NBA

Quiénes son los tres grandes favoritos para ganar la NBA este año

Aunque 16 equipos se disputan el anillo de campeón en los Playoffs, solo unos pocos parten con opciones reales de ganar.

Los Boston Celtics son los vigentes campeones de la NBA y uno de los principales favoritos para repetir título./REUTERS
Los Boston Celtics son los vigentes campeones de la NBA y uno de los principales favoritos para repetir título. REUTERS
Javier Mercadal

Javier Mercadal

La NBA es una liga brutal porque se compone de 30 franquicias y solo hay un campeón. Si bien es cierto que en los últimos años ha intentado implementar un torneo secundario, la Emirates Cup, por el momento su impacto ha sido más bien bajo. El premio importante es el anillo de campeón que se reparte al final de la temporada, y que solo admite un ganador. Una vez terminados los 82 partidos de la temporada regular, apenas 16 equipos optan al ansiado trofeo Larry O'Brien. Aunque no todos ellos son contendientes legítimos al mismo.

La realidad es mucho más cruda. Aunque la liga estadounidense ha tenido sorpresas en el pasado, su sistema la convierte en una competición muy poco proclive a la aparición de posibles Cenicientas. Los Playoffs de la NBA se disputan en series al mejor de siete partidos. Es decir, para pasar de ronda es necesario ganar cuatro encuentros, lo que premia la regularidad y minimiza las sorpresas. Además, el hecho de que se disputen tantos choques en tan poco tiempo, prácticamente un partido cada dos días, los convierte en un reto físico tremendo. Aquellos que llegan justos, por norma general, suelen caer tarde o temprano.

Así las cosas, los equipos que cuentan con una aspiración real de ser campeones se reducen significativamente. Mientras para unos el estar en Playoffs es todo un éxito y otros aspiran a pasar alguna ronda y llegar lo más lejos posible, estos son los tres grandes favoritos para ganar la NBA este año.

Oklahoma City Thunder (68-14)

Los Oklahoma City Thunder han protagonizado una temporada regular 2024/25 absolutamente histórica. Para empezar son el equipo con el mejor récord de toda la liga al sumar 68 victorias por solo 14 derrotas, la cuarta mejor marca de la historia. Por delante de ellos solo están los Golden State Warriors de Stephen Curry, los Chicago Bulls de Michael Jordan y los Lakers de Wilt Chamberlain. O lo que es lo mismo, la realeza más absoluta de la NBA. Todo ello en un año en el que han tenido que lidiar con lesiones de jugadores importantes como Chet Holmgren, Isaiah Hartenstein o Alex Caruso.

Sin embargo, los Thunder lo tienen todo para ser un equipo campeón. Comenzando por una estrella absoluta como Shai Gilgeous-Alexander, con toda seguridad MVP de la temporada al promediar 32,7 puntos, 5 rebotes y 6,4 asistencias por partido. El base ha dado un paso adelante esta temporada, algo impresionante teniendo en cuenta que ya fue nombrado en el quinteto ideal de la NBA el pasado curso. Sin embargo ha conseguido mejorar sus prestaciones, liderando en pista al mejor equipo de la liga. El canadiense fue nombrado mejor jugador del mes en la Conferencia Oeste en octubre/noviembre, diciembre y marzo.

Claro que un jugador solo, por muy bueno que sea, no gana campeonatos. Para ello necesita rodearse de un equipo de garantías, algo con lo que SGA cuenta sin ningún tipo de dudas. El canadiense ha encontrado en Jalen Williams un segundo espada perfecto para su estilo de juego. El alero ha promediado 21,6 puntos, 5,3 rebotes y 5,1 asistencias por partido, siendo seleccionado para su primer All-Star Game. Además, los Thunder cuentan con un batallón de soldados dispuestos a ir a la guerra en cualquier momento. Jugadores como Luguentz Dort, Alex Caruso, Carson Wallace o Isaiah Hartenstein son capaces de llevar el partido a unos niveles de exigencia física a los que muy pocos equipos pueden llegar. Algo que han convertido a OKC en la mejor defensa de la liga.

Así lo demuestra el hecho de que los Thunder hayan terminado la temporada con un ratio defensivo de 106,6 puntos permitidos por cada 100 posiciones, el mejor de la liga y a bastante diferencia de la segunda mejor marca (los 109,1 de los Orlando Magic). En ese sistema defensivo juega un gran papel Chet Holmgren, el unicornio de Oklahoma. Con 2,16 metros de altura, 2,36 metros de envergadura y apenas 94 kilos de peso, posee un físico de dibujos animados. Las lesiones apenas le han permitido disputar 32 encuentros esta temporada, en los que promedió 15 puntos, 8 rebotes y 2,2 tapones. Si consigue mantenerse sano es un arma que muy pocos pueden contrarrestar.

¿Poseen algún pero los Thunder? Bien, según visto durante la temporada regular no. Deberían ser los máximos favoritos para llevarse el anillo. Sin embargo, es cierto que se trata de un equipo sin mucha experiencia en la lucha por el título. La pasada temporada, si bien no eran exactamente el mismo equipo, fueron eliminados en segunda ronda por los Dallas Mavericks después de haber marcado el mejor récord de la temporada regular. Por ello ahora es el momento de demostrar que aprendieron de los errores y que su momento ya ha llegado.

Boston Celtics (61-21)

Los Boston Celtics son los vigentes campeones de la NBA, Mantienen el mismo equipo que el año pasado, motivo suficiente para ser catalogados como favoritos a repetir título. Además han completado una temporada regular formidable. Si bien es cierto que no han ganado el Este, el mejor récord de la conferencia lo consiguió Cleveland Cavaliers (64-18), han firmado una temporada de más de 60 victorias, lo que siempre es sinónimo de equipo ultracompetitivo. De hecho, son el tercer mejor récord de toda la competición.

Los de Massachussets están liderados por los Jays, dos jugadores de claro perfil ofensivo que han demostrado ser capaces de llevar a un equipo al anillo. Jayson Tatum ha promediado 26,8 puntos, 8,7 rebotes y 6 asistencias por partido, mientras que Jaylen Brown ha firmado 22,2 tantos, 5,8 rechaces y 4,5 pases de canasta. Números muy similares, que prácticamente garantizan que siempre haya un anotador de guardia, cuando no los dos.

No obstante, la principal arma de estos Celtics es el lanzamiento de tres. A estas alturas no sorprende a nadie que los de Boston terminasen la temporada regular como el equipo que más tira de tres, con un total de 3.955 intentos. En consecuencia también fueron los que más triples anotaron, con un total de 1.457 canastas logradas desde más allá del arco. Lo que diferencia a los Celtics del resto de equipos que hacen del triple su principal arma es que, prácticamente, todos los jugadores de su rotación amenazan de lejos. Lo hacen sus dos principales estrellas, aunque sobre todo lo hacen los jugadores de rotación: Sam Hauser (41,6% en triples), Kristaps Porzingis (41,2%), Payton Pitchard (40,7%), Drew Peterson (39,4%) o Derrick White (38,3%) son sus tiradores más destacados.

Así las cosas, es habitual ver a los de verde jugar con cinco jugadores abiertos. Un sistema muy difícil de frenar, sobre todo cuando están en racha. Gracias a ello, los de Boston presentan el segundo mejor ratio ofensivo de la NBA con 120,6 puntos conseguidos por cada 100 posesiones (solo por detrás de los Cavaliers, quienes firmaron 121,7). La cifra de los Celtics es, no obstante, el cuarto mejor rating ofensivo de la historia. Teniendo en cuenta que los de Joe Mazzulla ya firmaron el pasado curso los mejores números en ataques de todos los tiempos, con un ORtg de 123,2, demuestran que están, prácticamente al mismo nivel que el año pasado, en el que fueron campeones.

Los Ángeles Lakers (50-32)

¿Cómo de injusto es dejar fuera de la terna de grandes favoritos a ganar la NBA al segundo mejor equipo de la temporada regular, los Cleveland Cavaliers? Probablemente, mucho. Los Cavs han firmado un curso para el recuerdo. Sin embargo, sobre ellos recae la duda sobre si serán capaces de extrapolarlo a la postemporada. Sobre todo por su falta de experiencia en la lucha por el título, al fin y al cabo son prácticamente el mismo equipo que el año pasado se fue a casa en segunda ronda.

Puestos a apostar por una incógnita, no hay ninguna que eleve más las expectativas que los Lakers. Sobre todo porque se trata de un equipo atípico, que nada tiene que ver con el que empezó la temporada y cuya construcción emana de una decisión ilógica, de la que se vieron profundamente beneficiados. El 2 de febrero de 2025, los Dallas Mavericks decidieron desprenderse de su jugador franquicia Luka Doncic, enviándole a Los Ángeles. Se trata, para muchos, del traspaso más sorprendente en la historia de la NBA. Desde luego, uno de los más difíciles de explicar. La franquicia púrpura y oro no lo dudó y acogió al esloveno, que conforma junto a LeBron James una pareja que parece el producto de un sueño febril.

La presencia de Doncic en los Lakers lo cambia todo. Sobre todo porque el esloveno ya ha demostrado que no necesita mucha ayuda para convertir a un grupo de jugadores en un equipo ganador. Lo hizo en Europa y lo ha repetido en la NBA. Con una plantilla de nivel medio, por ser generosos, consiguió llevar a los Mavs a las finales de Conferencia en 2022. Una vez que la gerencia le apoyó con jugadores complementarios, se clasificó para las Finales del año pasado. ¿Podrá repetir algo similar en su primer año en los Lakers? Es difícil, aunque no es descartable.

Para ello, los Lakers necesitarán al mejor LeBron James. Al que, por cierto, hemos visto esta temporada. A sus 40 años, el alero ha jugado un total de 70 partidos, en los que ha promediado 24,4 puntos, 7,8 rebotes y 8,2 asistencias. Números de élite absoluta, independientemente de su rango de edad. Evidentemente, en Playoffs hay que hacerlo cada dos noches, lo que genera alguna duda respecto a su fíciso. Aunque si consigue mantener el nivel demostrado hasta la fecha, no hay razones para no creer en el potencial de estos Lakers.

La tercera pata de los Lakers es Austin Rivers, quien esta temporada ha promediado 20,2 puntos por encuentro. El jugador llamado a ayudar en ataque, sobre todo los días en los que Doncic o LeBron no estén inspirados. Por lo demás, los de Los Ángeles son un equipo raro. Especialmente porque son un conjunto sin pívot titular. Intentaron fichar a Mark Williams, pero aquella operación terminó rechazada. Desde entonces JJ Redick los ha reestructurado en un small-ball atípico, pues si bien no hay un center claro la mayoría de los jugadores en pista son grandes para sus posiciones.

Del acierto de los Rui Hachimura (13,1 puntos y 5 rebotes por partido con un 41,3% en triples), Dorian Finney-Smith (7,9 ppp con un 39,8% en triples) o Dalton Knetch (9,1 puntos por partido con un 37,6% desde la línea de tres puntos) dependen gran parte de las posibilidades de que los de púrpura y oro den la campanada en un año en el que, a priori, nadie contaba con ellos. Si todos están en sintonía; ¿quién se atreve a descartarles?