Los Warriors entran en barrena: ¿adiós al mejor equipo de la década?
Toronto aplastó a los Warriors de locales cerrando una semana para el olvido, una que puede marcar el final de una década de dominio.

Tras casi una década de dominio, con la pausa de 2020 y 2021 por lesiones, el final de la mejor dinastía del siglo se acerca. Los Golden State Warriors de Steph Curry y Steve Kerr, de Klay Thompson y Draymond Green. El equipo que ganó cuatro anillos, en 2015, 2017, 2018 y 2022, y que perdió otras dos finales (2016 y 2019) puede estar en los últimos momentos de su existencia. Uno de los mejores equipos nunca visto se acerca a su final, porque el tiempo pasa para todos, incluso para los mejores. Por ahora duermen undécimos, fuera de play-in y con récord negativo: 17-19.
Y es que cuando parece que un equipo ha tocado fondo, siempre hay un nivel más abajo. Los Warriors, en mitad de una crisis de identidad, lesiones y sistema de juego, se fue barrido del Chase Center por los Raptors. Un equipo que en las últimas 96 horas ha perdido a Chris Paul por un mes y medio, ha recuperado a Draymond Green, recibió un game winner de Nikola Jokić sobre la bocina desde 10 metros, ganó de milagro al peor equipo de la historia de la NBA y vio como su esperanza joven, Jonathan Kuminga, se hartaba de Steve Kerr, el entrenador de la dinastía de Golden State. Llueve sobre mojado en San Francisco y no hay un paraguas de tamaño suficiente para evitar el diluvio.
Fue con diferencia el peor partido de la temporada de Steph Curry, que se quedó en 9 puntos y un histórico 0/9 en triples. Coincidió con la primera noche sin Chris Paul en pista, lesionado en la mano izquierda, y todavía sin Draymond Green. Sin un generador al lado, los tiros que Golden State encontró para Steph fueron forzados, tarde en el reloj de posesión, la enésima prueba de que el equipo ha perdido la identidad de juego que les hizo arrasar con la conferencia por una década. De 2015 a 2022 no perdieron una eliminatoria en el Oeste; el curso pasado, los Lakers en seis partidos mandaron a casa a los Warriors antes de las finales por primera vez desde 2014. Lo que pudo ser un aviso de lo que se venía.

A día de hoy, por no tener, Golden State no tiene ni una alineación fija. "Todavía estamos buscando. Tuvimos que cambiar el quinteto por sanciones, y seguimos buscando" explicaba Steve Kerr tras la derrota. Anoche fue un equipo con Jonathan Kuminga y Andrew Wiggins juntos: en los 137 minutos que el canadiense y el congoleño han compartido pista, Golden State ha sido 17 puntos peor que el rival por 100 posesiones (-59 en total). Un acto de desesperación y necesidad, por la lista de bajas y ausencia de alternativas, pero para nada el último invento de un Kerr al que se le ha señalado mucho las últimas semanas, desde la prensa y la afición. En verano, Bob Myers, arquitecto de la dinastía, ya saltó del barco antes de tener que renovar a Draymond Green y Klay Thompson, y Kerr puede ser el siguiente.
"Um, we got Steph Curry. We got myself. Draymond Green's coming back. Chris Paul will be back. We have champions on the roster. I will never panic. Like I said, I really believe in this team."
— 95.7 The Game (@957thegame) January 8, 2024
Klay on what gives him optimism about the season moving forward pic.twitter.com/aXdLnIqd8l
Aunque antes tendrán que tomar decisiones importantes en el seno del vestuario. Queda un mes para el cierre del mercado de traspasos, el 8 de febrero, y en la plantilla hay nombres que por rendimiento, han sonado como moneda de cambio. El nivel de Andrew Wiggins no ha vuelto a ser el mismo desde el anillo de 2022, donde fue el segundo mejor jugador, y algunos analistas apuntan incluso a la posible salida de piezas, Klay Thompson y especialmente Draymond Green, renovado el pasado verano. Y la duda es saber si estos Warriors buscan un último intento a ganar alrededor de Steph Curry, o piensan en el futuro, con Jonathan Kuminga y Moses Moody. Decisiones que tendrá que tomar Mike Dunleavy Jr.
En sus manos está que la dinastía de Golden State no se acabe antes de tiempo, porque a Curry le queda mínimo un baile más. La cuestión es saber si tendrá a Dray y Klay como compañeros, o habrá caras nuevas en el vestuario de Golden State. Queda un mes para saber si se acaba la dinastía, incluso antes de tiempo, o tienen una última oportunidad.