Quique Villalobos, el "loco gracioso" que traza la carrera de Doncic y que fue el 'Air' español: "Empezó como si le hubieran sacado de una cueva"
Excompañeros en el Real Madrid ayudan a entender la figura del representante del jugador esloveno de los Lakers.

Cuando se anunció el fichaje de Luka Doncic por Los Angeles Lakers, el mundo del baloncesto se sacudió como un castillo de naipes. Uno de los ases de la baraja cambiaba de palo y provocaba un terremoto del que todavía hoy quedan secuelas. Sin embargo hubo una persona que apenas tuvo tiempo para reponerse del shock. En su caso tocaba moverse con rapidez para montarse en un avión y viajar hasta California para estar con el esloveno en su presentación con la camiseta púrpura y dorada.
Quique Villalobos lleva acompañando al esloveno desde los inicios de su carrera en la cantera del Real Madrid. Es el hombre que, siempre desde un segundo plano y alejado de los focos, ha ido guiando los pasos de la nueva superestrella de los Lakers y en su puesta de largo en Hollywood quiso estar con uno de sus jugadores. Quizás el más importante, al menos mediáticamente, pero ni mucho menos el único.
En su equipo juegan nombres de tanta relevancia como Facundo Campazzo, Dario Brizuela, Xabier López-Arostegui, Jaime Fernández, Carlos Alocén, Héctor Alderete, Alex Sarr o Neemias Queta, entre otros muchos. Jugones que han puesto su futuro en manos de quien fue cocinero antes que fraile y así lo atestiguan sus 16 temporadas como profesional, donde tomó más de una nota para luego convertirse en uno de los agentes más importantes del baloncesto europeo.

"En sus primeros años, cuando empezó a jugar de forma profesional, no tenía ni idea de lo que había pasado en el baloncesto español los años anteriores. No sabía quién era Brabender, no sabía quién era Luik, no sabía quién era Rullán, no tenía ni idea de nada", recuerda entre risas Toñín Llorente en conversación con Relevo para descubrir un poco más a la figura de Villalobos. "Empezó como si le hubieran sacado de una cueva y de repente le hubieran puesto a jugar".
Villalobos comenzó tarde en la cancha, a los 16 años, y fue fruto de un encuentro casual con el balón naranja por parte de un joven al que le gustaba una cosa por encima de todo: hacer deporte. Cualquiera. Sin embargo, sus cualidades le acercaron al baloncesto y no tardó en llamar la atención del Canoe y, poco después, debutar como profesional. Lo hizo en Málaga en el Caja de Ronda, con el que jugó 18 partidos en ACB y, más tarde, en Primera B, antes de volver a Madrid para jugar con el CajaMadrid, previo a su fichaje por el Real Madrid de Petrovic.
En ese equipo coincidió con Ángel Jareño, nombre pegado a la historia del baloncesto blanco como uno de los técnicos más longevos en la Casa Blanca. "Era un jugador muy importante. Mucho más allá de la cancha porque era un tipo tremendamente positivo, siempre tirando para delante y siendo un jugador de equipo", reconoce el técnico madrileño, que antes de definir al jugador como tal, recalca su verdadero valor. "Para nosotros era un halo de alegría porque era un loco gracioso, tenía un punto de locura graciosa".

Ya con el balón en las manos, Jareño destaca dos características del juego de un escolta que se adelantó a su tiempo por su juego: "Su talento era la parte defensiva. Era uno de los mejores defensores del equipo, si no el mejor. Y en ataque estaba bastante centrado en su lanzamiento de tres puntos, que además era un lanzamiento muy lejano para aquella época era capaz de tirar a mucha distancia".
Esas eran dos de sus grandes virtudes bajo el prisma del entrenador, porque a ojos del aficionado Villalobos siempre será recordado como 'Air' por su facilidad para machacar el aro rival. "Era un jugador de equipo, tenía un gran tiro y una penetración. Muy rápido y saltarín, que era su característica", recalca un Chechu Biriukov, que compartió vestuario con el escolta madrileño que terminó su etapa en la Liga Endesa tras 11 temporadas con 5,5 puntos y un 34% de acierto desde la línea de tres.
Números y highlights que no definen de todo a un jugador que tenía un rol muy importante en aquel Madrid en el que estuvo cuatro años. "La química, ahí es donde Quique era mucho más importante. Yo recuerdo la temporada de George Karl, que Quique fue fundamental en un montón de aspectos que la gente no se daba cuenta. Por ejemplo con el inglés, era fundamental con su traducción perfecta. Fue importante porque ayudaba con todo al equipo".
"Conociéndole, me parece muy normal que hiciera esto.¿Por qué? Pues porque él conocía el mundo del jugador, conocía el número del entrenador y era un tipo fantástico, entonces, ¿por qué no ayudar a los demás?"
Y fue ese sentido del servicio a los demás el que, según Jareño, le pudo llevar al otro lado una vez que colgó las botas tras pasar por Baskonia, Murcia, Andorra, Granada y dos temporadas de 'exilio' en Francia. "Sin saber nada, yo te podría decir que conociéndole, me parece muy normal que hiciera esto.¿Por qué? Pues porque él conocía el mundo del jugador, conocía el mundo del entrenador y era un tipo fantástico, entonces, ¿por qué no ayudar a los demás? Yo creo, sin saber, que podría empezar por ahí".
El cambio de los mates y los triples a los contratos también pilló por sorpresa a Toñín, quien durante años no sólo fue compañero en la cancha con Villalobos: "Fue sorprendente porque si hay algo que no se esperaba él al retirarse es que se iba a convertir en representante. Yo creo que es algo que le vino dado sobre la marcha. Fue un cambio en su vida que yo creo que ni él ni yo que le conocía bien, esperábamos. Al final lo ha asumido bien y yo creo que lo está haciendo fantásticamente bien y es el representante más importante que tenemos".
Una categoría que no sólo se ve en su cantera de jugadores con Doncic como punta del iceberg. Villalobos se ha independizado como agente tras años de la mano de BDA Sports y ha creado su propio método. Una forma de trabajo para "inspirar, entrenar, guiar, cuidar y conectar su potencial con un mundo de oportunidades en el baloncesto profesional" como reza la descripción en su web. Pilares que han convertido a Villalobos en una referencia también en los despachos, como recuerda Biriukov: "Es perfecto como agente. A cualquier jugador que vea que vale la pena le digo que se vaya con él".