El alemán Nico Denz saca oro de la fuga y Geraint Thomas sigue líder en el Giro de Italia
El germano del Bora Hansgrohe culmina la fuga del día en una jornada de transición para los favoritos.

El alemán Nico Denz (Bora Hansgrohe) sacó oro puro de la fuga del día al adjudicarse en un reducido esprint de tres corredores en la duodécima etapa del Giro de Italia disputada entre Bra y Rivoli, de 179 kilómetros, jornada de transición para los favoritos en la que el británico Geraint Thomas (Ineos) mantuvo la maglia rosa.
Denz (Waldshut Tiengen, 29 años) impuso su potencia y velocidad para alzar los brazos en Rivoli en su primer triunfo en una prueba grande del World Tour. El alemán ganó el duelo al letón Toms Skujins (Trek) y al australiano Sebastian Berwick (Israel) marcando un tiempo en meta de 4h.18.11, a una media de 43 km/hora.
A partir de Denz, fueron llegando un rosario de corredores, desperdigados de la fuga inicial de 31 corredores, donde también estaba el español Jonathan Lastra, quien finalmente entró a más de 3 minutos. Y a más de 8 el grupo de la general, con el Ineos escoltando la maglia rosa de Geraint Thomas.
Desde el inicio hubo pelea porque los cazaetapas sabían que era un día para ellos. Tras muchos intentos se formó una fuga de 30 corredores que no hacían peligrar la general. Luz verde del pelotón. De esa iniciativa masiva se separaron Nico Denz (Bora), Berwick (Israel), Tonelli (Bardiani) y Skujins (Trek), formándose por detrás un rosario de grupos perseguidores.
Los corredores en fuga se entendieron. Pasaron por debajo de la línea de meta por primera vez para afrontar un circuito de algo más de 52 km con la ascensión a Colle Braida (2a, 10,7 km al 5,9), con la cima a 28 km de meta. En el comienzo de la subida la diferencia aun era de casi 3 minutos, que se mantuvo en el alto, donde coronó el letón Skujins al frente del trío delantero, del que se había soltado Tonelli. Por detrás lucha por enlazar.
Más atrás todavía, en la zona noble, los favoritos se desentendieron, como respetando el día soñado por los adeptos a las fugas, que también tiene derecho a la gloria. Con 3 minutos de renta la etapa estaba adjudicada a uno de estos tres apellidos: Denz, Berwick y Skujins, lanzados en el descenso con 28 km a meta. Ninguno de ellos era especialmente rápido ante un posible sprint, de manera que cada uno debía jugar sus cartas.
A 12 km de meta atacó Denz con su potencia de enorme rodador. Se le pegó a rueda Skujins y Berwick se descolgó en principio, aunque volvió a enlazar. Los tres eran vencedores potenciales. Los perseguidores no representaban peligro alguno, lo que propició el marcaje, el juego de miradas lejos de la línea de meta. En la recta decisiva el primero en atacar fue el letón Skujins, pero su arrancada tuvo respuesta incontestable en Denz, quien tomó la delantera para irrumpir en meta como segundo alemán consecutivo en ganar una etapa en este Giro, sucediendo a Pascal Ackermann.
Es la primera gran victoria para el veterano Denz, quien tiene 4 éxitos en su palmarés. La etapa elegida para que triunfara una fuga cumplió el guión. El Giro, con algo de lluvia y esta vez sin incidencias, entra en la montaña. Los favoritos no se darán tregua. Este viernes la decimotercera etapa tiene cita con la montaña con un recorrido de 199 km entre Borgofranco d'Ivrea y Crans-Montana, final en alto incluido.