Jesse Rodríguez unifica coronas en una batalla épica ante Edwards

Arrodillado y emocionado acabó Jesse Rodríguez su batalla contra Sunny Edwards. El estadounidense no pudo contener la emoción al derrotar al británico y convertirse en campeón unificado (WBO e IBF) del peso mosca.Bam fue mejor en nueve asaltos y mandó un claro mensaje: con 23 años (24 en enero) es el presente de los pesos bajos. Tras proclamarse campeón mundial en el supermosca con menos de una semana de aviso, Rodríguez regresó a su división para ser rey de dos divisiones diferentes. Lo logró, unificó y ahora apunta de nuevo a las 114 libras. Juan Francisco 'Gallo' Estrada está en su horizonte.

La pelea de este sábado en Arizona será recordada por su intensidad. Matchroom trabajó mucho en la promoción del pleito y los boxeadores no defraudaron a la expectativa creada. Tanto Rodríguez como Edwards no rehuyeron el combate. El inglés tiene un estilo más elusivo y había dudas, pero él lo tuvo claro: confrontó desde el primer momentos. Los dos rounds iniciales fueron para el estadounidense y los dos siguientes para el inglés. La contienda fue tan igualada que al termino de se primer cuarto de combate un juez daba ganador a Jesse, otro a Sunny y el tercero, nulo.

A partir del quinto asalto el pleito empezó a decantarse del lado de Rodríguez. Bam cuenta con un mayor poder en sus manos. El estadounidense lograba evitar mas manos, pero sobre todo era contundente con ellas. El castigo se fue acumulando en el rostro de Edwards, quien fue cortado de manera profunda en el párpado derecho. Podría ser un problema, aunque todo se resolvió en el rus final del noveno acto.

Rodríguez conectó una mano recta a la pera que envió al inglés al suelo. Edwards se pudo levantar. Estaba claramente KO, pero logró ponerse en pie y la campana le salvó. Su esquina, al ver su estado en el minuto de descanso, no dudó en hacer lo correcto. Estaba noqueado. Pararon el pleito. Gloria a los guerreros en Arizona. Ambos se ganaron el resto del público y Jesse Rodríguez se consagra. Los rankings libra por libra deben hacerle un hueco.