Javier Ares y Carlos de Andrés destapan la realidad del ciclismo tras el micrófono: "Alguna noticia nos llevaremos a la tumba"
Las dos voces del ciclismo se sientan frente a las cámaras de Relevo para debatir sobre el deporte que narran desde hace décadas.
Carlos de Andrés llega primero. Saluda, se despoja de la mochila y acude a la máquina expendedora para reponer fuerzas tras una etapa, la del Galibier, que ha dejado a todos con la lengua fuera. Al poco llega Javier Ares, cuyo desplazamiento desde los estudios de Eurosport, a las afueras de la ciudad, es más duradero. "¡Hombre, Carlos!", clama el mayor del dúo con ese chorro de voz tan inconfundible. "¡Javier!", replica el catalán con una sonrisa que evidencia lo que quizás no todos saben: Ares y De Andrés se conocen. Y su relación es excelente.
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"Yo a Javier le empecé a escuchar en la radio, en la época de José María García, cuando dominaban la carrera de principio a fin", asegura quien desde el año 2000 pone voz al ciclismo en las tardes de Televisión Española. "Fue una época tremenda, sí, la época gloriosa del periodismo", admite Ares, diez años mayor que su hoy compañero de entrevista en Relevo.
En ese viaje, claro, las cosas han cambiado. Y mucho. "Se ha perdido el vivir los acontecimientos in situ", lamenta el experimentado narrador de Eurosport. "Y luego, además, ha cambiado la relación con los corredores", señala De Andrés, que comenzó a narrar el ciclismo tras la muerte de Pedro González. "Yo he tenido broncas con algunos jefes de prensa porque me han llegado a decir que yo no tengo que llamar a un corredor... ¡¿Pero qué me estás contando?!". "Bueno, bueno", matiza Ares, "y hay ciclistas que te dicen, eso díselo a mi jefe de prensa que si no se enfada conmigo".
Hay algo, eso sí, que se ha mantenido inalterable al paso del tiempo. "Las críticas existen y van a existir siempre, pero es que yo creo que es algo que enriquece", explica el periodista vallisoletano. "La diferencia es que ahora las lees cuando te asomas a las redes sociales, y eso que yo no soy muy amigo de ellas", bromea De Andrés. "Muchas, además, me parecen infundadas. Como si yo llegara al horno de mi pueblo y le dijera al panadero que no le ha salido bien el pan".
Ares ríe y asiente. "Es que además, cada uno tenemos nuestro estilo y es el mismo que nos ha servido para llevar tantos años en antena... ¡Por algo será!", indica. "Y nosotros a nuestra edad creo que esto ya lo llevamos bien, pero yo he visto a periodistas jóvenes en televisión pasarlo realmente mal por esto", revela De Andrés. "Mi hija, sin ir más lejos, se enganchó un día con uno en redes sociales por defenderme. Yo le decía, pero Carlota, ¿estás tonta? ¡Ni se te ocurra meterte ahí!".
"A mí me dicen que doy muchos gritos... ¡Habrá que vender la burra, oiga!"
Narrador de Eurosport"Mira, el personaje más criticado ahora mismo en la Eurocopa, el que está siempre en el ojo del huracán, es el que más me gusta a mí", dice Ares. "Juan Carlos Rivero", interrumpe De Andrés con sonrisa cómplice. "Es que me parece de una crueldad... Rivero retransmite el fútbol formidablemente bien", añade el más veterano de la pareja. "Oye, ¿que se puede equivocar? ¡Pues claro! Joe, anda que no me equivoco yo en reconocer a corredores en carrera".
Juicios aparte, en su caso, el del ciclismo, lo que más varía de entrada respecto a cualquier otro deporte es el horario. El dichoso horario. "Siempre hemos llevado muy bien lo de las siestas", ríen ambos. "Mi mujer me viene a veces con que sus amigas le dicen, oye, qué bien se duerme con tu marido", confiesa De Andrés. "Y ojo, que yo siempre he defendido que una de las razones fundamentales es el runrún del helicóptero", añade Ares. "¡Totalmente! Algo leí una vez sobre el tema en 'La Vanguardia'. Se llegó a hacer un estudio y todo", replica el catalán.
Sea como fuere, su labor, la de ambos, brilla cuando las fuerzas de los españoles más languidecen. "A mí me dicen que grito mucho, por ejemplo", expone Ares. "Pero es que oiga, tendré que vender el producto. ¡Hay que vender la burra!", añade elevando el tono. "Bueno, totalmente. Es que de eso se trata nuestro trabajo. Pero es que mira, volviendo a lo de los gritos", responde De Andrés, "Perico y yo alguna vez pegamos alguno para fastidiar. En serio, eh. ¡Eh! ¡Venga! Los de la siesta, ¡a ver si despertamos! [ríe]".
Porque sí, ambos ponen voz a la etapa durante horas, pero ninguno lo hace solo. "Yo llevo ya 25 años con Pedro", apunta el narrador catalán. "Y lo que más me sorprende de él, que creo que es una gran suerte, es que Pedro cae bien. Puede decir la tontería más grande del mundo que la gente la coge bien", añade, antes de preguntar a Ares por su relación con Alberto Contador en antena. "Alberto y yo llevamos cinco o seis años", arranca Ares. "Joder, cómo pasa el tiempo", ríe De Andrés. "Sí, sí. Cinco o seis años que son más que suficientes para darte cuenta de que la gente que tiene talento, de una manera o de otra lo vuelca en cualquier actividad. Al final, Alberto no fue una sorpresa, ya lo conocíamos. Es un tío muy espontáneo, expresivo, y como Pedro, ante el micrófono siente la necesidad de contar cosas. Y eso es fantástico".
"La narración que más me recuerdan es el Mundial de Valverde; ese día estaba nervioso"
Narrador de TVEPreguntados por el futuro, o más bien, por el tiempo que les queda al otro lado de la pantalla, Ares bromea con una seriedad que hace dudar a cualquiera. "¡20 años!", asegura, a sus 70 primaveras. "Digo trabajando, eh, Javier", replica quien escribe estas líneas. "Sí, sí. ¡20! ¡Y viviendo todavía más, claro!". "A mí no creo que tanto", responde De Andrés con una carcajada que bordea el alivio.
Antes, en cualquier caso, seguirán contando hazañas sobre la bicicleta. "A mí, fíjate, la que más me recuerdan es la del Mundial de Alejandro Valverde; ese día estaba hasta nervioso", comenta el narrador del ente público. "Pero sin duda, si pienso en momentos especiales tengo que hablar de los Tours de Alberto [Contador], que además, creo que fue, tras Perico, el que más conectó con el público a nivel nacional". Ares sonríe y asiente. "Yo fíjate, Carlos, a estas alturas de mi vida, después de haber contado a los Perico, Induráin, Alberto y compañía, a mí, el corredor que más me ha excitado ha sido El Chava. Era espectacular", sentencia. "Te emocionaba cada día".
Tantos años fundidos al día a día del ciclismo, no obstante, dan para mucho. Y como en la propia vida, no todo vicio resulta confesable. "¿Llevarme algo a la tumba?", enuncia De Andrés. "A ver, noticia como tal no sé, pero sí reconozco que alguna cosa... [ríe]. Mira, hay cosas que deduces con el tiempo. Relacionas cosas, piensas y dices, ostras, cómo pude ser tan tonto", explica, en clara referencia a los años duros del dopaje [un asunto del que ambos protagonistas hablaron largo y tendido y que se publicará en una segunda entrega]. "Yo alguna noticia sí que me voy a llevar a la tumba", presume Ares con una sonrisa que pronto salta al rostro de De Andrés. "Pero no tiene mayor trascendencia, eh. Hay cosas de las que te enteras y bueno, lo que haces es llevarlas al exilio temporal".
Antes del final, ambos subrayan lo rápido que se les ha pasado la charla. "Un poquito más de una hora ha sido", indica quien escribe. "Ostras, pues se me ha hecho cortísima", admite De Andrés, quien entre agradecimientos, y sin haber dado un trago al agua en toda la entrevista, destaca lo mucho que ha aprendido de su hoy compañero de micrófono. "Desde esos primeros años en la radio yo sentí que cuando estaba con Javier cerca, tenía que callarme y escuchar", resume. "Yo, lo que más he admirado desde el principio de Carlos", replica Ares, "es su capacidad de no perder el tino nunca. En esta profesión somos muy viscerales, yo lo soy, y me he soltado cuando me ha salido soltarme, diciendo cada disparate... Y en esa televisión, en la que estás permanentemente sometido al escrutinio de la gente, no sabéis lo difícil que es no perder nunca la compostura, no perder el detalle. Y si lo haces, Carlos, es con un cuidado tremendo. Y eso tiene un mérito incalculable".