LA VUELTA

Remco Evenepoel sufre una pájara terrible en Aubisque y dice adiós a La Vuelta 2023

El belga, vigente campeón de la carrera, se quedó rezagado en el primer gran puerto del día, todavía con Spandelles y Tourmalet por delante.

Remco Evenepoel en la 13ª etapa./GETTY
Remco Evenepoel en la 13ª etapa. GETTY
Daniel Arribas

Daniel Arribas

En la mítica ascensión al Col d'Aubisque, primer puerto que se retransmitió en directo en toda la historia del Tour de Francia, en 1958, Remco Evenepoel ha sorprendido este viernes a todos los aficionados al ciclismo, y no para bien.

A 90 kilómetros de meta, el belga, vigente campeón de La Vuelta y actual maillot blanco de la 78ª edición, se ha quedado rezagado en la ascensión al emblemático puerto pirenaico, allí donde Miguel Indurain consiguió su primer gran triunfo en el Tour, todavía a las órdenes de Perico Delgado en el Reynolds, y flanqueado por hasta cinco compañeros del Soudal Quick-Step ha dicho adiós al pelotón, que al coronar ya gozaba con casi dos minutos de ventaja.

El pequeño Caníbal, flamante campeón del mundo de contrarreloj en Glasgow, llegaba a esta decimotercera etapa como el favorito mejor colocado en la clasificación general —con permiso, eso sí, de Sepp Kuss—. Evenepoel se había subido a la bicicleta en Formigal con 23 segundos de renta sobre Primoz Roglic, 1:07 sobre Joao Almeida, que también sufrió de lo lindo en la subida a Aubisque; 1:13 sobre Jonas Vingegaard; 1:16 sobre Juan Ayuso y 1:41 sobre Enric Mas.

Así, en la ascensión donde brillaron muchos de los nombres más icónicos de la historia del ciclismo, Remco Evenepoel, al que se le achacaba no haber completado todavía ninguna gran jornada de montaña en una gran vuelta, ha sufrido la mayor pájara de su carrera en la etapa reina de La Vuelta 2023.

Tanto es así que, al coronar el Col de Spandelles, segundo puerto del día, todavía con el temido Col du Tourmalet por delante, Evenepoel, ya a seis minutos del grupo de favoritos, decía adiós a cualquier posibilidad de reeditar el triunfo final en Madrid.

Se dejó ir el pequeño Caníbal, pájara inexplicable incluso para sus rivales. "No sabemos qué le puede haber pasado, pero es una pena", reconoció en meta Wilco Kelderman, gregario por excelencia del Jumbo-Visma. Por allí pasó Remco a 27 minutos y 5 segundos de Jonas Vingegaard, vencedor en el Tourmalet. La debacle, claro, hunde al belga en la clasificación general, donde ahora es 19º, a 27:50 del líder, Sepp Kuss. Au revoir a La Vuelta.