Giulio Pellizzari, la nueva joya del ciclismo italiano que ya ha atado el equipo de Roglic: "Es mi momento"
El prometedor ciclista del Bardiani, debutante en este Giro, atiende a Relevo para analizar su progresión, la rivalidad con Isaac del Toro y el brillante futuro que le espera.
Llega después de la sesión de masaje, se disculpa por el retraso respecto a la hora acordada y sonríe bajo un flequillo propio de la Generación Z. Es la mueca con la que Giulio Pellizzari responde por inercia ante lo desconocido. El jovencísimo ciclista italiano disputa estos días, con 20 años, su primer Giro, o lo que es lo mismo, su primera gran vuelta por etapas. "Todo esto es como un sueño", asegura a Relevo. Y en él vive, sin miedo a nada. Ni al resfriado que a punto ha estado de mandarlo para casa antes de tiempo, ni a las preguntas de la prensa, ni a la presión que sobre él ejercen quienes le consideran el próximo gran campeón italiano. De momento, Pellizzari asegura estar dando sus primeros pasos, aunque se muestra ambicioso. "Soy un escalador de puertos largos", dice, tímido. Si nada cambia, tal y como avanzó La Gazzetta dello Sport, esas ascensiones interminables las hará a partir del próximo año con los colores del Red Bull-BORA-hansgrohe.
¿Qué sensaciones tienes ahora mismo?
Bueno, empezando a sentir un poco la fatiga [sonríe]. Creo que es normal. Al final, solo tengo 20 años y es una novedad para mí hacer una carrera como el Giro de Italia. Soy el más joven en la carrera, de hecho. En fin, se podría decir que por ahora estoy feliz.
Respirando.
Sí, eso es. Ahora llegan etapas que son más acordes a mis características. Al fin y al cabo, yo soy escalador, así que trataré de hacerlo bien en los días de montaña y llegar lo más lejos posible. Empecé bien y luego tuve un par de caídas tontas [además de un fuerte resfriado en los días posteriores a la grabación de la entrevista], así que bueno, se podría decir que me he dado cuenta de que todo esto es más difícil de lo que pensaba.
¿Cuál es tu objetivo?
¿Aquí? Ganar una etapa. Sé que es un objetivo muy, muy grande, pero al final he venido para eso. Si todo va bien y se da el momento correcto, con un poco de suerte, y sobre todo con buenas piernas, creo que podría salir algo bueno. Al final, vine aquí para intentar entrar en una fuga y tratar de llevarme una etapa.
¿Cuál?
¡Cualquiera! [Ríe] Está claro que una etapa de montaña sería más factible, pero no le voy a hacer ascos a ninguna, claro.
Eres el ciclista más joven del Giro y en tu equipo está también el más viejo. A sus 41 años, más del doble que tú, ¿qué te enseña Domenico Pozzovivo?
Buah, nos enseña muchas cosas a todos. Es una persona muy propensa a dar consejos a los jóvenes, que no es algo a lo que se preste todo el mundo. Al final, este es su 18º Giro de Italia y para mí es solo el primero, imagínate. Cualquier cosa que aporte me va a ser súper útil, desde el modo de recuperación, a la preparación mental o a la forma de lidiar con las etapas más difíciles. Es un buen maestro.
El primer día del Giro estuviste con los mejores en el Colle de la Maddalena y en San Vito.
Fue una sorpresa, porque no pensaba que iba a estar tan fuerte. Es una pena porque en las etapas siguientes me vine un poco abajo, me afectó la fatiga, pero fue un inicio muy fuerte, es cierto. Espero volver a recuperar esas sensaciones en lo que queda de Giro.
"Con Pogacar sientes que una pedalada suya son tres tuyas; está en otra liga"
CiclistaDijo Mattias Skjelmose hace poco que responder a un ataque de Pogacar es como acercarse al sol: te terminas quemando.
Sí [ríe]. Cuando comencé la subida en esa primera etapa, tenía unos segundos de ventaja, unos diez o 15; y cuando vi llegar a Pogacar no me lo pensé dos veces. Sabía que no le aguantaría el ritmo, pero cuando le vi pasar, tuve que intentarlo. Quería probarme. Al final, tengo 20 años y siempre le he visto por la televisión, tanto en el Tour de Francia como en el resto de carreras. Es un ciclista único.
¡O sea que te quemaste!
[Ríe a carcajadas] Es obvio que para la táctica de la carrera seguir a Pogacar era algo erróneo, porque como dijo Skjelmose, es como acercarse al sol, te vas a terminar quemando... ¡Pero lo tuve que probar! Esta es mi primera experiencia en el Giro, mi primera carrera importante. Lo hice y estoy contento de haberlo hecho.
¿Cómo ves al esloveno de cerca?
Siempre le veo tranquilo, sonriente. Es un tío que bromea todo el rato, pero al mismo tiempo transmite serenidad y tranquilidad. Es un hombre de clasificación general; no me quiero imaginar el estrés que tiene que estar pasando durante la carrera y sobre todo después de cada etapa. A pesar de todo eso, le ves y da la sensación de que siempre se divierte.
¿Es tan fuerte el grupo de favoritos del Giro de Italia para un novato?
Sí, es algo realmente fuera de lo común. Sobre todo Tadej, claro. Le ves y sientes que cada pedalada suya son tres de las tuyas. Y con dos ya se queda solo. Está en otra liga.
En el último Tour del Porvenir [algo así como el Tour de Francia para jóvenes promesas], te mediste a Isaac del Toro, que ha empezado fortísimo su primer año como profesional.
Sí, lo recuerdo como si fuera hoy. En el último día de la carrera, llegamos juntos al tramo final. Gané yo la etapa y él la general. Me acuerdo que él había atacado en Col d'Iseran, que era la ascensión más larga del día, y fui el único que se había quedado hasta el final de la etapa con él. Este año ha comenzado realmente fuerte, y lo ha hecho de la mano de un equipo muy, muy, muy bueno.
¿Te lo esperabas?
Sabía que iba a ser fuerte, sí, porque tiene el talento. Creo que la gran diferencia ha sido que está en el equipo más fuerte del mundo, y eso influye mucho para que en tan poco tiempo haya dado ese salto tan grande. Es algo [tener ese equipo a tu alrededor] que afecta mucho en el entrenamiento, en las concentraciones y en todo.
"No siento la presión por ser el próximo campeón italiano; solo la carretera sabe si lo seré o no"
Ciclista¿Cuál es su punto fuerte?
Te diría que el motor, la capacidad de acelerar y no mirar atrás. El año pasado, en el Tour del Porvenir, nos dejó atrás en el Col de la Loze, en la sexta etapa. Atacó sin mirar atrás y eso es algo que hace muy bien. Tiene la capacidad de darle full-gas y no pensar.
¿Y el tuyo?
Uf, te diría que... [piensa unos segundos] Creo que si pillo una rueda, no la suelto. Tengo esa capacidad para mantenerme. Creo que es mi punto fuerte.
¿Qué hace Giulio Pellizzari cuando no piensa en ciclismo?
Me gusta mucho estar en casa. Soy una persona muy aferrada a su pueblo [Camerino, provincia de Macerata]; allí paso el tiempo con mis amigos, salimos a dar una vuelta, comernos un gelato... Me gusta mucho ese estilo de vida familiar.
No pierdes mucho tiempo con las redes sociales, entonces.
Te diría que no. Las uso sobre todo cuando estoy fuera de casa, durante las competiciones, que es cuando más tiempo libre tenemos. Pero no, soy alguien a quien le gusta más la compañía real que virtual. Prefiero estar con los míos a estar con las redes o viendo la televisión.
Todavía eres joven, pero tengo la sensación de que hay mucha esperanza puesta sobre tus hombros en Italia. ¿Sientes esa presión?
No, la verdad es que no. Yo voy a mi bola y me mantengo tranquilo. Al final, estoy haciendo lo mismo que hace un año, hace dos o hace tres. Cuando las cosas van un poco peor, la gente empieza a hablar, es normal, pero a mí no me afecta. Miro mi camino y miro siempre hacia adelante.
Te abstraes.
Sí, no lo sé. Estoy creciendo año tras año. Ya veremos dónde me sitúa la carretera. Solo ella sabe si será la esperanza de Italia o no [sonríe]. ¡Mira a Del Toro! Él también es una motivación para mí, porque si él está ahí después de solo unos meses en el World Tour, creo que yo también podría llegar a ese nivel trabajando y cuidando todos los detalles. Es mi esperanza.
Y en los próximos años, ¿qué? ¿Qué podemos esperar de ti?
Bueno, vamos a ver primero el próximo año. Ahora quiero centrarme en terminar este año con el equipo que me ha lanzado al profesionalismo, el que ha creído en mí desde el comienzo. Voy a intentar dar lo máximo con ellos hasta la última carrera de la temporada.
Y después, el salto al World Tour.
Sí, eso es. Al final, es un salto con el que todos sueñan, aunque solo sea por el presupuesto. Creo que es una cosa normal. Ellos [los equipos World Tour] tienen millones y millones de euros y nosotros [el Bardiani] somos un equipo más bien familiar. Seguramente, hace un año no hubiera estado listo para dar ese salto, pero ahora me siento más preparado y eso se debe, sin duda, al equipo [Bardiani], que me ha ayudado a crecer sin presiones, con tranquilidad y dándome todo lo necesario para hacerlo. Creo que al final llega un momento en el que para para dar un salto en el ciclismo, se necesita dar el paso al World Tour e ir al extranjero. Yo nunca he corrido en el extranjero y creo que es algo que me aportaría un crecimiento personal; me ha llegado el momento.