CICLISMO

Mikel Landa se desata sin Evenepoel antes del Tour: "Ayudar a Remco me motiva tanto como ganar"

El ciclista alavés vive una segunda juventud en el Soudal Quick-Step, equipo al que llegó este curso como gregario de lujo del 'pequeño Caníbal'.

Mikel Landa tras la tercera etapa de la Volta./Getty
Mikel Landa tras la tercera etapa de la Volta. Getty
Daniel Arribas

Daniel Arribas

Landismo por aquí, landismo por allá y así andamos, en pleno 2024 con 2015 invadiendo por momentos nuestras vidas. El culpable es, una vez más, Mikel Landa, o más bien, las masas que se mueven alrededor del ciclista alavés, que a sus 34 años ha terminado de abrazar un concepto que linda entre la épica de su ciclismo y la autoparodia. "Es esa fe de la gente por verme ganar, aunque hasta a mí me cuesta explicarlo", explicó el vasco en una charla con Alberto Contador el pasado verano en Eurosport.

Lo cierto es que, más allá de lirismos o fanáticos ansiosos por festejar cualquier movimiento de su ídolo, Landa atraviesa uno de los mejores momentos de su carrera. El de Murguía, flamante incorporación del poderoso Soudal Quick-Step, terminó el 2023 con un quinto puesto de relumbrón en La Vuelta a España, su mejor resultado hasta la fecha, y solo por detrás del tridente de Jumbo-Visma y Juan Ayuso. Antes, logró cuatro top-10 de mucho mérito: tercero en la Flecha Valona, séptimo en la Tirreno-Adriático, quinto en la Volta a Catalunya y segundo en la Itzulia.

Con el cambio de año, y ya con sus nuevos colores, los mismos de Remco Evenepoel, genio y figura de un ciclismo basado en ir siempre al ataque, el veterano ciclista alavés vive una segunda juventud en 'la manada de lobos', apodo con el que se conoce a la estructura belga dentro del pelotón. Este martes, sin ir más lejos, en la congelada cima de Vallter 2000, Landa cruzó la meta segundo, solo por detrás de Tadej Pogacar y delante, por tanto, de Vlasov, Mas, Kuss, Uijtdebroeks y el resto de favoritos de la Volta a Catalunya.

Mikel Landa trata de recuperar el calor tras la fría ascensión a Vallter, en la segunda etapa de la Volta.Instagram: @voltacatalunya

"Estoy contento, después de un tiempo sin correr [desde la Vuelta a Algarve, a mediados de febrero] venía sin ninguna expectativa, quería encontrar sensaciones día a día y la verdad es que me he encontrado mejor de lo que esperaba", aseguró quien desde este miércoles porta el maillot de la montaña en la ronda catalana —Pogacar, líder factual, viste el jersey de la clasificación general, de mayor jerarquía—.

Landa es, además, segundo en la clasificación general después de tres etapas en Cataluña. En la jornada de este miércoles, solo un día después de imponerse al frío y la lluvia de Vallter 2000, el alavés ha vuelto a ser segundo —de nuevo tras Pogacar, dominador incontestable— después de soltar a dos kilómetros de meta a Chris Harper y a Sepp Kuss, vencedor de La Vuelta el año pasado.

"El objetivo era sacar un poco más de ventaja al que sea tercero y lo he conseguido", ha asegurado Landa a Televisión Española tras la conclusión. "Una pena que esté Pogacar y la victoria esté tan difícil. Tenía la esperanza de poderme ir con él y quizás aguantarle hasta más cerca de meta, pero desde un principio he visto que no iba a poder".

Mikel Landa, durante la última ascensión de la tercera etapa.RTVE

El Tour como gran objetivo... colectivo

En diciembre, el controvertido director del Soudal Quick-Step, Patrick Lefevere, anticipó que el equipo ficharía a Mikel Landa, por entonces en el Barhain-Victorious, para acompañar a Remco Evenepoel en el Tour de Francia, principal objetivo del 'pequeño Caníbal' esta campaña. No fue su primera opción, eso sí. Pavel Sivakov (UAE), Laurens De Plus (Ineos) o incluso Carlos Verona (Lidl-Trek) eran opciones prioritarias para la dirección de 'La manada de lobos'.

Sin embargo, llegó Landa. Y hasta el momento, no puede ir mejor. "Es la pieza que nos faltaba en el equipo", celebró el propio Remco, vigente campeón del mundo de contrarreloj y ganador de La Vuelta en 2022. Tal es la química entre ambos, vasco y flamenco, que antes de que arrancara la 103ª edición de la Volta a Catalunya, Landa, tercero en el Giro de Italia en dos ocasiones (2015 y 2022), reconoció que sus opciones estivales no pasaban por luchar por un triunfo individual en el Tour de Francia, donde ya ha sido cuarto (2017 y 2020), sexto (2019) y séptimo (2018) de la clasificación general.

"Soy consciente de mis opciones y sé que el Tour es imposible. Ayudar a Remco a ganarlo me motiva tanto como pelearlo", reconoció antes de la ronda catalana. "Me siento muy valorado en el equipo", aseguró a Relevo poco después de que concluyera la pretemporada. "Creo que puedo aportar cosas al colectivo y aportar tranquilidad y consejos a Remco en momentos clave. Es importante que nos conozcamos bien antes del Tour, porque ahí no puede fallar nada".