NBA

La primera vez que Luka Doncic asombró al mundo fue en Roma: "Con 12 años sólo le faltaba firmar autógrafos a los técnicos rivales"

Relevo charla con el organizador del torneo celebrado en Ostia hace 13 años. El prodigio esloveno anotó más de 50 puntos en la final y meses después le ficharía el Real Madrid.

Luka Doncic en su etapa en el Olimpia Liubliana, antes de fichar por el Real Madrid. /Instagram/lukadoncic
Luka Doncic en su etapa en el Olimpia Liubliana, antes de fichar por el Real Madrid. Instagram/lukadoncic
Julio Ocampo

Julio Ocampo

Luka Doncic ya era Doncic en aquel lejano 2012, cuando tuvo lugar un torneo juvenil de baloncesto celebrado en Ostia, la playa de Roma. Allí, delante de 600 personas, el base esloveno anticipó lo que terminaría por refrendarse lustros después: campeón de Europa con el Real Madrid y Eslovenia, además de haber disputado la final NBA con Dallas antes de haber protagonizado el traspaso del siglo a los Lakers. Todo con 25 años.

"Tenía 12 años, pero llegaba como estrella. Hablando con el Olimpia Liubliana ya nos advirtieron de él. Sabíamos que habría ojeadores. Jamás vimos tanta repercusión por un sub-13. Era iluminante, un artista. Cuando estaba en línea lateral, recuerdo que pasaba a sus compañeros pasando el balón por entre las piernas del rival. Un fuera de serie que, con el balón pequeño por la categoría en que estaban, hacía cosas que en Italia jamás se vieron a ninguna edad", explica Matteo Picardi, coach profesional forjado en el Stella Azzurra y organizador del torneo. Fue su escaparate al universo. El suyo propio.

Con un pasado en Montepaschi Siena, el hoy ideador del proyecto juvenil Lido di Roma recuerda la cantidad de gente que le llamó para pedir el vídeo de la final. "Es que lo que hacía… Ni siquiera Danilo Gallinari, al que vi crecer. Su coordinación, su endiablada lentitud y tranquilidad, el equilibrio y la precisión en sus movimientos. Me recordaba, ya entonces, a Dejan Bodiroga. Imposible olvidar esa cita romana, con esa jerarquía en el dominio de balón. No era tan pesado aún, pero sí un fuera de serie. Era él ―un monstruo― contra el resto del mundo"...

… y doblegó al mundo. "Era diferente. Creo que ya lo tenía hecho con el Madrid. Parecía un profesional con 12 años. En ese torneo también estaba Alessandro Pajola (hoy en la Virtus Bolonia), pero lo de Doncic era estratosférico. Al día siguiente los llevé a ver Ostia Antica… Sus compañeros estaban aburridos, se quejaban, no les apetecía, pero él no podía comportarse como los demás. Seguro que pensaba lo mismo, pero cuando estaba en el anfiteatro se ponía a bailar. Sabía, se sentía observado", apunta.

Al hablar de Doncic, Matteo subraya la importancia del step mental para llegar al máximo. "Entrené a Andrea La Torre, quien ya con 14 años tenía a la NBA encima. No lo consiguió. Sí Bargnani (primer europeo elegido número 1 del draft), otro superdotado. Doncic es un nivel superior. Uno ya preparado, estructurado con 12 o 13 años. Cuando acabó el partido en Roma, todo el mundo, de cualquier edad, fue a hacerse fotos con él. Le faltaba firmar autógrafos a los entrenadores rivales", asevera sorprendido aún.

Disección de un instante

El extraterrestre de Liubliana (nacido en 1999) ―como era de esperar dada su prodigiosa envergadura baloncestística― ya estaba seguido por importantes ojeadores acreditados a ese torneo internacional romano.

La cosa venía de atrás. Y es que el año anterior, con 12 años recién cumplidos, participó en la Vasas Cup de Budapest con compañeros de hasta tres años más grandes. Pese a la derrota abultada contra el Barça en la final (117-66), Doncic fue elegido MVP del certamen. Solo había sido el aperitivo de lo que vendría esa húmeda primavera de 2012, que significaría su particular sliding door. Sí, ese Olimpia aniquiló literalmente la Rappresentativa Lazio en el último partido. ¿Los números? Triple doble, con 54 puntos, 11 rebotes y 10 asistencias. Fue elegido, lógicamente, mejor jugador de un minicampeonato en el que venía de anotar 41 puntos en semis. Efectivamente, como dice el cantautor Gianni Morandi, el número 4 era "ese uno entre mil que triunfará". De hecho, ya le quería todo el mundo, aunque nadie se movería más rápido que el Real Madrid. Ya en la capital de España (con sus 2,02 metros y 104 kilos) comenzará a morder la historia hasta hoy, a punto de debutar en la franquicia de su ídolo LeBron James.

"Yo estaba allí. Doncic era un jugador de grandísimo talento. Un marciano entre niños. Era delgado y parecía débil, pero era inmenso. No imaginábamos que su físico pudiera virar en el actual", responde al teléfono Germano D'Arcangeli, otrora deus ex machina del Stella Azzurra, la famosa academia romana inspirada en prototipo de colegio americano. "Nosotros también participamos en Ostia. Estábamos en ese pabellón donde Luka anotaba y anotaba. ¿Sabes? No era noticia. Llevaba años haciendo esos números. No era casual lo del Madrid. Puedes preguntarle a Alberto Angulo cómo convencieron al padre. Lo cierto es que era ya una estrella, pero sobre todo por ser el hijo de Sasa Doncic (ex jugador) y Mirjam Poterbin (modelo, bailarina y campeona del mundo de danza)", recuerda.

Cuando faltan pocas horas para el debut de Magic Doncic con el club-artefacto viola de Los Ángeles, es buen momento para recordar que sí, en esa zona del oeste californiano también hubo un mito capaz de ser MVP incluso perdiendo las Finals (contra Boston Celtics en 1969). Fue Jerry West, fallecido hace menos de un año. Como Luka, también promediaba más de 30 puntos por partido. Como Doncic, era un base que podía ejercer de escolta. Es la leyenda Lakers que inspiró el logo de la NBA. La cuadratura parece cerrarse donde comenzó. En un pabellón más grande y engalanado respecto al romano: el nuevo Staples Center. Sí, también con los ojos de todo el mundo.