La herencia de Bahamontes provoca un conflicto legal entre sus hijas biológicas y otra que adoptó a los 91 años
Una hija que adoptó en 2019 —cuando ella tenía 45 años— fue declarada heredera universal tras siete cambios de testamento. Sus hijas biológicas —que nacieron fuera de matrimonio— denuncian que la adopción fue nula.

Federico Martín Bahamontes falleció el 8 de agosto de 2023 en Valladolid a los 95 años. Se fue un pionero del ciclismo, el primer gran campeón español, una leyenda para un país que, en sus tiempos, no tenía mucho deportista del que presumir más allá del toledano, uno de los mejores escaladores que vio su deporte.
Bahamontes, campeón del Tour de Francia en 1959 y seis veces ganador del premio de la montaña —solo superado por Richard Virenque—, dejó tras de sí también una herencia y la historia de unas hijas biológicas que se han visto desposeídas del legado del ciclista en una operación tejida en vida de Bahamontes y con una serie de dudas legales a las que se aferran para revertir una situación en la que se han visto desprotegidas. Esta es la historia de una batalla legal que está ahora mismo en los juzgados de Toledo y que se sustancia en unos documentos a los que ha tenido acceso Relevo.
Apodado 'El Águila de Toledo', Bahamontes se casó en 1956 con Fermina, la que fue su única mujer hasta el fallecimiento de esta en 2018. La pareja no tuvo hijos, pero el ciclista es progenitor de dos hijas gemelas nacidas fuera del matrimonio en 1987, María Angélica y María Victoria. Esa era la composición familiar hasta que en 2019 Bahamontes adoptó a una tercera hija, llamada Victoria Sahagún. En aquel momento él tenía 91 años y ella, 45. Victoria Sahagún es, después de siete testamentos diferentes firmados por Bahamontes —el último el 6 de abril de 2022—, la mujer a la que ha ido a parar toda la herencia del ciclista. Este medio se ha puesto en contacto con ambas partes, con las hijas biológicas y con la adoptada, para conocer su versión del caso. La hija adoptada no respondió a los mensajes ni a las llamadas de Relevo.
Las dudas legales del proceso de adopción
Aquella fue una adopción singular, con una diferencia de edad entre ambos de 46 años. La ley marca que la diferencia máxima entre el adoptado y el adoptante es de 45 años, aunque se suele aceptar cierta flexibilidad en casos de adopciones de mayores de edad.
La adopción, además, tiene una serie de requisitos legales entre los que está la aceptación de la misma por todas las partes, incluso los padres biológicos del adoptado. En los papeles de la adopción de Victoria no existe registro de la firma final ni de ella ni de Bahamontes. Las distintas peticiones al juzgado han llegado siempre con la misma respuesta: no se ha encontrado documento alguno, tampoco registro sonoro, con el que se pueda llegar a la conclusión de que Victoria y Federico acudieran a firmar los documentos el día en el que fueron emplazados a hacerlo por el juez.

Ella ejerció en los últimos años de vida del ciclista, y también en el momento de su fallecimiento, como descendiente, a pesar de la ausencia de ese consentimiento mutuo, que no ha sido encontrado en ningún registro. Bahamontes y su hija adoptada tenían cita en los juzgados el 16 de mayo de 2019 a las 10:30 para refrendar la adopción delante de juez, pero aquel día no acudió nadie. Lo que sí hay es un documento de febrero de 2019, llamado ofrecimiento para la adopción y firmado por Bahamontes, en el que la leyenda del ciclismo asegura: "Tengo una relación paterno filial con la adoptanda [término jurídico de una adopción en proceso], que data del año 1996 hasta la actualidad". Pese a que no consta documento alguno que acredite que aquello fue ratificado ante un juez, la adopción se formalizó en junio de 2019, cuando Victoria Sahagún pasa a ser hija de Bahamontes a todos los efectos legales.
También es un requisito legal haber habitado la misma vivienda durante al menos un año y existen dudas de que eso se haya dado. Como curiosidad final, la protagonista de esta historia nunca adoptó los apellidos del ciclista —mantuvo el de Sahagún—, aunque hacerlo es lo habitual en este tipo de procesos.

La mudanza de Bahamontes a Valladolid, clave
Bahamontes conoció a Victoria en el año 1996 —cuando era azafata de la Peña Bahamontes— y desde entonces mantuvieron relación. En los papeles de la adopción, Victoria Sahagún asegura que mantenían una relación padre-hija desde aquel 1996 y que vivía en el hogar familiar de Bahamontes en Toledo. Personas cercanas a Federico, incluido su amigo y secretario general de la Peña Bahamontes, Faustino Suárez, ponen en duda que esto fuese cierto, pues consideran que mientras Fermina vivía era imposible que nadie ajeno a la pareja habitase esa casa. Victoria Sahagún aseguró en los trámites de la adopción que puede ofrecer "oportuna información testifical" de que vivía en ese domicilio.

Bahamontes vivió prácticamente toda su vida en Toledo, donde era una gran personalidad, pero pasó los últimos tres años, desde 2020, residiendo en un hotel rural en Villanueva de San Mancio, Valladolid, propiedad de Victoria Sahagún y su madre. El relato de las hijas biológicas, presente en una demanda a la que ha tenido acceso Relevo, asegura que trataron de mantener contacto y cuidado de su padre en esos últimos años de su vida, pero se dieron de bruces con una situación anómala. Las llamadas de las hijas quedaban sin contestar con frecuencia y los problemas de salud que se iba encontrando por el camino, era un hombre nonagenario, eran siempre minimizados o incluso ocultados por la nueva familia del ciclista cuando sus hijas llamaban al teléfono, según la versión de las demandantes. Fue en una visita a un hospital de Valladolid en agosto de 2021 cuando las hijas biológicas se enteraron de la adopción de Victoria.

Los partes médicos de esos años, a los que también ha tenido acceso Relevo, señalan un deterioro cognitivo del ciclista e, incluso, episodios de delirium, un estado mental en el que una persona está confundida y tiene una percepción reducida de su entorno. También aparecen en su historial un ictus y microinfartos, lo que pone en duda la capacidad legal de la leyenda. En ese contexto se realizó la adopción, y también una serie de cambios de testamento que han terminado por desheredar a las dos hijas biológicas del ciclista.
Se sabe, tanto por informaciones periodísticas como por vivencias personales de las protagonistas, que la relación de Federico y Victoria fue modificándose con el tiempo. En un primer momento, se la trató como colaboradora, después como cuidadora, solo muy al final se la comenzó a indicar como hija.
María Angélica y María Victoria, las hijas biológicas, tuvieron, según su relato, que pelear para que en aquel agosto de 2021 las dejasen entrar en el hospital. Bahamontes estaba ingresado por un hematoma en el psoas. Eran tiempos marcados por las restricciones de Covid y cuando ambas exigieron que les dejasen ver a su padre, y se negase la entrada de Victoria Sahagún, fue cuando se dieron cuenta de que ella también era legalmente hija del ciclista. Ella fue la que organizó el funeral y los homenajes a la muerte de Bahamontes, incluso llegó a intentar que sus hermanas no apareciesen por ahí, siempre según la versión de las gemelas. Ellas tuvieron relación con su padre en vida, aunque no pudieron entrar en su casa de Toledo hasta el fallecimiento de Fermina, la mujer del ciclista y con la que el ciclista no tuvo descendientes.

Los siete testamentos de Bahamontes
En esos últimos tiempos, Victoria tuvo acceso a lo que se conoce como un poder de ruina, un documento legal por el cual podía operar en las cuentas y las propiedades del ciclista. En la demanda presentada por las hijas, a la que ha tenido acceso Relevo, señala que ese poder se ha "utilizado para desvirtuar las propiedades" de Martín Bahamontes.
Federico redactó siete testamentos a lo largo de su vida. El primero de ellos en 1960, un año después de proclamarse campeón del Tour. No volvería al notario con este fin hasta 2010, con un documento en el que ya se señalaba la existencia de dos hijas biológicas —cuando se firmó el anterior no habían nacido— y las señalaba como herederas universales de su padre.

En 2013 se rubricó un tercer documento sin prácticamente modificaciones. Todo eso empezaría a cambiar en 2017. Ese año se rubricaron dos nuevos testamentos del ciclista en los que ya se recogía a Victoria Sahagún como albacea. En aquel momento, ella ya tenía el poder notarial por el que tenía acceso a las cuentas y propiedades del ciclista, pero hasta dos años más tarde no se haría la adopción y, por lo tanto, no aparecía entre los herederos. Fermina falleció en agosto de 2018 y la adopción empezó su curso en enero del año siguiente.
Ya en 2020 llegó el siguiente testamento, el sexto. En él, Federico designa a Victoria Sahagún como heredera universal y saca del mismo a sus hijas biológicas. La ley española no permite desheredar a los hijos normalmente, pero en los dos últimos testamentos de Bahamontes se señala que María Angélica y María Victoria ya han recibido en vida lo que les corresponde por la legítima. En ese documento se asegura que recibieron un préstamo de 1.225.000 euros. En el último testamento, de 2022, se cambió este punto y se relata que se considera que ese préstamo se ha convertido en una donación.

Las hijas biológicas del ciclista han demandado a Victoria por la vía civil, ya que el derecho español establece que en vínculos familiares de primer grado no se puede tomar la vía penal, y en el momento actual, salvo que los jueces consideren inválida la adopción al no cumplir los requisitos, son a todos los efectos hermanas.
Esa demanda recayó en el Juzgado de primera instancia número 1 de Toledo, pero el juez se inhibió al considerar que no le correspondía la competencia del mismo y que este caso debía ser rebotado al Juzgado número 3, que es en el que se desarrolló el expediente de la adopción y, por lo tanto, el competente para llevar a cabo estas pesquisas. La defensa de las hijas extramatrimoniales del ciclista pidió también unas medidas cautelares inaudita parte, lo que popularmente se conoce como cautelarísima, al entender que en el tiempo que se demore la decisión puede suponer un daño irreparable para las herederas. Es más, entienden que ese daño ya se está produciendo, pues sospechan que varias propiedades han cambiado de nombre en este tiempo. El juzgado, pese a todo, no se ha pronunciado sobre esta cuestión.
La clave de bóveda de todo este caso es la validez o no de la adopción. Si, como defienden las hijas biológicas, esta no se realizó correctamente, implicaría que Victoria no es hija de Federico y, con eso, quedarían invalidados también los testamentos en los que aparece como heredera. La figura legal a la que se aferran es el dolo, es decir, entienden que todo esto se basa en un engaño a Federico.
Se desconoce en su totalidad la herencia que legó Martín Bahamontes, aunque el listado que se maneja incluye cuentas en el Banco Santander, fondos en Bankia y el BBVA, un seguro de vida, dos plazas de garaje, así como enseres personales como un dibujo del ciclista realizado por Dalí o las bicicletas del ciclista.