CICLISMO

Un helicóptero, Rajoy y las acciones del Dios de La Vuelta: "A Franco le ponían los peces para pescar y a José María García los ciclistas"

El estreno de la docuserie 'Supergarcía' desvela testimonios sobre la aventura del comunicador en la ronda española.

José María García, protagonista de una nueva docuserie./MOVISTAR +
José María García, protagonista de una nueva docuserie. MOVISTAR +
José M. Amorós

José M. Amorós

"Había un ámbito en el que 'el Dios' José María García era mucho más: La Vuelta a España". Así define Juanma Castaño, ahora director de El Partidazo de COPE y durante mucho tiempo rival del mítico periodista en las metas de la Vuelta a España, el papel protagonista de García en uno de los mayores shows de la historia del periodismo deportivo español. La ronda española, siempre a la sombra del Tour de Francia, llegó a una nueva dimensión gracias a un despliegue y una cobertura sin precedentes por parte del comunicador madrileño, que despertó expectación en el público y un recelo que aún perdura en la competencia.

Durante varios años y en tres emisoras diferentes, García decidió señalar a La Vuelta como su producto estrella en un antes y después para el ciclismo. "El ciclismo antes era en blanco y negro… y con él pasa a ser en color", comenta uno de sus colaboradores en la docuserie Supergarcía, recién estrenada en Movistar+. Un evento deportivo que era carne de nicho de los aficionados al ciclismo se convirtió en una cita ineludible para millones de españoles que encendían el transistor cada tarde como si fuera la final del Mundial de fútbol. "Hizo una apoteosis de La Vuelta. La pone del 0 a 10", lo define Alfredo Relaño, en aquel entonces en la Cadena SER. "José María García montó toda una parafernalia: helicópteros, motos, coches… un espectáculo enorme", señala Agustín Castellote, miembro del equipo de García.

Han leído bien: Helicópteros. Hubo un tiempo en el que la radio llevó un helicóptero a su cobertura de La Vuelta de la mano de García. "La vida de los pueblos era super tranquila… y la gente alucinaba", recuerda el piloto de aquella aeronave. Debajo de las hélices, a pie de calle de los pueblos del país y no desde el estudio como es habitual en la actualidad, se encontraba también el periodista estrella. García, en su coche, era uno más del pelotón. "Era Bienvenido Mr. Marshall, era una locura y un acontecimiento social", señala Julio Pulido, productor de sus programas en aquella época.

Como si el líder de la carrera se tratase, José María García era una estrella más en el paso de la carrera y así lo recuerda una de sus adversarias, la periodista de TVE Ana José Cancio: "Cuando pasaba por los pueblos y había más público, salía por la ventanilla del coche y saludaba. Como si la gente le estuviera esperando a él". Unas imágenes que siguen en la retina de los que tenían que luchar contra aquel fenómeno de masas, como recuerda Relaño: "Iba en su papamóvil asomado. Yo he visto que le llegaron a dar un niño para que lo besara. Como si fuera un santo".

Si hace unas semanas se generó una gran polémica en el Giro de Italia de 2023 con el desplazamiento en helicóptero de Remco Evenepoel a su hotel, esa imagen ya era habitual en la España de los 80 y los 90 con el todopoderoso poder de García. Los líderes, ganadores de etapa y protagonistas se montaban con el periodista en su aparato camino de su hotel y eran entrevistados en exclusiva. "Hemos tomado tierra en sitios inverosímiles, me he jugado la vida", recuerda el propio comunicador en 'Supergarcía'.

El helicóptero, que durante la competición servía para llevar la señal de los estudios centrales a los coches donde viajaba García, era la punta del iceberg de un despliegue inédito en España. "Quería algo distinto. Reflejando el ciclismo en el salón de tu casa y de una manera innovadora", rememora Luis Balduque, técnico sonido de A3 Radio en aquellas aventuras. Otra de las piezas estrella de la infraestructura era un gran camión que se situaba en las metas y que era reclamo de miles de aficionados como continuación del espectáculo después de la etapa. "Llevaba un camión grande que era un estudio de radio para hacer los programas de cara al publico y el helicóptero aterrizaba en el techo del camión".

Mariano Rajoy, ministro... y comentarista de ciclismo

"García jugaba en otra liga" es una de las frases más repetidas por los que vivieron aquella etapa. No todo era despliegue de medios, sino que también sacó músculo con el contenido de las retransmisiones. Si fue habitual escuchar al Rey Juan Carlos en sus programas nocturnos para felicitar a los protagonistas del deporte nacional, para La Vuelta se fichó un ministro.

Mariano Rajoy, responsable de la cartera de Administraciones Públicas entre 1996 y 1999, se unió a la antena para comentar ciclismo. "José María García me fichó y yo creo que acertó, porque conocía el mundo del ciclismo y además era muy bueno en la radio", indica el posterior Presidente del Gobierno.

Una incorporación mediática que el líder de audiencia durante esos años justifica ahora con cierta sorna: "Hice una reunión con los directores y Rajoy sabía más que los directores. La carrera de Mariano debería haber sido de director deportivo, por lo menos habría durado más y no le habrían llamado tantas veces vago".

Los rivales en la antena no lo olvidan

Pero todos estos 'castillos en el aire' que fue capaz de construir García y que tenían millones de seguidores, también hizo pasar malos ratos a su competencia. "Era el periodista al que todos los equipos y todos los ciclistas le tenían que atender primero", comenta Cancio, que estaba al lado de García. Los miembros que formaban el equipo de la SER en aquella época tienen su propia versión de la historia, como desvela Juan Antonio Alcalá: "La organización le miraba con más cariño que a nosotros".

La versión de la competencia iba más allá del despliegue de medios, de audiencia y del carisma del personaje: "La gente decía 'qué bueno es García', que llega siempre el primero. ¿Cómo que llega el primero? Si es que se los llevan", señala, en la mencionada docuserie, Juanma Castaño: "¿Te acuerdas cuando contaban que a Franco le ponían los peces para que pescaran? Pues así pasaba con los ciclistas y García". Una traducción de aquellas situación de la que no quiere ni oír el propio protagonista: "A mi no me ponía los peces nadie. Los corredores venían, me veían y se paraban. Sus razones habrían".

Unas razones que, los que intentaban tomar parte en el espectáculo de García, señalan fuera de la carretera y más cerca de los despachos de poder. "Era el niño mimado. Tenía muy relación con Enrique Franco, presidente Unipublic [organizador de La Vuelta]", comenta Alcalá, algo que confirma Cancio e incluso va más allá: "Era accionista de Unipublic y se creía que los derechos de hacer lo que quisiera en la Vuelta".

Lo que no cabe duda es que aquel espectáculo radiofónico fue un impulso al seguimiento del ciclismo a nivel nacional y que aquellas cenizas siguen presentes con las coberturas actuales, eso sí más humildes, en las parrillas de radio actuales.