BALONMANO

Ferran Solé, el parisino de los 'Hispanos' que ve los Juegos Olímpicos a diario desde su balcón

El jugador del PSG, un clásico del equipo de Jordi Ribera, está a un paso de poder disfrutar de la competición en casa.

Ferran Solé, celebrando uno de los goles con la Selección. /GETTY
Ferran Solé, celebrando uno de los goles con la Selección. GETTY
Alberto Martínez

Alberto Martínez

Ferran Solé vive en Francia desde 2016, cuando dejó su "zona de confort" del BM Granollers para fichar por la vecina Toulouse, a apenas tres horas en coche de Barcelona. El club de la Ciudad Rosa lo acogió con los brazos abiertos y él no paró de crecer, hasta conseguir en 2019 el oro europeo y ser escogido en el equipo ideal del torneo. "Estoy en una nube", dijo en aquel momento. Y ahora se mantiene con la posibilidad firme y real de poder vivir otros Juegos Olímpicos en su segunda casa, París, donde juega desde 2020.

Relativamente cerca de las instalaciones donde se celebra Roland Garros y se disputará el tenis olímpico, y a dos pasos de su cuartel de entrenamiento que también acogerá otros deportes en cubierto, reside el jugador del PSG, quien no puede esquivar a diario los Juegos, que se dejan notar en la ciudad. "Todo el mundo habla de ello. Los veo por todos los lados", explica el extremo que también puede jugar de lateral, una polivalencia bien aprovechada. "La ciudad está en obras, te avisan de medidas que se toman a menudo, es una constante en mi día a día", relata a Relevo.

Solé y su PSG lidera con solvencia la liga y no ha perdido ni un partido todavía. Cuando pasea por la ciudad y habla con los vecinos, todos le preguntan lo mismo cuando el de Sant Quirze del Vallés les cuenta que juega a balonmano y es internacional. "¿Competirás en los Juegos Olímpicos?". Una respuesta que ya está muy cerca de dar oficialmente, pues los Hispanos necesitan este domingo ante Brasil en Granollers, en el último partido del Preolímpico: a España le vale con puntuar con Brasil en la última jornada para conseguir el pasaporte olímpico, e incluso una derrota le podría servir para estar en París.

"Teníamos una espina clavada... Ahora la oportunidad es única"

Un camino hacia este Preolímpico que no ha sido fácil por la decepción del Europeo, pero que ha hecho sacar lo mejor de una selección que no quiere caerse del podio olímpico después del bronce colgado en Tokio, en los Juegos de la pandemia. "Teníamos una espina clavada. Hemos sido conscientes en todo momento de la importancia de este torneo, de poder jugar en casa y de que teníamos una oportunidad única", comentó Solé, que marcó dos tantos ante Baréin pero se quedó en blanco frente a Eslovenia.

Los 'Hispanos' son una selección de compañeros pero también de amigos, porque muchas relaciones han trascendido a lo deportivo. "Tenemos un grupo de whatsaap que está más activo en las competiciones, pero con muchos compañeros hablamos a menudo. Somos amigos", corrobora Solé, que se encontró con el balonmano de casualidad, con apenas cinco años y siguiendo los pasos de su hermano, en Sant Quirze. Nunca pensaría que acabaría viviendo años dorados del balonmano.

"Con seis años, diez compañeros de clase montamos un equipo y empezamos a jugar. Era una especie de introducción al deporte. Con 14 años, ya en Granollers, ya me lo tomé más profesional", rememora. Un esfuerzo que no le ha impedido licenciarse en Ingeniería Industrial, profesión que "aún no he ejercido", dedicado en cuerpo y alma al balonmano.

Solé se quedó fuera del último Europeo, pero entró por la baja de Kauldi Odriozola. Ahora ha sido citado por Jordi Ribera, como sustituto de Aleix Gómez en el extremo derecho. Espero mantener esa posición para los Juegos en su casa, en París. Este domingo (17:45, Teledeporte), fumata blanca ante Brasil en la pista que tanto conoce de Granollers.