UConn se lleva la batalla de gigantes y se lleva el segundo título nacional consecutivo
Sexto título para la universidad, segundo en dos años para el equipo de Dan Hurley, que dominaron durante todo el mes de marzo.

La Universidad de Connecticut se ha proclamado campeona por segunda vez consecutiva y sexta ocasión desde 1999 (75-60). A los equipos de Richard Hamilton ese año, de Emeka Okafor y Ben Gordon en 2004, de Kemba Walker en 2011, Shabazz Napier en 2014 se une el equipo de 2024. Quizás el mejor de todos ellos, el único capaz de revalidar el título del año pasado pese a haber perdido tres jugadores por el draft de la NBA. Con seis títulos, igualan a North Carolina como tercera universidad con más, solo por detrás de UCLA (11, el último en 1995) y Kentucky (8, el último en 2012). Y lo han hecho dominando como muy pocos equipos, ganando los seis partidos por un combinado de 125, o más de 20 por partido. El mayor diferencial en la historia del torneo.
Fue demasiado equipo UConn para Purdue, que aguantó la primera parte a dos posesiones (36-30) antes de desaparecer en la segunda. Porque no podían anotar sin que el balón pasar por las manos de Edey, sin alternativas, con solo siete triples lanzados (y uno anotado) tras ser uno de los equipos con más y mejor lanzamiento exterior durante la temporada regular y las fases iniciales del torneo. Un parcial de 23-12 para abrir la segunda parte, con un 12-4 incluido en dos minutos y medio. Aparecían todos en UConn, con momentos para Stephon Castle, la defensa de Cam Spencer o los protagonistas repetidores del año anterior, Tristen Newton y Alex Karaban. Y delante, entre Fletcher Loyer, Mason Gillins y Lance Jones se combinaban para cinco puntos. Cinco tristes puntos, y todos de Jones. No hubo plan B en Purdue.
A cinco minutos para el final, UConn conseguía el +18, la mayor diferencia del partido antes de que Zach Edey superara a Elvin Hayes e igualara a Bill Bradley en la tabla de máximos anotadores en un torneo nacional, con 177. Por delante, Glen Rice (184) con Edey siendo el único jugador en el top-5 después de 1989. Pero ese fue un resumen perfecto de la final, Edey contra la mejor universidad del planeta, la vigente campeona. Edey contra todos. Y como el domingo, ganó el colectivo. Primer equipo que repite título desde Florida en 2006 y 2007, el último en lograr el histórico back-to-back, con Al Horford, Corey Brewer y Joakim Noah en sus filas. UConn se cuela en esta lista élite, con siete universidades habiéndolo logrado previamente. El récord siguen siendo siete seguidos para UCLA entre 1967 y 1973.
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— CBS Sports College Basketball 🏀 (@CBSSportsCBB) April 9, 2024
Una final de altura
La final se vendió como un duelo entre los gigantes de cada universidad, Zach Edey y Donovan Clingan, dos jugadores por encima de los 218. Por un lado, el de Purdue. El canadiense venía de coronarse dos años seguidos como mejor jugador de la NCAA antes de iniciar su carrera profesional, referente absoluto del equipo y principal arma en ataque y defensa para los Boilermakers. En frente, UConn como equipo. Clingan es simplemente uno de los representantes de los Huskies, la universidad que premia el colectivo. El proyecto tiene muchas caras, y todos juegan al ritmo de Dan Hurley, técnico en su sexta temporada. Como sucedió en la final femenina, con Caitlin Clark jugando ante el mejor equipo del circuito colegial. Pero sí, en el fondo era un duelo de gigantes, y de cómo frenar al rival.
La última vez que dos jugadores por encima de los siete pies se encontraron en la final por el título nacional era 1984. Por aquel entonces, un tal Patrick Ewing lideraba a Georgetown a la gloria tras acabar el año 34-3, ganando la final ante la Houston de Akeem Olajuwon. Ewing, que perdería dos finales (1982 ante North Carolina con el tiro de Jordan, y 1985 ante Villanova), se imponía y conseguía el primer título de la historia para la universidad de Washington DC. Era la segunda final consecutiva que perdía Akeem, tras caer en 1983 contra NC State. Los dos, Olajuwon y Ewing acabaron siendo la primera elección del draft en años consecutivos, 1984 y 1985, por delante de nombres como el propio Jordan o Karl Malone (pick #13) respectivamente. Edey y Clingan no aspiran a tanto, aunque alguno de los dos podría colarse en la lotería del draft.
Y Zach Edey aguantó lo que pudo. Al descanso sumaba 16 de los 30 puntos de la universidad, con además 5 rebotes y 2 tapones. El ataque pasaba por él, y la defensa vivía en su presencia interior, pero era algo que UConn sabía. Empezó el partido atacando a Clingan, llevándose el duelo particular, pero los Huskies mandaban sin freno. La lucha de Clingan no era con Edey, porque no la podía ganar; el canadiense metió 37 con 10 rebotes. La lucha era por ganar el título nacional antes de dar el salto a la NBA. Donovan se quedó con solo 11 puntos (5/8 en tiros) y 5 rebotes, dejando el protagonismo a sus compañeros. Newton metió 20, y Castle, el jugador con mayor proyección para el próximo draft, otros 15. Cam Spencer puso otros 11, con 8 rebotes. Newton se llevó el premio a mejor jugador de la fase final del torneo nacional, premio que Sanogo consiguió el año pasado.
¿Una dinastía?
Dos títulos seguidos pueden ser solo el inicio. Se han convertido en el primer equipo en ganar el título como seed #1 desde que lo hiciera Louisville en 2014, edición que fue declarada vacante por un escándalo sexual destapado un año más tarde. Hurley sabe que perderá al menos a dos de sus titulares en el draft de la NBA, Castle y Clingan, y otros dos se gradúan, Newton (que podría acabar en la NBA) y Spencer. Pero ya consiguió algo único el pasado verano: renovar a su equipo y volver a competir. Hacerlo todavía con mayor dominio, para llevarse un título aplastando a todos los rivales. Por ahora ya han conseguido a dos jugadores, Ahmad Nowell e Isaiah Abraham. Y repetirán estrategia: darle importancia a los jugadores de este año, como Jaylin Stewart.
Será complicado repetir el título, pero con Dan Hurley en el banquillo todo es posible. Ganaron uno, han levantado el segundo, y deberían salir como uno de los candidatos para 2025.