La lluvia vuelve a poner en aprietos a La Vuelta entre las rajadas de Vingegaard y Evenepoel
El campeón del Tour de Francia ha mostrado su disconformidad con la organización ante la lluvia intensa que cae sobre Barcelona.

El Paseo Marítimo de Mataró frunce el ceño bajo una intensa lluvia. Los partes meteorológicos prometían que el tiempo se aclararía hacia mediodía, pero la realidad es que las precipitaciones no amainan. Los corredores, calados y malhumorados, enfilan hacia la línea de salida de la segunda etapa de La Vuelta, que concluirá en Barcelona tras subir y bajar al Castillo de Montjuïc, y se encuentran con los representantes de la Asociación de Ciclistas Profesionales (CPA), que les informan a su paso de que los tiempos para la general se tomarán a 9 kilómetros del final, a la altura de la meta de la crono de ayer; y que habrá bonificaciones, tanto en la cima del Castillo (que se franquea a -3,6km) como en la meta de hoy.
En ese clima de tensión, y en la línea de Remco Evenepoel en la tarde de ayer, Jonas Vingegaard, campeón de las dos últimas ediciones del Tour de Francia, muestra su disconformidad con la organización justo antes de tomar la salida en Mataró. "No cambia nada respecto a ayer. El final, camino a Montjuic, va a ser un caos repleto de curvas y terreno deslizante", ha lamentado en Mataró a la cadena danesa TV 2 Sport.
"Parece que la UCI o los organizadores son inflexibles en estos aspectos. La impresión que dan es que no les preocupa nuestra seguridad", añadía, frustrado. "Todo cambiaría si en un día como hoy se toman los tiempos a falta de diez kilómetros y no en la línea de meta. En La Vuelta a Cataluña, por ejemplo, si llueve en ese punto, la carrera queda neutralizada. No estoy seguro por qué hoy no se hace así".
Con esa idea acudió el danés al autocar del equipo Movistar, en busca de Enric Mas. Allí, bajo la intensa lluvia, Vingegaard ansiaba compartir impresiones con el ciclista de Artá, buque insignia del equipo español con más peso en La Vuelta. Quería consenso.
Ahora mismo, Vingegaard en el bus de Movistar hablando con Enric Mas.
— Juan Clavijo (@Juan_Clavijo_) August 27, 2023
Se busca un consenso entre corredores para ver si la etapa sigue como está
prevista o si puede haber más cambios.#LaVuelta23 pic.twitter.com/beifYqbgxE
La organización de La Vuelta se defiende
Llueve sobre mojado. Y nunca mejor dicho. Javier Guillén, director de La Vuelta ha acudido a zona mixta a explicar las circunstancias de la contrarreloj por equipos inicial, disputada en la víspera y en la oscuridad para lógico enfado de los ciclistas. "Nadie quería que esto sucediera. La tormenta fue un hecho natural, inesperado e inevitable. Teníamos varios partes meteorológicos, cada uno indicando una hora diferente para las precipitaciones. Sobrevino una oscuridad acuciante y atardeció a una hora a la que, normalmente, no es de noche".
Desde la organización modificaron el horario, adelantando diez minutos la salida de los equipos. "Y más no se podía ajustar, porque Barcelona es una ciudad muy grande y con muchísima población, tanto en su municipio como en su área metropolitana, y cualquier cambio de horario afecta a la movilidad de todo el territorio".
"No somos monos de circo", resumió Remco Evenepoel el parecer de los ciclistas más enfadados con Unipublic, organizadora de La Vuelta, tras la crono. "Puedo entender las críticas de los corredores, porque todos esperábamos un escenario distinto, pero las circunstancias fueron las que fueron", se excusa Guillén. "Para la Vuelta, la seguridad de los ciclistas es esencial".
Es por eso, por seguridad, que esta mañana la plana mayor de La Vuelta se ha sentado con la CPA y ha acordado eliminar parte de los incentivos competitivos de la resolución de la etapa de hoy en Montjuïc, territorio conocido para los ciclistas porque su empinado descenso puede ser muy peligroso en mojado. Así, Jonas Vingegaard y su Jumbo-Visma, han encabezado la sección del pelotón que proponía una modificación de la parte final del recorrido, inundada y sumida en el caos por el viento que azotaba a la Ciudad Condal. La organización ha podido ponerle remedio y parece que todo transcurrirá con normalidad.