CICLISMO

Matej Mohoric advierte a Pogacar ante el primer plato fuerte de la temporada: "No tengo miedo"

El esloveno del Bahrain-Victorious, campeón de la Milán-San Remo en 2022, atiende a Relevo en los primeros compases del curso.

Matej Mohoric posa antes de un entrenamiento en la Comunidad Valenciana./Team Bahrain-Victorious
Matej Mohoric posa antes de un entrenamiento en la Comunidad Valenciana. Team Bahrain-Victorious
Daniel Arribas

Daniel Arribas

Solo existe una veintena de hombres que a lo largo de la historia hayan logrado ganar al menos una etapa en cada una de las tres grandes vueltas y, además, hayan triunfado en la Milán-San Remo, el primero de los cinco monumentos ciclistas de la temporada. El último en conseguirlo fue Matej Mohoric, que, con triunfos parciales en el Tour (tres entre las ediciones de 2021 y 2023), el Giro (2018) y la Vuelta (2017), alzó los brazos como vencedor en San Remo allá por 2022.

Aquella tarde de marzo, el esloveno del Bahrain-Victorious sorprendió a todosTadej Pogacar, Mathieu van der Poel, Wout van Aert y compañía— en el temible descenso del Poggio, el último de la carrera antes de adentrarse en la recta final de San Remo. La bajada fue meteórica. Tanto, que las propias motos de la carrera se veían obligadas a acelerar en cada curva para seguir el ritmo de Mohoric, ataviado con el maillot de campeón nacional conquistado pocos meses antes en Eslovenia.

[Así fue el vertiginoso descenso de Mohoric en la Milán-San Remo de 2022]

"Para mí no existe el miedo en un descenso así", asegura a Relevo el ciclista de Kranj, el mismo que, en una muestra de versatilidad sin precedentes, conquistó en 2023 el Campeonato del Mundo de gravel, la disciplina que combina la carretera y los caminos de tierra o grava. "Lo único que hay en mi cabeza durante esos momentos es concentración. Intento siempre dibujar las mejores líneas y salir de cada curva de la forma más rápida posible".

Mohoric explica cómo afronta el descenso del Poggio en la Milán-San Remo.DANIEL ARRIBAS / RELEVO

A nadie se le escapaba aquel 19 de marzo de 2022 que Mohoric era un excelente bajador, quizás el mejor del mundo. Y aun así, nadie pudo hacer nada para contrarrestar su ataque y robarle el triunfo. Ni siquiera Van der Poel, vencedor de la prueba un año más tarde, o Pogacar, que después de finalizar entre los cinco primeros en tres ediciones consecutivas, reconoció hace unos meses que la Milán-San Remo era su talón de Aquiles. "Creo que es la que me voy a llevar [sin ganar] a la tumba", confesó en The Drive, el podcast de Peter Attia. "Me estoy acercando mucho, pero todavía está muy lejos".

Para tratar de revalidar el éxito de 2022, Mohoric ha comenzado esta vez su temporada en la Comunidad Valenciana. "Estas carreras de un día [GP Castellón y Classica Comunitat Valenciana] me servirán como preparación de todo lo que tengo por delante esta primavera", explica el esloveno a Relevo. "Mi primer gran objetivo del año llegará a finales de mes, cuando se dispute el 'opening weekend' en Bélgica, con la Omloop [1 de marzo] y la Kuurne [2 de marzo]".

"Después haré la Strade-Bianche [8 de marzo], volveré a San Remo [22 de marzo] e iré a todo el bloque de clásicas belgas [E3 Saxo, el 28 de marzo; Gante-Wevelgem, el 30; A Través de Flandes, el 2 de abril; y Tour de Flandes, el 6]", añade. "Todavía es pronto, eso sí. Llevo varias semanas trabajando a fondo para mejorar mi forma y estar fino, que es súper importante a estas alturas de la temporada. Al final, en los primeros días del año la motivación siempre es altísima y espero tener un buen papel. El año pasado no fue el mejor para el equipo [terminaron el 2024 como el 17º mejor equipo en el ranking UCI, cuando un año antes fueron sextos] y eso nos ha llenado de motivación para trabajar aún más duro este invierno y volver al lugar que nos pertenece en el pelotón".