Antonio Serradilla: el 'Hispano' que perdió un ojo

"Nunca te rindas" es el lema que persigue al Sevilla y a todos sus aficionados. Entre ellos, se encuentra Antonio Serradilla, fiel seguidor del club hispalense y jugador profesional de balonmano. El andaluz lleva desde principios de año en Noruega demostrando el talento y calidad que posee en sus manos. Pero no todo ha sido un camino de rosas para el joven jugador. Cuando terminaba la temporada 2020-2021 le detectaron un tumor en el ojo que tuvieron que extirparle. Ahora juega con otro como prótesis.

Desde el país nórdico atiende al equipo de Relevo para contarnos cómo fue esa dura experiencia, que reconoce como la batalla más dura de su carrera y que nunca olvidará. "Un día me levanté en casa y noté que veía borroso, nublado, por no decir mal. Incluso jugué dos o tres partidos con este problema. Como si tuviera una franja arriba y abajo. Y decidí ir al hospital para que el doctor me mirase", relata.

Para el español fue una noticia difícil de digerir. "Para nada me esperaba tener un cáncer". Además, cuenta que el peor momento de su caso fue intentar asimilarlo por sí mismo: "Al final es tu vida, es lo que te repercute a ti. Después, los que están a tu alrededor también lo pasan mal, pero el principal afectado eres tú, que eres el que has recibido la noticia y el más perjudicado".

Desde que se lo comunicaron, Antonio solo tenía en la cabeza volver a su casa, a su tierra. "Cuanto más días pasaban, más ganas tenía de irme para Sevilla, quería dejar Logroño". También reconoce que durante muchas ocasiones estuvo llorando mucho tiempo, pero lo hacía solo para que no lo viesen afectado sus seres queridos.

Las semanas posteriores a su operación confiesa que fueron muy duras porque se mareaba frecuentemente. El español sentía mucha sangre en la cabeza y en el ojo. Además, le tenían que hacer un montón de limpiezas. "Lo pasé fatal las primeras dos o tres semanas, fueron horrorosas".

Una vez que al jugador le extirparon el ojo, solo tenía el objetivo de volver a las pistas de balonmano cuanto antes. Existían ciertas posibilidades de dejar el deporte de su vida, pero en su cabeza solo rondaba la pregunta si iba a poder a jugar. "Constantemente yo le preguntaba al doctor si iba a poder hacer deporte, y su respuesta era siempre la misma porque no se sabía cómo iba a evolucionar. Cada persona después de la operación suele tener problemas, pero yo por suerte no tuve ninguno", explica.

El español confiesa que todo el mundo le arropó desde el principio. "Salió en muchas redes sociales y en muchos medios de comunicación. Llegué a recibir mensajes de gente que no sabía de ella desde hace 15 años, gente de la infancia", rememora Serradilla.

Entre todo el cariño y mensajes que recibió, el lateral destaca que también recibió algunas llamadas de algunos 'Hispanos', entre ellos, el capitán Raúl Entrerríos, que se preocupó mucho por él, o el técnico nacional, Jordi Ribera.

Serradilla no se vino abajo, gracias en parte a su espíritu de superación y a su ilusión por seguir jugando en la élite del balonmano. Después de una recuperación en tiempo récord, ha vuelto a ofrecer un gran estado de forma. Aunque reconoce que no todo sigue como antes- "Tengo que rendir al 100% para estar al nivel de todo el mundo. Antes había veces que con dar la mitad o 70% rendía igual y era uno más. Ahora te das cuenta que con el problema que tengo, si no estás a tope se me nota mucho más".

El jugador explica que ya tiene normalizado todo lo que ocurrió y admite que también le ha servido para motivarse más. Ahora está disfrutando de su primera experiencia en el extranjero después de tres temporadas en Logroño y dos en Guadalajara, club con el que debutó en Liga Asobal.

El central izquierdo lleva desde principios de 2023 en el Elverum Handball, un equipo que presume de tener un gran plantel en cuanto a jugadores de primer nivel. Lleva tres años consecutivos siendo el mejor equipo en Noruega y siendo fijo en la EHF Champions League, aunque a partir de ahora tendrá la difícil tarea de competir con el nuevo rico del balonmano noruego, el Kolstad. "Es cierto que al principio me costó un poco el hecho de que no tenía casa. Estuve viviendo en un hotel durante dos semanas y me costó adaptarme. Con el idioma estoy trabajando porque no hay ningún español en la plantilla", asegura desde el país nórdico.

El jugador andaluz es uno de los cientos de jugadores españoles que emigran para poder jugar en el extranjero. "Buscas nuevas aventuras. Al final irte a vivir fuera es una experiencia para ti. Ganas más que en España, mejoras tu nivel de inglés y aprendes otras culturas".

Así es Antonio Serrradilla, un ejemplo de perseverancia y superación. Tras desembarcar en su primera aventura internacional, ya espera cumplir su siguiente sueño: vestir de nuevo la camiseta de los 'Hispanos'. Y, por qué no, conseguir alguna medalla con la Selección Española.