BOXEO

Shields cobra su venganza una década después: vence a Marshall y agranda su legado

Claressa Shields se impuso, por decisión unánime, a Savannah Marshall para unificar el peso medio. La inglesa era la única mujer que había derrotado a 'T-Rex'.

Claressa Shields golpea a Savannah Marshall durante su combate./BOXXER
Claressa Shields golpea a Savannah Marshall durante su combate. BOXXER
Álvaro Carrera

Álvaro Carrera

Claressa Shields se presentó este sábado en Londres con un bagaje de 90 combates en el boxeo. Entre amateur (78) y profesional (12) solo había perdido una vez. Savannah Marshall ha sido la única mujer en lograr esa proeza. Fue en un Mundial en 2012. La inglesa acabó ganando el oro y la estadounidense se vengó de manera indirecta. Acudió a Londres y se proclamó campeona olímpica. Mientras, la local tuvo un importante traspiés y no logró medalla. Nunca hubo revancha directa, hasta este sábado. Shields se echó a todo el público en contra, incluso haciendo peinetas a la afición, en la previa. Las redes sociales ardían en su contra, muchos esperaban un KO, pero a todos esos haters 'T-Rex' les silenció con la mayor exhibición de su vida. Shields ha sido dos veces campeona olímpica (única mujer en la historia) y ha unificado dos pesos (medio y superwelter), algo tampoco conseguido por nadie, pero se creía que este pleito la situaría en la historia. Claressa despejó cualquier duda, ante una pegadora (83% de victorias por KO), se quedó en la corta distancia y demostró su categoría. Nadie podrá volver a decirle nada cuando asevere que es la mejor de la historia.

Shields se llevó el triunfo por decisión unánime (96-94, 97-93 y 97-93) para agrandar su leyenda. Era la única doble campeona unificada y ahora lo es por tercera vez. Su triunfo fue ajustado porque estaba fuera de casa, pero no quedó ninguna duda: es la mejor. El plan de la estadounidense, sobre el papel, debía ser moverse de manera constante. Todo lo contrario. 'T-Rex' tiró de defensa, se ponía de manera continuada en la corta distancia y desde ahí golpeaba una y otra vez. Las velocidades de ambas eran muy distintas. Marshall intentaba sacar golpes potentes y en ese laxo Shields metía rápidas y potentes combinaciones. El combate lo iba decantando de su lado con una maestría absoluta. Sus acciones defensivas fueron extraordinarias. Jugó en el alambre todo el combate, pero nunca tuvo vértigo. Aguantó golpes cuando tuvo que hacerlo y replicó con mayor potencia. La inglesa nunca se rindió, pero con el paso de los asaltos su resistencia física bajaba y la sensación de que llegaría un KO salvador para ella se desvanecía. "Si ella pegaba abajo, yo también, si lo hacía arriba… igual. En todos los asaltos he colocado los mejores golpes y he logrado un trabajo más eficaz. Ella es muy dura, pero soy mejor", apuntó al acabar. No puede existir mejor explicación.

La estadounidense, antes de esas palabras, rompió a llorar. En su vida nunca lo ha tenido fácil. Nació en un suburbio de Flint (Michigan) y desde los 5 años sufrió violaciones. Gracias al boxeo logró superar su dura infancia. Pese a su bagaje olímpico, en su país nunca ha tenido todo el reconocimiento que debería. Llegó a pagarse incluso sus PPV. Solo ella creía en ella. "No me han dado el crédito. He trabajado mucho porque se me diese. Gracias al Reino Unido y a Savannah por dejarme venir y demostrarlo", aseguró entre lágrimas. En su gran noche Shields cerró cuentas pendientes. Se vengó de su única verduga y demostró que el sobrenombre de "GWOAT" es suyo por justicia.

Baumgardner se llevó el combate polémico de la noche frente a Mayer

El combate estelar en Londres fue de muchos quilates, pero vino precedido por un evento de gran nivel. El show al completo era femenino y ellas se reivindicaron. También lo hicieron Alycia Baumgardner y Mikaela Mayer. La primera exponía sus fajas WBC e IBF del superpluma ante la segunda, monarca WBO. Se esperaba una unificación muy reñida y así fue. Baumgardner se llevó el triunfo por decisión dividida (96-95, 96-95 y 93-97) en un combatazo. Alycia comenzó mejor. Gran defensa, movilidad y gran rapidez en los golpes. Mayer, mas corpulenta, tenía el centro del cuadrilátero y poco a poco se fue encontrando. Eran dos estilos contrapuestos que casaron bien. Baumgardner soltó bombazos de inicio, pero Mayer los resistió sin pestañear. Ahí comenzó a bajar una y subir la otra. Los pequeños detalles marcaron la diferencia. Nadie se aclara para coincidir con otros en el veredicto, lo que siempre es señal de que la contienda fue muy igualada. La revancha en combates así es necesaria, pero Baumgardner despejó la bola de inicio. Mal por ella, Mayer merece otra oportunidad y la estadounidense también. Esta oda al boxeo no puede quedar así.