Los Thunder han llegado y tienen previsto quedarse en la élite de la NBA
Pasado el primer mes de competición, Oklahoma tiene el tercer mejor récord de la NBA, empatado con el campeón. Y en sus filas un candidato al MVP.

En los últimos 15 días, hay un equipo que ha ganado a Atlanta, Cleveland, dos veces en San Francisco a los Warriors y otra en Phoenix. Uno que suma cinco triunfos seguidos, que tiene en sus filas a un claro candidato al MVP. Porque tras años de cosecha, Oklahoma City Thunder por fin ha podido recoger lo sembrado. Y el equipo de Mark Daigneault, liderados por el canadiense Shai Gilgeous-Alexander, el novato Chet Holmgren y uno de los mejores quintetos de la liga, es desde ya candidato a todo.
En un mes han dejado de lado la etiqueta de candidatos a revelación y ya son una realidad. Oklahoma tiene el segundo mejor récord de la conferencia, empatados con el vigente campeón Denver y por delante de Lakers, Suns, Warriors o Clippers, todos a más de dos partidos de diferencia. Solo los Celtics y Minnesota, primeros de Este y Oeste respectivamente, han empezado el año a un mejor nivel. Lo han hecho en ataque, séptima mejor marca de la NBA, y en defensa, cuarta. Son uno de los cuatro equipos top-10 en ambos: Boston, Philadelphia y Denver los otros tres. Ya no son el futuro porque el futuro es ahora en Oklahoma City.
El año pasado se colaron en el play-in por decisión de Dallas, que prefirió una oportunidad en la lotería del draft que la remota opción de conseguir la octava posición. El resultado no importaba tanto como el camino: estos Thunder son un proceso que ha tardado años en reconstruir el proyecto tras las salidas de Kevin Durant primero, y Paul George y Russell Westbrook más tarde. Chet Holmgren, pick #2 del pasado draft, era el paso final aunque su lesión en verano tuvo que ralentizar un año la llegada del unicornio y el resurgir de los Thunder. Ahora no hay manera real de frenarlos, porque han suplido las dos carencias que más daño les hicieron el curso pasado.
Un minuto de ISAIAH JOE anotando triples ante los Warriors.
— NBASpain (@NBAspain) November 17, 2023
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Con Holmgren consiguen al mismo tiempo protección del aro y un jugador físico en la pintura, aunque el novato pase tanto tiempo fuera como dentro. Está quinto en la lista de taponadores, élite en ese aspecto, y tercero en porcentaje de tiro verdadero. El segundo debe, el triple. El año pasado fueron un equipo promedio, anotando el 35.6% de sus tiros desde más allá de la línea. La cifra este curso se ha disparado a un 41% en este momento, algo potencialmente insostenible. Isaiah Joe ha metido exactamente la mitad de sus 78 triples intentados, y tanto Holmgren como Lu Dort, Cason Wallace o incluso Lindy Waters y Vasilije Micic cuando tienen minutos han lanzado por encima del 45% de acierto.
El quinteto, con Josh Giddey, Lu Dort y Jalen Williams acompañando a Chet y Shai es el quinto mejor de la NBA, pero el banquillo no es para nada peor. El mejor grupo de tres jugadores en toda la liga por rendimiento es con Gilgeous-Alexander acompañado por Isaiah Joe y Cason Wallace, un tirador y un novato. Porque hay que recordar que pese al éxito prematuro, los Thunder son el equipo más joven de la NBA empatado con Detroit, el peor récord de la NBA. Son la cara y la cruz y en parte es por culpa de su estrella, Shai Gilgeous-Alexander. Metió 40 en Golden State dejando claro que lo del año pasado, cuando acabó como All NBA 1st Team no fue una fiebre.
"Cuando uno de tus mejores jugadores ofensivos es uno de tus mejores defensores es algo muy importante", decía Holmgren sobre SGA. Porque el canadiense, además de anotar 32 de los 40 puntos entre la segunda parte y la prórroga, puso un tapón clave a Steph Curry en el tiempo extra con Oklahoma tres arriba. Su Mundial fue otro ejemplo de lo que es capaz de hacer, liderando a Canadá al bronce por delante de la Estados Unidos de Anthony Edwards. Su rendimiento, sumado a la irrupción de Chet en la carrera por el rookie del año y el rendimiento de sus jugadores de rol en este principio de temporada hacen de los Thunder una realidad. El futuro, al menos en la NBA, es ahora.