Una previa de la Supercopa con granizo, charlas furtivas, Rauw Alejandro, agua con gas y una 'bendición' en Murcia
Mientras que Real Madrid y Barça llegaron sin sobresaltos, a Unicaja le cayó un auténtico diluvio. Los tres equipos ya están en Murcia, donde el UCAM ejercerá como anfitrión del torneo.

Murcia.- Hay un dicho popular que dice novia mojada, novia afortunada. Y si esto lo trasladamos a la Supercopa Endesa, lo cierto es que Unicaja tiene la fortuna de su parte. Más que nada porque fue el equipo que llegó a la capital murciana pasadas las siete y media de la tarde, en mitad de lo que pudo ser el diluvio universal. Una tormenta que mutó en granizada, para luego acabar otra vez en chaparrón y de la que bien se puede decir que ha bautizado al torneo que en sólo unas horas dará comienzo en el Palacio de los Deportes.
La historia es la siguiente. El UCAM Murcia, que ejerce como anfitrión, entrenó con tranquilidad durante la mañana de este viernes. "Llegamos bien. La mentalidad es siempre buena para un torneo como este y físicamente los jugadores están en diferentes niveles. No es lo mismo los que he han acabado el Mundial hace unos días que los que llevan aquí toda la pretemporada. Hay un desnivel, pero el nivel en general es bueno para afrontar el partido de semifinales", explicaba entonces Sito Alonso tras un entrenamiento tranquilo y sin sobresaltos.
A esa misma hora, media mañana más o menos, algunos periodistas aterrizábamos en la Estación de Tren con la tarea de pillar un taxi. Algo que se antojó casi como encontrar una aguja en un pajar en mitad de un caluroso bochorno que nos brindó Murcia como bienvenida. También a esa hora, más o menos, Unicaja se montaba en su autobús para hacer el trayecto por carretera desde Málaga. Mientras que el Real Madrid de Baloncesto terminaba en Valdebebas, en Madrid, su entrenamiento matinal tras el que era Chus Mateo el que tomaba la palabra. Y tras valorar cómo llegaban los jugadores -a modo de resumen, del estilo a lo que decía Sito Alonso de los suyos- hablaba de Usman Garuba.

"Obviamente es un jugador que no tengo yo. Me encantaría que estuviera con nosotros, pero son decisiones que cada jugador tiene que tomar. Por supuesto que me gusta, cómo no me va a gustar. Igual que el año pasado cuando me preguntabais por Campazzo. Pero se tiene lo que se tiene y se entrena a los jugadores que se tiene. Y estoy encantado con los que hay", decía entonces Mateo. Horas después, cuando el Real Madrid se acababa de bajar del autobús que lo llevó desde la Estación de Tren -la expedición viajó en AVE- hasta el Hotel Nelva, donde se alojan los equipos, saltaba la noticia: Garuba firma un contrato dual con los Warriors y se queda en la NBA.
Jarro de agua fría para un Real Madrid que llegó cuando aún el cielo estaba despejado en la ciudad. Aunque quizá, el principio de la frase sea demasiado literal. Más que nada por lo que pasó sólo hora y media después. Eso sí, justo antes de lo que bien pudo ser el Apocalipsis murciano, Fabien Causeur tomó la palabra en el hall del hotel para hablar de la Supercopa y, cómo no, de la vuelta del Facu. "Estamos muy motivados. La Supercopa es un torneo que llega pronto pero yo tengo cinco en casa y es bonito. La vuelta del Facu aporta mucho. Él es el mismo, tiene muchas ganas, aporta en ataque y defensa. Es como la pieza que faltaba y ya ha llegado, porque él sigue igual y lo conocemos", dijo el escolta blanco.

Y tras ello, la que llegó fue la expedición del Barça Basket. Que aunque aterrizaron sin demasiadas nubes y llegaron al hotel entre claros, vieron cómo empezaban las primeras gotas a caer cuando media hora después pusieron rumbo al Palacio de los Deportes para entrenar y atender a los medios... Aunque no a todos. Porque servidora y unos cuantos periodistas más se vieron abocados a quedarse refugiados en ese hall del hotel Nelva ya que nada más montarse la plantilla del Barça -entre ellos los nuevos fichajes- en su autobús y poner rumbo al pabellón, empezó a caer la monumental.
Eso sí, antes tuvo lugar un encuentro furtivo argentino entre Nico Laprovittola y Facundo Campazzo por los pasillos del hotel. Dos compatriotas que este sábado serán rivales directos para luchar por un puesto en la final en ese Clásico que dará el pistoletazo de salida a la Supercopa Endesa 2023-2024 (18:30 horas).

Total, que con el Real Madrid ya asentado en sus habitaciones, el UCAM Murcia con cada uno en su casa, y el Barça ya en el Palacio de los Deportes para entrenar, dieron las siete y media de la tarde. Y Murcia se convirtió en un escenario que bien podría haber sido donde tuvo lugar el episodio bíblico del Arca de Noé. Pero sin tiempo para haber construido la barca, claro.
El cielo empezó a caerse, de forma literal. Y allí no podía salir nadie del hotel y casi que ni entrar. El hall y la cafetería eran un hervidero de gente de organización de la ACB, gente del Real Madrid, periodistas... Y fans del cantante Rauw Alejandro, que este fin de semana da dos conciertos en la localidad, y que preguntaba si este estaba allí alojado para tratar de verlo. Si hasta el Chacho bajó con un vaso con agua con gas para bebérselo mientras veía qué había por allí de la que había montada y lo que tronaba y se iluminaba el cielo. Y ahí, en mitad de todo aquello... El autobús de Unicaja. O unos faros que a lo lejos hacían ver desde las cristaleras que aquello era un autobús y, por el cálculo que nos habían dicho, era el del equipo cajista. Así fue.
📍 Murcia.
— Relevo (@relevo) September 15, 2023
No importa que llueve o granice.
👏 Nadie se queda sin su foto con Alberto Díaz.
❤️ El gran gesto del base de Unicaja con unos pequeños aficionados.
🎥 @noeliagomezm pic.twitter.com/8PZfRpDhfR
Posiblemente lo que vino a ser la bajada del autobús, cogida de maletas y entrada al hotel, haya sido la transición más rápida que hayan hecho nunca los jugadores de Ibon Navarro. Salvo Alberto Díaz. Porque ahí estuvo el capitán, cual señor, aguantando el chaparrón -y nunca mejor dicho- mientras unos niños temerarios se enfrentaron al viento -que también hacía- y a la lluvia y en mitad de la que estaba cayendo le pidieron una foto. Y se la echó. Y con todo y con eso, tuvo a bien hablar ante los medios que seguíamos allí atrapados por lo que ya había mutado a un granizo que obligó incluso a los agentes de la Policía Nacional a correr, literalmente, hacia el interior del hotel.
"Es cierto que tenemos el mismo bloque, que sólo hemos cambiado una pieza y que nos conocemos bien aunque hemos llegado algunos tarde por el tema de las selecciones. También tenemos el problema de los pívots, pero creo que el equipo está bien, que está centrado en que quiere hacer un buen papel y tenemos nuestras armas. Estamos tranquilos", dijo el base malagueño, que bien pudo añadir que, visto lo visto, también estaban bendecidos si ese refrán para la novia que se casa también vale para el baloncesto. Sea como fuere, en unas horas empezaremos a salir de dudas porque, ahora sí, la Supercopa Endesa ya sí está aquí.