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Zion Williamson, la bestia que la NBA esperaba, ya está aquí

El nº 1 del draft de 2019 desapareció del mapa por una lesión. Ahora, con una versión mejorada, ha vuelto para quedarse.

Zion Williamson. /GETTY
Zion Williamson. GETTY
Alejandro Gaitán

Alejandro Gaitán

Durante todo el curso pasado, con el ex Duke lesionado y Ja Morant jugando a un nivel de MVP y liderando a los Grizzlies al segundo lugar del Oeste, muchos olvidaron el nivel de Zion Williamson. Compañeros de draft, Morant había adelantado por la derecha al que fuera primera elección del draft de 2019. Figuras como Darius Garland, que jugaba su primer All Star, o Jordan Poole, clave en el anillo de los Warriors, ocupaban las portadas deportivas. Nadie hablaba de Zion. 

La NBA es, como la memoria humana, efímera. A la que desapareces del panorama deportivo actual, ni siquiera las últimas semanas, abandonas el colectivo social. Zion Williamson no jugaba un partido desde el 4 de mayo de 2021 y para el aficionado de la NBA, era parte del pasado. El presente era Ja Morant, Devin Booker, Jayson Tatum o los Warriors. Olvidamos a uno de los mejores jugadores de la NBA.

Hablamos de un jugador que en su temporada rookie, en solo 24 partidos, promedió 22.5 puntos. Hablamos de una rareza física que dominó la liga en su segundo curso, con 27 puntos por partido y una eficiencia comparable solo a Shaquille O'Neal. Un jugador tan imparable por las defensas rivales como poco fiable por la salud propia. En tres años jugó solo 85 partidos de los más de 220 que New Orleans disputó en sus primeras tres temporadas. Las lesiones incluso pusieron en duda su inicio esta temporada, pero parece (importante el parece) que ha vuelto.

Una versión mejorada

Esta versión de Zion es la más completa. Ya no es únicamente el portento físico que supera a los rivales en la pintura y es imposible de detener cerca del aro, ahora ha añadido una variedad a su juego. El número de tiros que lanzaba a menos de un metro del aro ha bajado respecto a sus dos primeros años del 74.4% a un 62.4%. Busca la pintura, pero su rango de tiro ha crecido: ahora el lanzamiento promedio es casi un pie más lejos. Los porcentajes no se han visto afectados para nada. 

Ha reducido el triple, que sigue siendo algo menor (aunque metió dos ante Indiana, algo que no hacía desde su debut en la NBA), y sobre todo, ha aprendido a desarrollar su propio tiro. Cuando llegó a la liga recibía asistencias en tres de cada cuatro canastas, ahora solo en el 56%. Anota menos, principalmente porque los Pelicans no necesitan 30 puntos de su estrella. La presencia de CJ McCollum y Brandon Ingram y el poder contar con los tres juntos es una bendición para Willie Green, el entrenador en New Orleans.

Pero todavía tiene noches de dominio. Ante Toronto anotó 33 puntos en 15 tiros de campo, lanzando 80% y capturando 10 rebotes. Le añadió 4 asistencias, 4 robos, 2 tapones y una línea estadística que se ha visto solo tres veces en la historia. La primera, Amar'e Stoudemire en 2008. La segunda, Ben Simmons hace tres temporadas. Desde la vuelta de su lesión y sin contar la paliza ante Golden, Zion promedia algo más de 25 puntos, 8.5 rebotes. Y los Pelicans están terceros en la conferencia. 

El equipo ha superado todas las expectativas, especialmente en el lado defensivo. Tienen la cuarta mejor defensa de la NBA y el sexto mejor ataque, un diferencial por encima de Milwaukee y han conseguido que el big-3 funcione en conjunto por primera vez desde la llegada de McCollum. Aunque lo importante es, y siempre será, Zion Williamson y su crecimiento como jugador. Y todavía tiene 22 años.