Scottie Barnes es la mejor noticia de los Raptors: de promesa a realidad en un verano
El jugador de los Raptors se ha convertido en la referencia de la franquicia, por delante de Pascal Siakam, con la llegada del nuevo entrenador y un sistema que le beneficia.

Una de las grandes dudas de la temporada 2023/24 en la NBA era saber qué Raptors nos íbamos a encontrar. Un equipo con nuevo entrenador, que perdió a Fred VanVleet y que en los últimos años ha salido en más rumores de traspaso que series de playoff. Un equipo con problemas estructurales en la plantilla, con tres de sus mejores jugadores a punto de entrar en la agencia libre y cuyo banquillo ha tenido un aporte negativo en cada una de las últimas tres temporadas, desde la salida de Marc Gasol y Serge Ibaka. Y dentro de tanta incertidumbre y negativismo, ha surgido una luz. Una llamada Scottie Barnes.
Los números que ha firmado en las dos primeras semanas de competición no los ha conseguido nadie en la historia de la NBA: 22 puntos, 5,9 asistencias, 9,9 rebotes y 2,1 tapones. Además lo está haciendo con un 42.1% en el triple, y por encima del 52% en tiros de campo. Ha llegado a la puerta y en lugar de pedir permiso para entrar, la ha derribado de una patada, ha cogido las llaves de la franquicia y se ha convertido en la cara de un equipo. Uno que con Darko Rajakovic está todavía en proceso de encontrar su identidad, pero que Barnes ha acelerado a golpe de exhibiciones.
Ha metido 20 puntos en cada uno de los últimos seis partidos, firma tres dobles dobles y un triple-doble en la derrota ante Chicago. Con él en pista, los Raptors son 4.1 puntos mejores, la segunda mejor marca del equipo; sin él, 4.4 peores. En ambas, únicamente por detrás de OG Anunoby. Está en máximo de carrera en literalmente todas las estadísticas excepto en porcentaje de tiros libres (lanzó 77.2% en 2022, está en 75.9% este). Ya es el jugador que más tiros tiene por partido en la plantilla, adelantando por la derecha a Pascal Siakam, All Star y All NBA de la plantilla. La última noche ante los Spurs fue la prueba final de que ya está aquí.
Metió 17 puntos en el cuarto periodo, remontando 15 de diferencia ante Victor Wembanyama y ganando en tiempo extra. Con solo 22 años recién cumplidos, el que fuera pick #4 en 2021 y mejor novato de la temporada 2022 ha explotado en el clutch. Nadie en la franquicia ha metido más puntos en el último cuarto, más rebotes, asistencias o robos: suma más puntos que Lillard, más rebotes que Sabonis, más asistencias que LaMelo Ball o más tapones que Bam Adebayo. Potencial de ser un jugador total, capaz de liderar al equipo en ataque, asumir galones con el partido caliente y pedir el balón, según explicaba el propio Dennis Schröder.
Y no lo ha hecho únicamente en ataque, donde se nota la diferencia en el apartado estadístico: también en defensa ha dado otro paso adelante. En siete partidos ha dejado por debajo del 50% de efectividad a nombres como Joel Embiid (4/9), Tyrese Maxey (2/5), Giannis Antetokounmpo (2/7, un tapón recibido), Karl-Anthony Towns (2/9, dos tapones), Zach LaVine (0/1) o DeAndre Ayton (0/1, un tapón). Perfiles tan diversos como eficientes de cara al aro. Y si bien es cierto que OG Anunoby hace las funciones de mejor defensor del equipo y se encarga del jugador más talentoso, incluyendo a Victor Wembanyama o Damian Lillard, Barnes ha crecido. Su físico y envergadura juegan un gran papel y ha sido clave para que Toronto sea una de las mejores defensas de la NBA.
El efecto Darko
Barnes es el principal beneficiado del nuevo sistema de Darko Rajakovic, eso es una evidencia, pero el cambio de estilo se empezó a notar a final del curso pasado. La llegada de Jakob Poeltl cambió el sistema de juego, creando una referencia en el poste y colapsando la pintura. Fred VanVleet entonces y Schröder ahora han aprendido a jugar bloqueo y continuación con el austríaco, y tanto OG Anunoby como Gary Trent Jr o el novato Gradey Dick ha abierto el campo, cumpliendo un rol muy claro. Pero todavía no han encontrado la manera de hacer funcionar a Siakam y Barnes en el mismo sistema ofensivo. El camerunés ha tenido que ceder tiros, toques de balón y relevancia en el entramado de ataque.
De un año a otro, Siakam ha pasado de atacar el aro 13.7 veces por partido a hacerlo menos de nueve; al contrario, el porcentaje de tiros que ha realizado en catch and shoot, sin bote previo se ha disparado del 18,1% hasta superar el 34%. Y si bien está siendo eficaz, usar a Siakam como ejecutor al ritmo de Barnes es perder una pieza ofensiva de nivel. El serbio todavía tiene que encontrar una solución para Siakam, que está lanzando un triste 41.2% de campo y mete uno de cada tres triples que intenta, cifras insostenibles para un jugador de élite. Porque no solo Scottie le ha robado balón, también el pasado MVP del Mundial ha empezado la campaña a un nivel altísimo.
El problema que tiene Toronto ahora es cómo seguir usando a Barnes, permitiendo su crecimiento como cara de la franquicia y desarrollo como jugador joven, y al mismo tiempo encontrar un uso para Siakam. Porque los Raptors siguen siendo una de las peores ofensivas de la liga en estático, con 108.2 puntos (#25 de la NBA), pero tienen en sus manos una figura capaz de solucionar sus problemas. Porque Scottie Barnes ha llegado para quedarse en la élite de la NBA, y nadie va a poder evitarlo, y mucho menos Pascal Siakam.