CICLISMO

Pogacar anula el efecto Van der Poel y se pasea para conquistar la Lieja-Bastoña-Lieja

El esloveno se marchó en solitario a 30 kilómetros de meta y ya suma seis Monumentos.

Tadej Pogacar, hoy, en la meta de Lieja. /AFP
Tadej Pogacar, hoy, en la meta de Lieja. AFP
Óscar Méndez

Óscar Méndez

No es fácil en el ciclismo que un favorito claro cumpla los pronósticos sin apenas sufrir. Más bien, no lo era hasta la época actual. Ya lo hizo Van der Poel en Flandes y Roubaix y lo firmó este domingo Tadel Pgacar en Lieja. El esloveno se marchó en solitario a 30 kilómetros de meta para sumar su sexto Monumento a dos semanas de disputar su primer Giro de Italia.

Discurrió con cierta tranquilidad el inicio de la prueba y se formó una fuga de ocho corredores en la que no estaba ninguno de los aspirantes al triunfo final en Lieja. Entre los nueve escapados, que llegaron a tener algo más de cuatro minutos de ventaja sobre el pelotón, estaba el español de Movistar, Iván Romero.

La clásica cambió cuando faltaban unos 100 kilómetros. Una caída multitudinaria en un paso estrecho provocó un embudo en el que se vieron implicados algunos de los más destacados de la carrera. Van der Poel y Pidcock se dejaron más de un minuto respecto al resto de favoritos de un pelotón en el que tiraba con fuerza Israel y donde se encontraba Tadel Pogacar.

El pulso entre ambos grupos se extendió durante unos 40 kilómetros hasta que finalmente se unieron. Quedaba la parte más dura del Monumento belga y todos estaban juntos, aunque los que tuvieron que recuperar tiempo ya habían gastado unas fuerzas que a buen seguro iban a necesitar cuando el esloveno lanzase alguno de sus esperados ataques. Y así fue.

A 35 kilómetros de meta y en la famosa Côte de la Redoute, el de UAE se levantó sobre su bicicleta y destrozó un pelotón que no pudo replicarle. Apenas lo consiguió durante algunos metros el ecuatoriano Richard Carapaz, aunque finalmente tuvo que ceder ante el empuje del doble ganador del Tour. Tampoco Pidcock pudo seguirle y mucho menos un Van der Poel al que estas rampas se le hacen demasiado duras.

Por delante, una contrarreloj de 30 kilómetros con un par de cotas muy exigentes. Pogacar había dado el golpe definitivo y tan solo una caída o un pajarón podían impedirle ganar su segunda Lieja-Bastoña-Lieja y su sexto Monumento. No ocurrió ninguna de las dos y el esloveno levantó los brazos en la línea de meta. Le acompañaeron en el podio Romain Bardet y Van der Poel en una nueva exhibición del ciclista más completo del pelotón. Y en dos semanas, el Giro de Italia.