Mendoza, Santana y una secuela casi cinco años después
Fran Mendoza y Nano Santana tendrán este viernes, en Bilbao, un combate de revancha muy esperado por la afición. En 2019 el primero ganó de manera ajustada.

La Casilla es uno de los recintos con más historia de boxeo en España. El pabellón bilbaíno acoge este viernes una revancha muy esperada. En el mismo escenario, en diciembre de 2019, Fran Mendoza derrotó a Jonathan "Nano" Santana en una pelea muy ajustada. El local se vio ganador y el visitante, también. La secuela era casi obligada, pero con la pandemia la opción se diluyó y han tenido que pasar casi cinco años para poder verla.
En este tiempo, Mendoza ha continuado con su impoluto camino. Después de ese duelo ha peleado siete veces y ha logrado siete triunfos que le sitúan con un 16-0. Algunos de esos pleitos han sido en escenarios importantes, como alguna de las veladas que Matchroom hizo en España. "He madurado mucho. Ahora sé esperar mejor mi momento y entiendo que el KO es una cosa que llega, no tengo que buscarla. En la primera pelea noté que nunca había hecho ocho asaltos, pero ahora estoy acostumbrado. Pese a ello, tengo claro que gané", afirma.
Por su parte, a Santana (9-4-1, 1 KO) le ha costado más. "Se me han ido cayendo peleas y eso me ha lastrado. Me ha dejado sin continuidad. El año pasado me salió un combate en Francia por un título. Me dieron nulo… bueno. Sé que gané esa pelea, pero todos conocemos lo que pasa cuando eres el visitante. Al bajar del ring me llamaron de Matchroom y aunque era para pelear en menos de un mes no pude decir que no", asegura el grancanario, quien se vio lastrado en ese combate en Inglaterra por una gastroenteritis. Ahora lleva más de seis meses sin pelear y "se muere de ganas de volver al ring". "A Fran le gané en 2019 y lo volveré a hacer. Por eso he aceptado, quiero volver a ganarle y que no quede ninguna duda. Por algo me dicen el Gallo", concluye confiado.
El duelo se espera muy atractivo, como el primero. Se trata de dos estilos totalmente contrapuestos. Santana es un estilista y Mendoza un fajador. El local ha ido aprendiendo con el paso de los pleitos a cerrar espacios a púgiles con ese boxeo y en eso basará su plan: "Nano se mueve muy bien, pero ahora le voy a cerrar mucho mejor para meter más presión", apunta. El visitante también es claro: "Mis peleas fuera de casa me han enseñado lo que debo hacer para no dejar ninguna duda". Los dos quieren despejar incógnitas, pero sólo uno cerrará un capítulo que se abrió en 2019.