NBA

Nadie le hace sombra a los Denver Nuggets en el Oeste

La franquicia de Nikola Jokic ha dominado la conferencia desde el primer día y ni la llegada de Durant y Kyrie debería hacer cambiar una evidencia: son los favoritos en el Oeste.

Nadie le hace sombra a los Denver Nuggets en el Oeste
Alejandro Gaitán

Alejandro Gaitán

Con la llegada del parón del All Star, a la espera de los tres partidos de la madrugada del jueves al viernes, se llega a la desbalanceada mitad de temporada. Los equipos, muchos de ellos, han disputado ya 60 partidos y solo queda un cuarto de competición hasta el nueve de abril, fecha del último partido de la temporada regular. Hemos visto de todo en los primeros meses, acabando con los traspasos históricos de Kyrie Irving y Kevin Durant, la caída de los Pelicans o el resurgir de los dos equipos de Los Angeles. Y por ahora nada ni nadie le puede hacer sombra a Denver Nuggets. 

La franquicia de Nikola Jokic, el dos veces MVP y favorito para repetir premio, lidera la conferencia con ventaja suficiente como para cogerse otras dos semanas de vacaciones tras el descanso del All Star. Cinco partidos separan a los Nuggets de Memphis, su principal amenaza por el primer lugar en la conferencia. Cinco partidos es la misma diferencia que hay desde la cuarta posición, Phoenix Suns, hasta los Lakers situados decimoterceros. En un Oeste hipercompetitivo donde los equipos pelean cada victoria como una serie de playoffs, Denver acumula ya 29 con solo 11 derrotas. Nadie más supera las 24 y solo Sacramento tiene menos de 14 partidos perdidos. La superioridad es abusiva, pero no sorprendente.

A principio de temporada, los Nuggets eran los favoritos para hacerse con la primera posición durante la temporada regular. Jokic recuperaba a sus dos mejores lugartenientes, el base canadiense Jamal Murray, y Michael Porter Jr. Y sobre todo, hacían una offseason perfecta: Bruce Brown, Kentavious Caldwell-Pope y el base Ish Smith, que llegaba a ocupar el papel de Facundo Campazzo. En la última semana lo apuntillaban con Thomas Bryant, el interior procedente de los Lakers, y Reggie Jackson como agente libre. La mejor plantilla posible para rodear a un Jokic que no había podido competir en playoffs, su asignatura pendiente para entrar en la conversación por ser uno de los mejores de la historia.

Este curso, tras el triunfo ayer ante los Mavericks sin Kyrie Irving, sigue promediando triple-doble con 24.9 puntos, 11.4 rebotes y 10.1 asistencias. En la victoria consiguió el vigésimo primero de la temporada en los 50 partidos que acumula y es el tercer jugador en llegar al All Star con más de 500 rebotes y asistencias, igualando a Russell Westbrook (que lo hizo tres veces seguidas entre 2017 y 2019) y Oscar Robertson. Y lo hace lanzando 63.2% de campo, rozando el 40% en el triple, robando 1.3 balones por partido y con 0.7 tapones. Domina sin importar quien tenga delante o al lado: en el triunfo contra Luka Doncic faltaban Jamal Murray y Aaron Gordon, piezas clave.

Porque si todo el mundo esperaba ver a Denver a este nivel, muy poca gente confiaba en tener a Murray y Gordon jugando así. En el caso del exjugador de Orlando, está practicando el mejor baloncesto de su carrera en un equipo ganador. Promedia 17.3 puntos, 6.9 rebotes y se ha vuelto el jugador que mejor sabe leer a Nikola Jokic, además de defender al mejor interior rival. En el exterior, Murray ha recuperado por fin su nivel pre-lesión y en los últimos diez partidos está en 32 puntos por noche con un 45.2% de efectividad en el triple, cifras que solo habíamos visto al canadiense hacer en la burbuja.

Es cierto que han llegado Durant y Kyrie al Oeste, que LeBron James, Kawhi Leonard y Steph Curry siguen jugando en la misma conferencia o que incluso franquicias como Memphis o Phoenix han llegado más lejos en playoffs en los últimos años, pero Denver ha demostrado desde el primer día que merece ser considerado el favorito. El baloncesto que practican los Nuggets, con Nikola Jokic a la cabeza, no tiene rival en el Oeste. Al menos en la temporada regular.