BOXEO

Gervonta Davis vs Ryan García: Estados Unidos se detiene ante el combate que marcará a una generación

Gervonta Davis y Ryan García se enfrentan este sábado en Las Vegas en un combate sin título en juego, pero que catapultará al ganador.

Gervonta Davis y Ryan García, cara a cara tras el pesaje oficial./EFE
Gervonta Davis y Ryan García, cara a cara tras el pesaje oficial. EFE
Álvaro Carrera

Álvaro Carrera

Los aficionados al boxeo en Estados Unidos están ante un déjà vu. El 5 de mayo de 2007, Floyd Mayweather y Óscar de la Hoya se enfrentaron en Las Vegas. Casi 16 años después, los pupilos de ambos también boxearán en Las Vegas. El duelo entre Mayweather y De la Hoya fue generacional y el de este sábado entre Gervonta Davis y Ryan García también lo es. Estados Unidos está dividida. En el ring se cruzan dos clases sociales muy diferentes… lo mismo que en la primera década del siglo. En aquel momento, los mentores de los protagonistas de este sábado rompieron el récord de recaudación en taquilla (18,4 millones de dólares) y en PPV (13,8 millones).

Los tiempos han cambiado y los registros se han disparado, pero en Estados Unidos la gente pagará 84,99 dólares por ver el combate en televisión (en España se verá a través de Fight Sports). No había un Pago por Visión tan caro desde el Mayweather vs Pacquiao. El dato deja a las claras la importancia del combate. El pleito enfrenta a 'los dos Estados Unidos' por la naturaleza de los púgiles. Gervonta Davis nació en un suburbio de Baltimore (Maryland) y Ryan lo hizo en California en una familia de inmigrantes "tradicional" que creció a base de trabajo. Ahora, muchos lo sintetizan en el 'chico malo vs el niño rico de redes sociales'… pero hay mucho detrás.

Gervonta, invicto en 28 combates (26 KO), comenzó a boxear con tan sólo cinco años. Sus tíos le metieron en un gimnasio para que se alejara de la mala vida que podría encontrar en la calle. Sus padres eran toxicómanos y vivían en un suburbio. Las distracciones eran muy grandes. Davis echó los dientes en el Upton Boxing Gym de Baltimore, donde Calvin Ford le apadrinó. Ford inspiró el personaje de Dennis Cutty Wise en la serie de HBO The Wire. Y es que la vida del estadounidense, podría haber estado perfectamente en ese guion. Fuera de esa dificultad permanente, Tank era un prodigio entre las 16 cuerdas. Con 18 años quiso pasar al campo profesional tras 206 victorias y 15 derrotas como amateur. Arrasó en su peso a nivel nacional.

Su debut fue en febrero de 2013, pero su vida cambió en junio de 2015. Durante un campo de entrenamiento con Adrian Broner, Floyd Mayweather conoció a Davis. En ese momento, Money ya era la megaestrella que ahora conocemos y se vio reflejado en Gervonta por su vida difícil (Floyd también salió de un suburbio). Observó el potencial que tenía y apostó por él. Dos años después de esa unión, Tank ya era campeón mundial IBF en el superpluma y estaba claro que había una estrella en ciernes. Después ha acumulado cinturones en el ligero y superligero, pero a la vez su mala cabeza le pasaba factura. El dinero le ha salvado de más de un lío judicial, pero el próximo 5 de mayo podría ir a la cárcel por provocar un accidente de tráfico y huir del lugar de los hechos.

Con 28 años, Gervonta está en su mejor momento y destaca el cambio con el que copió a su mentor. El pasado año Davis decidió no renovar el contrato que tenía con Mayweather. Floyd había hecho lo mismo en 2006 con Top Rank. Curiosamente un año antes de pelear contra De la Hoya. En el boxeo no existen las casualidades. Todo pasa por algo y el camino que siguió Mayweather para ser el más taquillero del momento lo está replicando Davis. Aunque la situación no es la misma, hay líneas claras. Money entró en prisión durante 90 días (2012) y eso provocó un cambio en vida fuera del ring. Davis podría vivirlo en breve.

Óscar de la Hoya apadrinó a Ryan García

Del otro lado tenemos dos historias también muy similares. Óscar de la Hoya fue apodado Golden Boy tras ganar el oro olímpico en Barcelona 92. Su sobrenombre no pudo ser elegido de mejor manera. Todo lo que toca lo convierte en oro. Cierto es que la pelea contra Mayweather llegó tarde, pero antes, en su prime, De la Hoya era una máquina de hacer dinero. Para muchos, las similitudes con Ryan García a la hora de venderse son claras. Óscar lo hacía con la prensa y Ryan lo consigue con las redes sociales: 9,6 millones de seguidores en Instagram hacen que el púgil boxee por pasión, no por necesidad.

Ryan comparte inicios con De la Hoya. Sus padres emigraron de México a California antes de formar una familia. García tiene tres hermanas y un hermano. Sus progenitores le llevaron a un gimnasio de boxeo con siete años y siempre estuvieron muy presentes en su carrera, de hecho, su padre sigue formando parte de su equipo de trabajo. King Ry fue 15 veces campeón nacional y soñaba con representar a Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de 2016. Por edad no podía (deben tener 18 años) y decidió dejar su carrera amateur con un récord de 215 triunfos y 15 derrotas.

Como era menor de 18 años tampoco pudo debutar en Estados Unidos, por lo que sus primeros combates fueron en Tijuana. Debutó en junio de 2016. Cinco combates, y tan sólo uno en Estados Unidos, le sirven a Óscar de la Hoya para ver futuro. Convirtió a Canelo Álvarez en el púgil más mediático del momento y sabía que aquí tenía el relevo. No falló. El Golden Boy promotor se caracteriza por cuidar las carreras y crear estrellas. Ryan se reivindicó en enero de 2021 ganando el excampeón olímpico Luke Campbell. En ese pleito se fue al suelo, se rehizo y ganó. Demostró ser un boxeador real, acallando a sus haters. "Púgil de Instagram", es la crítica que siempre escucha. Esos haters han vuelto a salir, ya que su juventud se nota (24 años) y ha pasado por problemas de salud mental que le han apartado de la línea ascendente que llevaba. Ahora, de la mano de Joe Goossen en su esquina vuelve a estar en su mejor nivel.

Davis, favorito ante García

Dos estratos diferentes, dos maneras de progresar en la vida y sobre todo dos tipos de aficionados muy distintos (García también recibe el apoyo de las clases acomodadas de California y de los VIP). Gervonta Davis y Ryan García representan muchas cosas y todas ellas estarán frente a frente este sábado en el ring del T-Mobile Arena de Las Vegas. La historia de los hombres que les han hecho llegar hasta aquí se repite, pero no en el ring. Los tempos son otros. Este 2023 tenemos a dos todavía promesas que quieren dar un golpe sobre la mesa y ponerse en la punta de lanza del boxeo mundial.

La lógica pone a Gervonta Davis de favorito. Ha eliminado a rivales de mayor entidad, pero García está invicto en 23 combates (19 KO) y ha superado los exámenes que le han ido poniendo. Profundizando en el pleito, el físico será clave. El combate se venía hablando desde principio de año, pero como suele suceder en el boxeo todo se alargó innecesariamente y el tiempo se echó encima. El duelo debía ser antes del juicio de Gervonta Davis y eso hizo que viésemos a Tank  pasado de peso a dos meses de la pelea. Por su parte, el aspecto físico siempre ha sido una de las fortalezas de Ryan. Es un deportista 24/7. Los dos parecen en forma, pero deben demostrarlo cuando pasen los rounds.

García tiene mayor tamaño y debe intentar aprovecharlo. Cuenta con una envergadura siete centímetros superior, por lo que buscará mantener la distancia y desde ahí usar su velocidad endiablada para mandar. Davis es rápido y hábil también, pero su principal virtud es la pegada. Con un golpe cambia todo. Deja correr el tiempo y lo acaba encontrando, aunque si ve que su rival le complica boxea como los ángeles como demostró ante Isaac Cruz.

García tiene pegada y eso le puede hacer confiarse en un intercambio. Si es listo alargará el pleito, irá sumando como una hormiga e intentará desesperar a Davis. Tener cerca a Tank es siempre peligro de muerte. Lejos de apuestas, que dan muy favorito a Davis, la pelea está 60-40 para el de Baltimore. Un choque igualado, con una gran historia por detrás… encontramos todos los alicientes para que sea un combate generacional como lo fue en su día el Mayweather vs De la Hoya (en esta ocasión no habrá ningún título en juego). La historia en el deporte es cíclica. Cambian los nombres, se repiten las situaciones.