BALONCESTO | FEDE VAN LACKE

Un trotamundos de las canchas que sueña con ser entrenador ACB: "No toleraba ni la derrota ni jugar mal; me salió una úlcera por no saber gestionarlo"

Fede Van Lacke repasa su longeva carrera en Relevo y habla de su nueva faceta de gestor mental de deportistas y entrenadores.

Fede Van Lacke, en el Pabellón Olímpico de Badalona. /Relevo
Fede Van Lacke, en el Pabellón Olímpico de Badalona. Relevo
José Luis Lorenzo

José Luis Lorenzo

Donostia es la ciudad en la que más tiempo ha vivido después de que abandonar su ciudad de origen, Santa Fe en Argentina cuando apenas contaba con 22 años para emprender su aventura en el baloncesto español. La primera parada de Federico Van Lacke fue el Lobos Cantabria. Desde entonces se convirtió en un nómada de las pistas de baloncesto, una trashumancia que le hizo jugar hasta en 14 equipos. Retirado ya del basket profesional, que no de las canchas, este argentino de nacimiento, pero donostiarra de adopción, trabaja duro para convertirse en entrenador de basket y dar el salto a la élite, o lo que es lo mismo, a la ACB. De momento, está haciendo sus primeros pinitos en un equipo del Easo.

Pero el amor por el basket de este coétano de la generación dorada del baloncesto argentino va más allá y por eso se ha convertido en gestor mental de deportistas y entrenadores para poner en las manos de estos últimos las herramientas necesarias para sobrellevar la presión que supone ser un deportista de elite. Es algo que él hubiera agradecido durante su periplo deportivo en el que las ansías por ganar siempre le jugaron alguna mala pasada.

Acaba de llegar de pasar unos días en Badalona… ¿cuántos recuerdos se le han amontonado en la memoria?

Muchos recuerdos porque fue una etapa muy bonita a nivel deportivo por vivir en un club como el Joventut donde el ADN del baloncesto es 100% y también porque, a nivel familiar, ahí nació mi primera hija. Todo fue en el mismo año y se vivieron cosas muy intensas. A nivel deportivo me sentía como un pez en el agua. 'Este es el lugar donde siempre he soñado estar', me decía. La gente me acogió muy bien desde el primer día. Tengo muchos amigos y muchos recuerdos de lo que fue esa temporada.

"Andas por las calles de Badalona y escuchas el balón botar. Los niños pequeños ya están soñando con formar parte del primer equipo. Corre por las venas el baloncesto más allá de la tradición, de los grandísimos jugadores y de los torneos ganados"

Fede Van Lacke

¿Qué significa para un baloncestista jugar en el Joventut?

Es baloncesto puro. Siempre lo digo. Andas por las calles de Badalona y escuchas el balón botar. Los niños pequeños ya están soñando con formar parte del primer equipo. Corre por las venas el baloncesto más allá de la tradición, de los grandísimos jugadores, los grandísimos equipos y los torneos que han ganado. Es la pasión por botar, por tirar, por compartir esos momentos y estas pistas con amigos y entrenadores que dan todo para que los niños y las niñas mejoren cada día.

No solo en el Joventut, también en Estudiantes…

Es como cuando te metes en un río con una corriente fuerte, que te va llevando hacia adelante. Esa es la sensación que me dio a mí cada vez que llegaba a un entrenamiento y veía la cantidad de niños esperándonos para chocarnos la mano y luego volver a su entrenamiento rápidamente. Es como una inercia que te empuja hacia adelante a entrenar, a competir, a mejorar, a compartir y a mirarse en ese espejo que es el primer equipo. Es una cuestión de imán, que uno nace en Badalona y es como que te estás acercando cada día un poco más a ese primer equipo. Luego están los intangibles de las decisiones, de las posibilidades físicas, técnicas, tácticas, de que los jugadores vayan llegando, pero todos tienen la ilusión y trabajan por mejorar cada día para poder tener ese sueño o cumplir ese sueño de poder jugar en el primer equipo.

Van Lacke, defendiendo los colores del Joventut de Badalona.  ACB
Van Lacke, defendiendo los colores del Joventut de Badalona. ACB

Yo solo jugué un año y llegué siendo muy mayor. Me hubiera encantado haber nacido en Badalona y poder vivir esa preparación que he visto ahora que tienen. Tienen un camino ya trazado de cómo se tienen que dar pasos cada día para poder convertirte o sacar lo mejor de ti. Luego es el destino el que va decidiendo si pegas el estirón y entras dentro de los cánones que se necesitan para jugar a baloncesto, pero el que no, sigue la rama de ser entrenador. Es como que está todo conectado y eso se vive, se vibra en cada minuto que uno está viviendo dentro del pabellón de Badalona.

¿Qué hace un argentino nacido en Santa Fe y que ha jugado hasta en catorce equipos viviendo en Donostia? ¿qué te ha dado esta ciudad?

La posibilidad de poder compartir con mi familia, con mi mujer y con mis hijas, el día a día. Una de las razones por las que dejé de jugar fue también por dedicar tiempo a compartir con mis hijas y con mi mujer. Mucho de ese tiempo que había pasado fuera de casa por viajes, por partidos, por esa disciplina que yo siempre he llevado de jugar, ahora lo dedico a vivir esos pequeños momentos de llevar a mis hijas al colegio, de prepararles el desayuno, de acompañarles a su deporte, a baloncesto, a baile, de hacer las tareas juntos. Tiempo que antes no tenía y creo que Donostia es la ciudad ideal para poder pasar tiempo en familia. Luego está todo lo maravilloso que tiene: la playa, las montañas, la gastronomía, pero sobre todo es el día a día con la gente, con las personas, con los compañeros de mis hijas, amigos que vamos haciendo por convivir aquí. Eso es lo más apasionante.

Van Lacke realiza un mate de espaldas en su etapa en Valladolid.  ACB
Van Lacke realiza un mate de espaldas en su etapa en Valladolid. ACB

Para alguien que se ha movido tanto a lo largo de tu carrera, ¿ha sido complicado asentarse en un sitio?

Sí. Una de las cosas a las que teníamos miedo era a eso, a cómo sería vivir en un mismo sitio durante más de dos años. Estuve tres años en Valladolid, pero nunca habíamos parado tanto tiempo como hemos parado ahora. Era la incertidumbre que teníamos. Al segundo o tercer años era como que ya necesitábamos movernos, pero no. 'Hemos tomado la decisión de parar y vamos a hacerlo', nos dijimos. Mis hijas me preguntaban: '¿Vamos a cambiar ya de lugar?' 'No, ahora vamos a quedarnos aquí, vamos a disfrutar, a establecernos. Ya veremos en un futuro', les respondí. Ahora que estoy dando mis primeros pasos como entrenador, sé que llegará el momento de moverme o de movernos, pero, de momento, ya llevamos ocho años en el mismo lugar y eso nos ha dado una estabilidad emocional muy buena y ha sido positivo a nivel familiar.

¿Fue duro dejar el basket?

Siempre cuento que he necesitado un año de mucha introspección, de duelo, pero creo que lo he llevado muy bien. Ese final de carrera con la nueva etapa que estoy viviendo, toda la preparación mental para afrontar nuevos desafíos, que ahora lo llevo con deportistas y entrenadores, lo he aplicado primero en mí y justo, en ese momento, me ha ayudado muchísimo. Me he cruzado con las personas más adecuadas, con las que hubiese soñado, que me ayudaron para poder tener toda esa información y esos conocimientos y aplicarlos en mí. No voy a decir que no fue duro, fue muy duro, pero lo llevé con mucha conciencia, primero, y sabiendo muy bien o preguntándome muy bien qué es lo que quería para mí, para mi familia y creo que he tomado las decisiones acertadas y que necesitaba en ese momento para poder seguir adelante. Hoy me encuentro muy a gusto, muy satisfecho y disfrutando mucho del día a día.

La decisión, por tanto, es ser entrenador de baloncesto, ¿no?

Sí. Ahora mismo estoy combinando dos partes profesionales. Por un lado, la parte de ser entrenador de baloncesto en la que cada día estoy aprendiendo muchísimo y he sido capaz de reunir todos esos conocimientos como jugador con todos los conocimientos de entrenador. Entender el juego, no solo hay que entenderlo, ahora, como entrenador, hay que saber transmitirlo, hay que saber llegar y conectar. Y ahí entra la otra parte, la de ser gestor mental de deportistas, de equipos y de entrenadores. Todo eso que trabajo de forma paralela, lo reúno en un combo y hago que todo eso me haga un mejor entrenador. ¿Para qué? Para poder conectar con los chavales, con los jugadores, con el equipo, tratar al equipo como un todo, como un ente y que ese equipo, al final, desde el mes de agosto que empezamos a trabajar hasta mayo o junio, que es cuando acabaremos, sea un sistema que haya crecido, madurado, evolucionado, transformado su nivel técnico-táctico y su personalidad. Para mí es un gran desafío.

¿Entrenador de ACB?

Sí. Me encantaría ya entrar en un staff de ACB . Me encantaría poder hacerlo. Pero creo también que es parte de mi proceso de aprendizaje, de formación, de autoconocimiento, de definir hacia dónde quiero llevarlo y esos son los pasos que estoy dando en este primer año en el que realmente soy entrenador de un equipo. Llevaba años trabajando a nivel individual con tecnificaciones, pero este es el primer año en el que estoy a cargo de un equipo y estoy siguiendo ese proceso desde el día uno hasta el último día para sacar lo mejor cada día a nivel individual y a nivel de equipo. Sí que quiero y sueño con ACB, con selecciones y con NBA. Aplico un poco lo que fui como jugador de ser una persona ambiciosa, siempre conj una ambición equilibrada, que eso no me haga perder mi foco, siempre enfocado hacia lo que quiero, sabiendo que hay pasos que tengo que ir dando. En mi cabeza hay un montón de ideas.

Fede Van Lacke aspira a convertirse en entrenador ACB. Relevo

¿Estás preparado para dar ese salto?

Estoy en proceso. Si me llega la oportunidad, me prepararé y sacaré lo mejor de mí para poner el pecho a todo lo que vaya viniendo y creo que, en ese aspecto, soy una persona que me adapto muy bien a los desafíos. Ser un entrenador de ACB, hoy hay 18 en España, es un puesto muy caro de acceder y hay que estar muy preparado. No soy de precipitarme, tampoco soy del síndrome del impostor. Voy en proceso de formarme, creo que llegaré en algún momento. No sé cuándo, pero soy consciente de que para llegar a ese objetivo tengo que dar unos cuantos pasos antes. Pero no me quita el sueño. Sé que me estoy dirigiendo con pasos sólidos y firmes y en algún momento llegará la oportunidad.

Ese carácter ganador de la generación dorada del baloncesto argentino, ¿cuánto te ha ayudado?

Son contemporáneos míos y algunos me dicen: 'Qué pena que hayan coincidido contigo' Yo creo que soy un afortunado de poder ser contemporáneo de estos monstruos. En ningún momento me ha perjudicado. De hecho, me ha abierto las puertas para poder venir a Europa. Han sido un espejo y un referente aunque tengamos casi la misma edad, pero yo me he fijado muchísimo en ellos, porque además de la calidad y el talento, tienen una marca de la selección argentina, que es la capacidad de competir, de, cada día, ser más ambiciosos y de querer mejorar y ganar y volver a ganar. Eso es la marca de la generación dorada y han dejado ese legado en muchísimos chicos y deportistas como yo.

"¿El secreto del éxito de la generación dorada? Ese gen competitivo, pero no solo durante los partidos. Fuera de la pista, eran los mejores amigos, pero cuando se metían dentro, se acababan los amigos y un entrenamiento era a morir"

Fede Van Lacke

Casi todos han tenido una carrera longeva como la tuya. ¿Cuál es el secreto del éxito?

Ese gen competitivo. A partir de ahí, se desencadenan un montón de cosas. En ellos coinciden un físico privilegiado, una disciplina privilegiada, una preparación mental tremenda y, por supuesto, el talento en baloncesto. Han sido doce, quince jugadores que crecieron juntos desde muy pequeños y que llegaron a 2002, a ese campeonato del mundo, y dieron el primer golpe encima de la mesa. Lo que más se puede resaltar de esa generación es el nivel competitivo que tenían. No solamente era durante los partidos o los torneos. Sé muy bien por fuentes cercanas que el día a día en los entrenamientos era muy duro y muy competitivos entre ellos. Luego, fuera de la pista, eran los mejores amigos, pero cuando se metían dentro de la pista de baloncesto, se acababan los amigos y un entrenamiento era a morir y eso marca la diferencia.

¿Quién era el mejor?

Hay varios referentes. Por talento en sí y por clase a la hora de jugar tenemos que hablar de Manu Ginobili. Era el referente en cuanto a clase, talento y el juego bonito. Luego tenemos a jugadores de puro corazón como Noccioni, al que no importaba quién se pusiera delante, que él iba a pasarlo por encima y luego está el otro referente en cuanto a trabajo que era Luis Scola. Luego hay muchísimos más que le han marcado el camino a ellos también, pero ellos tres han sido los tres referentes en tres ramas paralelas que se complementan entre sí y que hacen que la generación dorada haya tenido en ellos tres puntales muy importantes.

¿Cuánto de importante es la salud mental, la fortaleza mental?

Hoy por hoy es absolutamente todo. Antes se asociaba a que un problema mental era signo de debilidad o signo de que estabas loco. No. Hoy por hoy, tanto si las cosas no van como uno quiere como si van muy bien, es necesario tener una buena gestión mental. Ese acompañamiento, al final, brinda a los deportistas y a los entrenadores a poder ponerle palabras a lo que uno está sintiendo, a cambiar perspectivas cuando las cosas no salen como uno quiere, a preparar partidos, campeonatos… No estamos hablando de equipo, también de deportes individuales. He trabajo con atletas, con pelotaris en la parte individual. He trabajado con equipos y con jugadores dentro de deportes de equipos. Al final, es muy importante la parte mental, la confianza y el sentirse que uno está caminando el camino que uno quiere y que ha elegido. Y eso es muy bueno, cómo levantarse después de una derrota y cómo seguir adelante cuando uno consigue los objetivos. A partir de ahí, hay que entrenar, hay que estar técnica y tácticamente preparado, hay que tener una buena alimentación, tener el descanso adecuado, trabajar en la prevención de lesiones, pero la parte mental multiplica a todo ello. Y si la parte mental es cero, sabemos que todo lo que hemos sumado se va a multiplicar y se va a quedar en cero. Entonces es algo muy importante que, afortunadamente, cada día se le va dando más importancia. Lo veo cada día cuando trabajo con deportistas y entrenadores, que se gradece mucho cuando uno se va dando cuenta, cuando va siendo consciente de lo que está viviendo y va revirtiendo situaciones complejas o complicadas con herramientas o simples cambios de perspectivas de lo que uno está viviendo.

Van Lacke, en su época en el Delteco GBC de Donostia.  DV
Van Lacke, en su época en el Delteco GBC de Donostia. DV

¿Qué es lo más difícil a la hora de trabajar la mente?

Lo más difícil es darnos cuenta de que necesitamos ayuda. Es fundamental. Porque en el mundo del deporte, en la vida en general, porque en el ámbito de la empresa pasa igual, no hay tiempo para parar o se nos ha hecho creer que no hay tiempo para parar. No hay tiempo para, por ejemplo, preguntarme cómo estoy hoy para este partido o cómo me estoy sintiendo. Se nos exige siempre estar al 100% y nos hemos criado de esa manera. Hay días, por cansancio, por enfermedad, por lesiones, por discusiones con alguien del entorno en el que quizá estoy al 50%. Darme cuenta de eso es muy necesario e importante.

"Lo más difícil es darnos cuenta de que necesitamos ayuda. Es fundamental. Porque en el mundo del deporte, en la vida en general y en el ámbito de la empresa pasa igual, no hay tiempo para parar o se nos ha hecho creer que no hay tiempo para parar"

Fede Van Lacke

Has dicho que trabajas con pelotaris. ¿Cuánto de difícil es trabajar con ellos?

Las personas acuden a mí cuando logran romper esa barrera de darse cuenta de que necesitan ayuda. Necesitamos todos una motivación y esa motivación no te la pueda dar otra persona. Es importante, por voluntad propia, darte cuenta de que no eres capaz de resolverlo o tener personas de nuestro entorno que nos cuenten que hay personas que ayudan a otros con sus conocimientos, con sus herramientas a poder entender qué es lo que está pasando. La primera cosa que les digo a los que vienen a mí es que yo no les voy a dar las respuestas. Sí les voy a ayudar, les voy a hacer las preguntas para que puedan encontrar las respuestas. Y si con las preguntas que les pueda hacer no encuentras las respuestas, por lo menos, voy ayudarles a que encuentren las preguntas para que, en algún momento, encuentren las respuestas. Me he encontrado casos en los que ni tan siquiera se han parado a pensar: '¿Qué es lo que quiero de mi vida?'. O te ayudo a encontrar las respuestas o te ayudo a que encuentres las preguntas para encontrar ese bienestar, que la persona se sienta bien. Uno está bien cuando le encuentra sentido a lo que está pasando.

¿Te hubiera gustado tener a alguien a tu lado durante tu carrera?

Tal cual. Creo que me hubiera ahorrado muchos dolores de cabeza, primero, a nivel individual, a la hora de gestionar derrotas y victorias; segundo, a nivel de convivencia dentro del equipo y tercero, a comprender las decisiones que toma un entrenador. Creo que me hubiera ayudado muchísimo a la hora de convivir y gestionarlo. Yo no toleraba la derrota, no toleraba jugar mal, que fallemos como equipo, no lo toleraba y eso me hacía mucho daño. Me salió una úlcera un año por no saber gestionarlo porque terminaba un partido y me agarraban temblores, escalofríos. Lo sufrí muchísimo. Siempre fui un curioso de que había algo más a nivel mental. Si yo entrenaba de la misma manera, me preparaba igual, comía la misma comida, me ponía la misma ropa, hacia todo igual, había partidos en los que las cosas me salían súper fáciles y en otros, en los que era imposible poder competir. Y no era una cuestión del rival era una cuestión mía, el rival estaba en mí. Y ahí me fui dando cuenta de que había algo más a nivel mental y ahí empecé a leer mucho, empecé a prepararme, a comprender… Me di cuenta de que quería profundizar en esto mucho más para aplicarlo en mí. Nunca pensé que podía haber sido una profesión como es a día de hoy. Se ha convertido en una profesión, la disfruto muchísimo y es muy satisfactorio porque siempre me veo reflejado en esos deportistas, en esos entrenadores que tienen los mismos miedos, la misma incertidumbre, los mismos problemas que tenía cuando era jugador.

Van Lacke habla de su carácter dentro de la pista. Relevo

¿Cuánto de mal lo pasaste?

Mucho. No sé si de uno a diez tendría que decir diez, pero mucho hasta que logré a separar lo que pasaba dentro del campo con lo que pasa fuera, logré aprender, sobre todo, a no asociar el ganar con el valor, es decir, si gano, valgo como deportista y como persona y si pierdo, no. Eso fue un trabajo muy duro.

Eso es el reflejo de la sociedad, ¿no?

(Asiente con la cabeza) Cuando hago los procesos, trabajo como una especie de fórmula, que es la diferencia entre Oriente y Occidente. Ser como persona para luego hacer y tener. Esa es la filosofía oriental, primero soy como persona, luego hago y luego tengo. Y en este lado del mundo vamos al revés. Primero gano para luego poder hacer y eso me convierte en ser una mejor persona. Si nos aferramos al resultado para ser mejor persona, estamos jodidos. Creo que primero tenemos que ser, tenemos que vivirlo, tener una identidad, saber qué somos para luego ponernos a hacer y buscar un resultado. Y en eso baso mis procesos, que la persona se conozca, sepa quién es, sepa lo que quiere, sepa el para qué hace lo que hace y, a partir de ahí, en el proceso, ya nos pondremos a trabajar en un objetivo, pero al principio necesitamos, como siempre digo, poner los focos hacia dentro, mirar hacia adentro, saber cómo estás, qué quieres y para qué, todo esto que acabo de decir, para luego poder orientar hacia afuera, qué pasa con el equipo, qué es lo que quiere el equipo, qué puedo hacer yo en este entorno y quñe objetivos me voy a plantear a nivel personal o a nivel de equipo.

"Está impuesto en la sociedad que caerse no está bien, que caerse es de débiles, pero creo que es de valientes poder levantarse y seguir peleando a

Fede Van Lacke

Cada vez hay más ejemplos de deportistas que dicen basta. El último en hacerlo ha sido José Ángel, futbolista del Sporting de Gijón. Pero antes que él lo hizo, por ejemplo, Ricky Rubio. ¿Cuánto de complicado es convivir con esa presión?

Es muy duro. No sé si es difícil o no. Algunos te dirán que lo es y otros, que es fácil. Creo que es duro y necesitamos tener unas herramientas. No nos han enseñado a tener las herramientas, a relativizar, a caernos y levantarnos. Está impuesto en la sociedad que caerse no está bien, que caerse es de débiles y creo que es de valientes poder levantarse y seguir peleando a pesar de las dificultades. Aquí entramos en que cada persona es un mundo y hay muchísimas dificultades en el día a día. Necesitamos darle importancia a que cada uno vive su historia, es protagonista de su película y, ya sea dentro de un equipo o de una empresa o dentro de una familia, necesitamos, primero, conectarnos con nosotros mismos para conectarnos luego con nuestra pareja, con nuestros hijos, con la gente que nos rodea para sacar lo mejor de nosotros y lo mejor de ellos.

Has tenido un montón de entrenadores que, ahora, desde tu experiencia, pensarás: 'Qué me estaba contando este' ¿Quién es el técnico que más le ha marcado?

He tenido muchos entrenadores que me han marcado. Algunos más a nivel de baloncesto, otros más a nivel general. A Porfi Fisca, por ejemplo, lo tuve un año en Donostia y tres en Valladolid. Está en Zaragoza entrenando en ACB. Él me ha marcado no solo a nivel de baloncesto, sino también, en el día a día, en darlo todo, en ser valiente. Y eso llévalo luego al ámbito que quieras, baloncesto, fútbol, empresa, familia, colegio… Sé valiente y darlo todo cada día. ¿Hay problemas? Sí ¿Hay cuestas que son muy difíciles de superar? Está claro, pero creo que necesitamos ser valientes para afrontarlo y para pedir ayuda. Necesitamos encontrar esas personas o esas herramientas que nos ayuden a gestionarlo y poder seguir avanzando. Avanzar en la dirección que queremos y, a veces, en otra dirección, pero creo que hay que ser valientes para parar y hacer eso requiere de mucha valentía.

¿Te da pena cómo está el baloncesto en Donostia y como está, por ejemplo, en una ciudad como Valladolid, en su día referente del deporte de la canasta?

Creo que la pasión sigue estando. Creo que la afición quiere, pide y necesita baloncesto tanto aquí como allí. Sé y soy consciente de que hay gente que trabaja para volver a esa elite de primer nivel nacional y europeo, hablando de Valladolid de la época de Sabonis. Hay una situación económica real que es muy problemática y que ha golpeado muy duro, sobre todo, a las entidades deportivas. Hay que estructurar muy bien. Yo siempre pongo el ejemplo del Joventud y ahora acabo de venir de allí. Creo que tiene una estructura muy sólida, muy buena. Creo que saben muy bien lo que tienen y hacia donde quieren dirigirse. Se necesita estar muy preparado a nivel de gestión para llevar adelante proyectos así. Creo que el foco no se tiene que poner en la punta de la pirámide, se tiene que poner más abajo, trabajar desde ahí, crear identidad, crear pasión desde una pirámide mucho mas amplia para que al cabo de un tiempo se termine reflejando en la punta.

Van Lacke trata de dar un pase en un partido.  DV
Van Lacke trata de dar un pase en un partido. DV

Hay muchas ciudades, muchos equipos que solo apuestan por esa primera punta de la pirámide y el trabajo real es mucho más profundo y se necesita crear identidad, referentes, es base solida que luego vaya creciendo y termine involucrando no solo a los niños y niñas que jueguen baloncesto, sino a padres y madres, personas que igual no tienen hijos que vayan a jugar, pero sí sobrinos, nietos, y que todos ellos, de alguna manera, vayan contagiando al resto. ¿Qué quieren las empresas? Quieren aportar, pero quieren también visibilidad. ¿Cuál es la mayor visibilidad? Que tú juegues en un polideportivo lleno de niños, padres, de personas y eso es lo que va a dar visibilidad a tu empresa. Creo que hay que jugar con polideportivos llenos. Estuve esta semana en El Gasca viendo al IDK. Era un miércoles a las seis de la tarde, pero echo en falta jugar contra el Valencia, el mejor equipo de Europa, y que eso no esté a reventar. Sé que se trabaja por acercar más gente, pero necesitamos crear una identidad. Gipuzkoa tiene muchísimos niños y niñas que juegan a baloncesto y necesitamos que todos ellos miren hacia el mismo lado.

"El otro día me lo decían en Badalona, que el gen competitivo que yo tenía, se ha visto en muy pocos jugadores en la historia del club y eso, habiendo estado en un club por donde han pasado los mejores talentos del mundo, me puso los pelos de punta"

Fede Van Lacke

¿Dónde has sido feliz?

Puede sonar muy a pelota. Sí que tengo que decir que el Joventud para mí fue lo máximo. Pero fui feliz en todos los equipos que he estado, porque en todos he puesto encima de la mesa mi pasión, mi compromiso y mi responsabilidad . En todos los equipos en los que he estado he sido capaz de dejar un legado o dejar una marca por ese chaval que lo daba todo por su camiseta. El otro día me lo decían en Badalona que el gen competitivo que yo tenía se ha visto en muy pocos jugadores en la historia del club y eso para mí, habiendo estado en un club por donde han pasado los mejores talentos del mundo, me puso los pelos de punta. Si tengo que decir un lugar, en el Joventud he sido feliz, pero sería injusto con todos los demás. Porque en Valladolid, en el GBC, en Huelva, en Murcia, en Granada el poco tiempo que estuve, en el Lobos Cantabria el primer año… Creo que en todos los sitios he sido feliz porque yo era feliz dentro de una pista de baloncesto jugando el partido que fuera y entrenando. He sido feliz y por eso ahora quiero seguir ligado como entrenador porque disfruto cada día tratando de ser mejor y, a través del baloncesto, transmitir ese nivel de competitividad, ese nivel de ambición, esas ganas de compartir, de formar un equipo, de mejorar a nivel individual y conectar con la afición.

¿Se queda con un momento en toda su carrera?

Hablo del mejor partido de mi carrera. Coincide que ganamos y que yo jugué muy bien. Estando en Estudiantes, después de haber estado mi hija un mes ingresada en el hospital a punto de morirse recién nacida, horas antes del partido mi mujer me dijo que le habían dado el alta. Jugamos contra el Barcelona de Juan Carlos Navarro, Mario Hezonja, Marcelinho Huertas… Logramos ganarles jugando en Madrid ante 15.000 personas, televisado por TVE y encima hice mas de 30 de valoración. Fue un partido redondo. No solo por eso. La Demencia había hecho una pancarta enorme: 'La Demencia esta con Serena' Toda la gente se puso de pie cantando mi nombre al final del partido y el de mi hija… Fue el sueño perfecto. Me acuerdo de mi madre y de mi suegra llorando en la grada. Fue muy especial, muy bonito y siempre estaré muy agradecido por el apoyo que me brindaron en el club, la afición y los equipos de ACB por cómo se volcaron en ese momento ante la situación de mi hija. Por eso sigo aquí en España. Me he sentido muy bien, muy querido, muy arropado, como en casa y para nosotros es un lugar muy bonito para seguir viviendo y tener ese sueño de ahora, desde otro ámbito, de la parte del entrenador, poder seguir tratando de conseguir esos sueños.

Van Lacke habla de su mejor momento dentro de una cancha. Relevo

Te has referido antes a Marcelinho Huertas, ¿cómo se explica lo que está haciendo?

Pasión. Creo que tiene pasión más allá del talento. Aquí no entramos en la parte de baloncesto… Aparte del talento, la lectura y la capacidad que tiene, creo que es la pasión y la manera de vivir y de entender de qué va el baloncesto. Con 41 años estar compitiendo al nivel físico que se exige hoy tanto en la Liga ACB como con la selección, la capacidad que tiene de adaptarse y reinventarse cada año. Dicen que hace siempre la misma jugada, pero lo consigue, es muy efectivo. Es una brutalidad lo que está haciendo. ¿Cómo lo hace? Con mucha pasión. Detrás de pasión le ponemos disciplina, preparación, sacrificio, conocimiento de juego, un montón de cosas, pero creo que lo que tiene es pasión y es una pasada.

"Dicen que Marcelinho hace siempre la misma jugada, pero lo consigue, es muy efectivo. Es una brutalidad lo que está haciendo. ¿Cómo lo hace? Aparte del talento, la lectura y la capacidad que tiene, creo que es la pasión y la manera de vivir el baloncesto"

Fede Van Lacke

¿Quién es el mejor jugador de baloncesto que has visto?

Referente fue Jordan. Él lo engloba todo. Por compatriota puedo decir Manu Ginobili. Para mí un referente en España siempre fue Juan Carlos Navarro. Pude competir contra él en muchas ocasiones y me provocaba una preparación toda esa semana de otro nivel. Le veía jugar y hacia todo tan fácil. Me preguntaba: '¿Cómo le paro a este tío?' Esos son varios referentes a los que siempre he mirado y son contemporáneos y me han motivado muchísimo cada día para seguir mejorando.

¿Te puedes quedar con un compañero?

Es imposible. Sería muy injusto. Si tuviera que decir uno, José Luis Galilea. A día de hoy sigo manteniendo una gran relación con él. Me ha enseñado muchísimo, me ha acompañado, me ha escuchado muchísimas veces, me ha aconsejado muchísimas veces y creo que si tendría que elegir a uno, diría a él por su experiencia en el baloncesto, por la trayectoria que ha tenido, por los consejos que me ha dado y por lo que me sigue dando a día de hoy.

No coincidió con Lalo García en el Valladolid, pero me dicen que crearon una muy buena relación…

(Casi se emociona) Cuando llegué, él ya se había retirado. Si bien fue muy cortita la relación, la viví muy especial. El deporte, el baloncesto no ha sido justo con él. Él le ha dado mucho más al baloncesto y al deporte que lo que le dieron a él. Hace poco se cumplió el aniversario de su fallecimiento y siento una gran tristeza que se haya ido Creo que tenía mucho más para darle al baloncesto y nosotros, desde el baloncesto, tenemos una gran deuda con él.