Otra WNBA sin jugadoras españolas este 2023
Ndour, Conde, Carrera y Cazorla eran las que más opciones tenían de disputar esta temporada. La norma de priorización de la WNBA y la Selección, detrás del 'vacío' de españolas este año.

Empieza la cuenta atrás para el inicio de la WNBA 2023. El 19 de mayo se lanzará por primera vez el balón al aire en una temporada en la que, de nuevo, no habrá ninguna española. Y no, no es porque no haya talento suficiente o falten opciones de jugadoras nacionales que puedan cruzar el charco, sino porque el calendario actual y las reglas de la propia WNBA son, a día de hoy, un escollo para ello.
Si uno piensa en españolas en la WNBA el primer nombre que se viene a la cabeza es Amaya Valdemoro. La alero madrileña, uno de los buques insignia del baloncesto español, fue la primera en dar el salto y hacer carrera al otro lado del charco hasta el punto de ganar tres anillos de la WNBA. Y lo hizo después de ser la primera jugadora española de la historia en ser drafteada.
Once jugadoras drafteadas
Tras ella, hubo otros nombres como Betty Cebrián, Marina Ferragut, Elisa Aguilar, Begoña García, Isa Sánchez, Sancho Lyttle, Marta Fernández, Anna Montañana, Anna Cruz -que también logró un entorchado en 2015- y Marta Xargay, que también llegaron a la mejor liga del mundo, aunque por otras vías. Pero lo cierto es que solo once jugadoras españolas han sido draftedas. Y de ellas, salvo Valdemoro y Nuria Martínez -actual directora deportiva del Barça CBS-, las otras nueve siguen en activo. Estas son: Alba Torrens, Astou Ndour, Leti Romero, Maite Cazorla, María Conde, Ángela Salvadores, Raquel Carrera, Aina Ayuso y, por último, Txell Alarcón que fue elegida hace solo diez días por las Washington Mystics.
🔝 El draft de la WNBA 𝐯𝐮𝐞𝐥𝐯𝐞 a hablar en español.
— Relevo (@relevo) April 11, 2023
Txell Alarcón, jugadora del Kutxabank Araski, ha sido elegida en el número 32 por las Washington Mystics.
📌 Es la 11ª española en ser seleccionada en esta ceremonia.
📸 @txellalarcon12 pic.twitter.com/VMKAjMlB0k
De sobra es sabido que ser drafteada no es sinónimo de jugar, eso que quede patente. Sin embargo, de estas nueve sí que hay algunas que, sobre todo en los últimos años, han jugado o tendrían garantías de hacerlo en EE.UU.. Es el caso, por ejemplo, de Maite Cazorla, Leti Romero o Astou Ndour, esta última ganadora de un anillo en 2021.
A ellas se unirían María Conde y Raquel Carrera, siendo estas dos, junto a Ndour las que, a día de hoy, cuentan con más opciones de tener una oportunidad en la liga estadounidense. Eso sí, prefieren no hacerlo de momento. Porque aunque el anuncio de continuidad de Ndour en las Sky hizo que muchos interpretaran que la española, que ya renunció el año pasado a jugar, sí que lo haría este año, tampoco será así. ¿Los motivos? Los cambios en las normas de priorización de la WNBA, la apuesta por jugar con la Selección y el poco margen respecto al fin de las ligas europeas las cuales suelen estar mejor pagadas que la estadounidense.
La norma de priorización de la WNBA
En el convenio colectivo de 2020 se aprobó la llamada "norma de priorización" con 2023 como fecha de entrada en vigor. Esta medida, que estará ya presente esta temporada, estipula que las jugadoras perderán un 1% de su salario por cada día que lleguen tarde a sus respectivos 'training camps' (empiezan el 30 de abril y los amistosos de pretemporada el 5 de mayo). Pero, además, si el primer día de la temporada (el 19 de mayo) la jugadora no está con su equipo, adiós a toda la temporada: será sancionada sin jugar. Sin embargo, de cara a 2024 la norma será aún más dura: si una jugadora no está el primer día de la pretemporada, no jugará en toda la temporada.
Pero, ¿por qué se ha llevado a cabo esta norma? Y lo más importante, ¿por qué las jugadoras han aceptado? Empecemos por lo segundo y basta una declaración de la ya exjugadora Sue Bird para responderlo. "Era una medida que no era negociable para la liga. Sin ella, no habríamos conseguido aumentos en el nivel salarial o la baja por maternidad", explicó Bird. Es decir, que si las jugadoras, durante la negociación del convenio, querían mejorar sus derechos, tenían que aceptarlo. Y respecto a la primera pregunta, la respuesta es sencilla: para que las jugadoras prioricen la WNBA a las competiciones europeas, ya que muchas de ellas (144 esta temporada) juegan gran parte del año en Europa y aquí cobran más que en EE.UU..
Aunque en el caso de Carrera, Cazorla y Conde al encontrarse en el llamado año "cero" o en el "uno" de servicio WNBA, sí que podrían acordar llegar tarde al inicio de la temporada en EE.UU. por el calendario europeo sin que tuvieran que enfrentarse a la sanción. No ocurre lo mismo en el caso de Ndour, que ya acumula varios años.
El final de las ligas y el compromiso con la Selección
Esto supone un revés para muchas jugadoras cuyas temporadas, por ejemplo, no acaban hasta mediados de mayo. Por mencionar a una de las ya citadas, Raquel Carrera, jugadora de Valencia Basket cuyos derechos en EE.UU. los tienen las NY Liberty, de llegar a la final de los playoffs por el título de Liga Femenina Endesa y tener que disputar un tercer partido, este se celebraría el 11 de mayo. Es decir, en mitad de la pretemporada de la WNBA. Más o menos en la misma fecha que acabaría Astou Ndour, lo que en su caso le haría perder aproximadamente un 15% de su salario al otro lado del charco.
Sin embargo, más allá de esto están los compromisos internacionales con la Selección, algo a lo que ni María Conde, ni Carrera, ni Cazorla, ni Ndour están dispuestas a renunciar de momento. "Ahora mismo priorizo mi equipo, que es Valencia Basket, con el que tengo contrato actualmente largo y también la Selección, el equipo nacional. Y si tengo que escoger, escogería estar en la Selección a ir a la WNBA", aseguró Carrera a Relevo hace unas semanas. Y en el caso de Astou Ndour, que milita en el Famila Schio, ocurre lo mismo: la poca distancia temporal que hay entre la final de la liga italiana, el inicio de la WNBA y el Eurobasket. Es más, la jugadora ya ha sido quitada de la web de las Chicago Sky como jugadora porque, del mismo modo, también quiere acudir a su compromiso con la Selección.
Este año, el Eurobasket se celebra del 15 al 25 de junio, lo que haría que las jugadoras no pudieran incorporarse a los equipos de la WNBA hasta después del campeonato, perdiéndose así más de un mes de competición. Lo cierto es que sí que existe una "excepción" para que puedan acudir a esta cita: las jugadoras tendrían que incorporarse el 30 de abril a los equipos y no podrán marcharse hasta que queden dos o menos semanas de entrenamientos antes del Eurobasket. Una vez eliminada su selección o ganado el campeonato, las jugadoras tendrán 48 horas para regresar con su franquicia. Y, precisamente, estas dos normas son imposibles de cumplir por culpa del calendario europeo.