Paula Ostiz, la sensación del ciclismo femenino español: "Las rivales la cierran para que no esprinte"

Hace dos años largos que en el mundo del ciclismo se habla de Paula Ostiz (2007, Pamplona). Su irrupción en la categoría cadete supuso una revolución en el panorama nacional: de repente, entró en escena una corredora que no especulaba a rueda de las demás, que no esperaba a los sprints y ni siquiera a los repechos. Tremendamente superior, arrancaba donde quería y se imponía, sin concesiones. También se lucía a nivel europeo, recogiendo medallas en los Festivales Olímpicos de la Juventud; e incluso con los chicos, ya que era capaz de plantar cara a los cadetes masculinos cuando le daba la oportunidad de medirse con ellos.

Su capacidad de apabullar continuó intacta con su ascenso este invierno a la categoría juvenil. Movistar Team, que ya había detectado su talento, la invitó a su concentración de pretemporada; la montó en una Canyon, la apoyó tratando de transmitirle tranquilidad con un compromiso materializado recientemente en un contrato para convertirse en profesional en 2026. También en la Real Federación Española de Ciclismo se implicaron con su progresión, y con la de toda su generación, tratando de tecnificarla, de motivarla y de darle oportunidades para medirse con las mejores del mundo.

"Nos hemos volcado en todos los aspectos", explica Gema Pascual, seleccionadora nacional. "A nivel RFEC, hemos gozado de un apoyo total para reunir a las ciclistas en concentraciones, para llevarlas a competir en el extranjero y para rodearlas de técnicos, psicólogos…" Un trabajo que ha llegado incluso a la esfera personal de la propia Pascual, que incluyó a Ostiz y a su compañera Esmeralda Racionero en la concentración que las profesionales celebraron en Sierra Nevada allá por el mes de marzo con la vista puesta en los Juegos Olímpicos y posteriormente la ayudó a pasar diez días en la altura de Navacerrada.

A sus 17 años, Ostiz es un talento polivalente: brillante en los esfuerzos cortos tanto en el plano como cuesta arriba, capaz de rodar en solitario kilómetros y kilómetros manteniendo a raya a sus rivales. "Es una ciclista que sobresale por su capacidad de entrega", la define Pascual. "Se sacrifica en todo lo que hace, tanto entrenando como compitiendo, y a veces hay que tranquilizarla. No podemos olvidar su edad; es una adolescente, al fin y al cabo. No hay que presionarla ni depositar expectativas exageradas en ella. El camino hacia la élite es muy largo".

Las expectativas se encargan de inflarlas los resultados de la propia Ostiz. Sólo este mes se ha impuesto en la general de la Watersley Ladies Challenge, ronda neerlandesa valedera para las Copa de las Naciones, y se ha proclamado campeona de Europa de contrarreloj. También contaba con opciones francas de medalla en la línea, frustradas en parte por la falta de compañeras en la parte final (cuatro de las seis españolas se vieron eliminadas por caídas) y en parte por las tácticas de las rivales. "Se vio encerrada en el sprint final porque las rivales quisieron encerrarla para que no esprintara", revela Pascual. Acabó 6ª, sin poder dar todo lo que llevaba en las piernas. "Estaba decepcionada, pero es que no tenía por dónde lanzar el sprint".

La ocasión para resarcirse llegará esta semana en los Campeonatos del Mundo de Zúrich 2024. El martes, de buena mañana, Ostiz disputará la contrarreloj junto a otra gran promesa, Irati Aranguren; el jueves, a partir de las 10:00, se les unirán para la prueba en línea Irene Moreno, Celia Torres y Ayala Serrano. "Puedo tener opciones de medalla", confía la navarra. "Estoy en una forma física increíble; completo los entrenamientos fácilmente, y siento mucha confianza en mí misma". Su gran rival tiene nombre y apellidos: se llama Cat Ferguson, es británica… y pronto será su compañera en Movistar Team.