Un top del balonmano provoca un escándalo en Croacia: envía al hospital al delegado rival y puede ser sancionado de por vida

El balonmano se le puede haber terminado a Marko Bezjak, jugador esloveno de balonmano que fue 116 veces internacional, logró el bronce con su selección en el Mundial de 2017 y conquistó la última Champions con el Magdeburgo. Y no por sus 37 años, una edad ya longeva, sino por un episodio que ha supuesto un escándalo en la liga croata, donde este deporte es una religión. Los hechos ocurrieron en el transcurso del Nexe-RK Zagreb de la liga regular, y el jugador se expone a dura sanción que podría ir de los tres meses a de por vida.

El jugador milita en el Nexe, que iba perdiendo 9-16 ante el Zagreb. En un contraataque, los locales anotaron el 10-16 pero los árbitros señalaron una falta anterior y anularon el gol. En ese momento se prendió la llama.

La grada rugió, se iniciaron las protestas y el delegado del Zagreb, Anto Josic, se acercó a la mesa a realizar una reclamación, cuando Bezjak se le acercó por la espalda y le propinó un empujón con su brazo enganchado al cuerpo que lo envió al suelo. El veterano delegado se retorció de dolor.

Josic quedó tendido en el suelo y el partido se detuvo durante muchos minutos ya que no acababa de ponerse de pie pese a las asistencias médicas. Se lo llevaron al vestuario y los árbitros decidieron suspender el partido. Los medios locales comunicaron que el delegado sufrió hematomas en la zona del costado y que tuvo que ser trasladado al hospital. La federación actuó de inmediato: el partido lo ganaba el Zabreg por 10-0, se le descontarían puntos al Nexe y se iniciaría un proceso disciplinario contra el jugador.

Al margen de Bezjak, que se expone a una sanción que puede ir de tres meses sin jugador a de por vida, también serán sancionados el entrenador del RK Nexe, Veselin Vujovic, y otro jugador, Andraz Velkavrh.

Bzjak fue escogido en 2013 mejor jugador de la Liga eslovena de balonmano, lo que le llevó a fichar por el Magdeburgo, uno de los mejores equipos europeos, donde hecho raíces y estuvo una década. El jugador, además, se convirtió en un puntal de una de las selecciones más competitivas en Europa.