el barro del fondo de la clasificación con los Charlotte Hornets.

Entre tanto, si alguien se pregunta si su regreso a Europa es posible, de momento, no lo parece. Micic firmó un contrato ascendente por tres temporadas a razón de 23,5 millones de dólares. Unas cifras difícilmente manejables en Europa y que tampoco facilitan una vuelta. No solo por el dinero, sino por tener que ser cortado o llegar a un acuerdo con una franquicia para poner fin a su relación. Y sí, una franquicia y no esta franquicia porque su contrato de cerca de ocho 'kilos' por campaña también es fácilmente traspasable. De momento, el MVP de la Euroliga no piensa, solo vive, crece y pretende convertir su primer gran partido en la NBA en su rutina. Él ya ha avisado: "Quiero que la gente se dé cuenta de mi potencial y de que soy capaz de jugar a este nivel".