LA VUELTA

Fuente Dé, desde dentro: "Contador le echó más pelotas que ninguno y se mereció ganar esa Vuelta"

Relevo revive uno de los grandes triunfos del 'crack' pinteño de la mano de uno de sus gregarios, Bruno Pires, y del gran derrotado de aquella jornada, Purito Rodríguez.

Alberto Contador celebra en la etapa 17 de La Vuelta en 2012. /GETTY
Alberto Contador celebra en la etapa 17 de La Vuelta en 2012. GETTY
Fran Reyes

Fran Reyes

Para el ciclismo, Cantabria destila embrujo. Sus carreteras onduladas, sujetas a desfiladeros, asomadas a ríos o en la cornisa del Atlántico, perpetuamente húmedas, a veces brumosas, siempre ideales para una escaramuza y la confusión. Hace ya 11 años que allí se escenificó uno de los golpes de mano más famosos, recordados y magistrales de este siglo. Lo propinó Alberto Contador en La Vuelta de 2012, y se identificará para siempre con el nombre de su meta, jamás utilizada antes ni después en la gran ronda española: Fuente Dé.

"Fuente Desgracias". Quien ríe al otro lado de la pantalla es Bruno Pires (1981, Redondo – Portugal), compañero de equipo y cómplice necesario de Contador en aquel día "histórico", según él mismo lo califica. "Me siento orgulloso de haber sido partícipe de esta etapa", recuerda. Actualmente, Pires compagina la labor de director deportivo del conjunto femenino Glassdrive con la de 'coach'. Y es desde ese punto de vista que contextualiza aquel gran triunfo del pinteño.

"Alberto estuvo a punto de morir en una Vuelta a Asturias, cuando sufrió un ictus que le provocó una grave caída", rememora Pires. "Esto fue un punto de inflexión a nivel mental que le hizo valorar mucho más lo que podía hacer en cada momento. Yo creo que él ha sentido, en muchos momentos de su vida, que estaba teniendo una segunda oportunidad. Cuando esto sucede, tú te planteas la vida de una manera distinta. Todo ello, claro, unido a sus capacidades físicas".

"Yo he lidiado con grandes corredores como los hermanos Schleck, Sagan, Cancellara…", continúa Pires, "y la gran diferencia de estos con Contador es cuánto creía él en sí mismo. Si estaba a tope, era imbatible. También ante adversarios muy potentes, como Chris Froome y el Sky, que a veces le hicieron dudar. En los momentos que no tenía esa confianza, perdía. Su mentalidad era privilegiada. Cuidaba al máximo todos los detalles". Recuerda cómo, en los momentos de distensión, Contador veía en Youtube vídeos de las subidas del día siguiente. "Una persona con esa capacidad de concentración es una máquina de ganar".

Situémonos, pues, en la mañana del 5 de septiembre de 2012. Purito Rodríguez, jefe de filas de Katusha, es líder sólido e indiscutible de la Vuelta, con tres victorias de etapa en su cuenta particular y 28" de ventaja respecto a un Contador que encabeza al Saxo-Tinkoff y acaba de regresar de su sanción por el positivo en clembuterol arrojado durante el Tour de Francia 2010. El catalán ha salido ganador del duelo particular en cada final en cuesta; el madrileño sólo ha podido decantarlo en su favor en una crono.

"En el ciclismo no siempre gana el más fuerte". Lo asevera Joaquim 'Purito' Rodríguez (1979, Parets del Vallès), presente en esta edición de La Vuelta como embajador de Caser Seguros. "En aquella Vuelta yo fui el más fuerte, pero no el más listo. Alberto estaba muy en forma y nadie le regaló nada. Fue mucho más agresivo y más valiente que yo".

Era el día siguiente de una jornada de descanso. Se partía desde Santander y se caracoleaba desde la costa hacia el interior, y vuelta, en busca de repechos que seleccionara una escapada potente antes de entrar en el tercio decisivo, con los Collados de Ozalba y La Hoz antes de la larga y tendida ascensión a Fuente Dé. Alberto Contador había advertido en rueda de prensa que, de ser un espectador, él "no se perdería la etapa".

La competición demarra aguerrida. "Alberto se quería filtrar en las escapadas todo el rato, y creíamos que era más para hacer daño que para otra cosa", recuerda Purito. "Fue una locura", comenta Pires. "Yo entré en la escapada en torno al kilómetro 70 de etapa. Era el único Saxo Bank. Por entonces, Purito ya se había quedado solo con dos corredores, Ángel Vicioso y Alberto Losada. Habíamos reventado a Katusha entre los Movistar y nosotros". El conjunto telefónico era el tercero en discordia, con Alejandro Valverde a a 2'04" del liderato en la general.

"Éramos once ciclistas con una ventaja superior a los tres minutos", continúa Pires. Entonces terció Bjarne Riis, director deportivo de Saxo-Tinkoff. "Me dijo: 'Bruno, no pases al relevo delante porque puede ser que vayamos a hacer alguna cosa aquí'. Y así fue. RadioShack se puso a tirar en el pelotón porque no había filtrado a nadie en la escapada; Garmin, también. La distancia se quedó en un minuto y, en Ozalba, empalmaron desde atrás mis compañeros Sergio Paulinho y Jesús Hernández. Cuando ellos llegaron, Sergio me dijo: 'Ponte a tirar, que Alberto va a llegar desde atrás'. Di varios relevos fuertes y levanté el pie para esperar a Alberto y ayudarle a conectar cuando atacara".

El pinteño se lanzó en La Hoz. Quedaban más de 50 kilómetros para meta. En el pelotón, nadie le siguió. "Se fue en el típico punto táctico que no esperábamos", recuerda Purito. "Tomamos una malísima decisión pensando que lo podríamos neutralizar. Fue un ciclismo de pensar. Yo estaba solo con Losada y con Valverde, que era 3º de la general y llevaba tres compañeros delante. Sumas y dices: la lógica que nos ayuden a cerrar este corte. Nos centramos más en Movistar que en ellos. Fue nuestro error".

"Cogí a Alberto a rueda, lo llevé a la escapada y lo dejé ya dentro de cabeza de carrera a unos 100 metros de coronar La Hoz", concluye orgulloso Pires. "Luego le encontró Sergio Paulinho, que le dejó al inicio del puerto; arrancó y, ya con Paolo Tiralongo, hizo lo que todos vimos". Contador se impuso en solitario, con 6" sobre un Valverde que remontaba desde atrás recogiendo 'cadáveres' de la fuga y 2'38" sobre un Purito abatido. Era el nuevo líder. Era el campeón de aquella Vuelta.

"Sinceramente, en ese momento te das cuenta de que has perdido el liderato y posiblemente La Vuelta", enuncia el catalán. "Pude masticar la derrota los últimos 30 ó 40 kilómetros y darme cuenta de la gran pérdida que hemos tenido. Pero, como estás tan metido en carrera, no lo acabas de asimilar. Piensas que queda una semana y que puede pasar de todo. Luego, en Madrid, ves lo que ha pasado. Lo advertí, sobre todo, cuando lo volví a soltar en La Bola del Mundo, que era el último final en alto, y comprobé que seguía siendo el más fuerte. Se nos había ido La Vuelta, y encima por una gilipollez".

"Ese día quedó demostrado que uno, cuando cree en algo, lo consigue", concluye Pires, vitalista. "Te voy a contar una cosa", confía. "En aquella Vuelta, Alberto perdía con Purito perdía una vez, y otra… Pero siempre llegaba al autobús y decía: 'Mañana le gano, porque me falta un poco de ritmo, pero cada día estoy mejor'. Y, en la siguiente etapa, Purito le ganaba de nuevo. Llegó un punto en que yo mismo dudaba. Pero también pensaba: este tío no es un cualquiera, sino todo un Alberto Contador. Te puedo decir de una frase de él: 'No sé cómo ni de qué manera, pero voy a ganar esta Vuelta a España'. Cómo lo decía, qué mirada… Y la ganó, efectivamente, contra todo y contra todos". Cierra este relato Purito Rodríguez: "Alberto le echó más pelotas que ninguno y se mereció ganar esa Vuelta".