Haney, Lomachenko y la pelea del año para los "verdaderos aficionados al boxeo"
Devin Haney expone los cuatro cinturones del peso ligero este sábado ante Vasyl Lomachenko. El ganador vería a Gervonta Davis como rival potencial.

El combate entre Gervonta Davis y Ryan García estaba destinado a marcar una generación. Lo hizo y los números están ahí. La pelea generó 1,2 millones de ventas en PPV en Estados Unidos y los organizadores ingresaron más de 22 millones de dólares por la taquilla. Uno de los pleitos con mayor repercusión de siempre. Incontestable. Esa pelea no tenía ningún título en juego. No lo necesitaron.
Este sábado, también en Las Vegas, Devin Haney (29-0, 15 KO) expone las cuatro coronas (WBC, WBA, IBF y WBO) del peso ligero ante Vasyl Lomachenko (17-2, 11 KO). El duelo debería paralizar el mundo… y lo hará, pero en menor medida. "Hay que tener en cuenta el tema de los influencers. Ryan tiene muchos seguidores y Gervonta también, pero los verdaderos aficionados del boxeo y los especialistas saben que esta es la verdadera pelea. Es el número uno y el dos peleando entre sí para ser el rey de la división", afirmó en la previa el campeón.
Haney tiene razón. Mirando los números, esta pelea es más interesante sobre el papel… pero no debe obviar que la industria necesita algo mas fuera del ring. Entre el estadounidense y Lomachenko la cordialidad ha sido la tónica. La promoción ha sido muy diferente y el apoyo que ambos tienen en redes también lo es. Loma es un púgil muy popular debido a su gran calidad, pero Haney viene en una situación muy compleja. Sus dos peleas contra Kambosos le dieron la corona de la división y dinero, pero no reconocimiento. Fue tan superior que aburrió y eso se penaliza mucho. El espectáculo provoca cosas como estas. Gervonta y Ryan paralizaron el mundo y Devin y Vasyl lo harán, pero sólo el del boxeo.
Fuera de guerras de ego, el pleito pinta apasionante. La duda del combate estará en Lomachenko. El ucraniano, de 35 años, estuvo en el frente en su país y regresó en octubre. Lo hizo en un duelo que dejó frío a todo el mundo. Fue muy superior, le pudo noquear… pero le perdonó y acabó con mal sabor. Ganó con claridad, pero en la primera línea necesita más. El tiempo, obviamente, ha ido a su favor. Llegar de Ucrania y comenzar la preparación no es lo ideal. Ahora ha tenido las condiciones para hacerlo mejor, aunque tiene un ojo en su país constantemente.
La clave de la pelea, más allá del estado mental del ucraniano, será el físico. A Lomachenko le queda grande la categoría. Cuando su oponente recupera mucho peso, le cuesta. El mejor ejemplo fue ante Teófimo López. Haney es un púgil escurridizo con una gran técnica… y un tamaño superior. De hecho, el de Las Vegas hará, presumiblemente, su último combate en esta división antes de subir al superligero. Le ha costado mucho marcar las 135 libras (61,2 kg) en sus apariciones anteriores. ¿Habrá una gran diferencia de kilos? Sí, y ahí está la clave.
Haney buscará mantenerse lejos, jugando con sus golpes en distancia y sin arriesgar. Lomachenko tendrá que arriesgar para estar en condiciones de conectar. La técnica e inteligencia de ambos es extraordinaria. También la experiencia. El físico lo será todo… y puede dejar un combate aburrido, o no. Todo está en la mano de Lomachenko, a quien hay que aplaudir. Si se hubiese quedado en el pluma o superpluma estaría barriendo a todos sus oponentes, pero buscó el más difícil todavía y quiere agrandar la historia. Es doble campeón olímpico, ha reinado en tres divisiones y sólo le falta unificar una división. Ese es el objetivo. Gervonta aparece en el horizonte, aunque todavía queda mucho que aclarar por el medio. El "verdadero combate del año" ha llegado.