Un falso rumor convierte a Pogacar en el protagonista inesperado del inicio de la Volta a Catalunya

No hay duda de que Tadej Pogacar es uno de los ciclistas más especiales del mundo. El esloveno, bicampeón del Tour de Francia y vencedor, a su vez, de infinidad de etapas, clásicas y grandes vueltas, se ha convertido en una de las figuras que vertebran todo lo que sucede en torno al ciclismo actual.

Medios digitales, televisiones e infinidad de cuentas en redes sociales dedican varias publicaciones al día al corredor de UAE Team Emirates. El público, claro, lo consume. Le interesa. Y no es para menos, porque hablamos de un talento generacional, de un tipo que, gane o no —y gana mucho—, trasciende a su deporte.

En algunas ocasiones, eso sí, el entusiasmo en torno a su figura excede lo ideal. Y es entonces, solo entonces, cuando es necesario ponerle freno. Eso es exactamente lo que ha sucedido este lunes en la primera jornada de la 103ª edición de la Volta a Catalunya, prueba en la que, por cierto, el bicampeón del Tour está de estreno.

Vayamos por partes. El sábado, Pogacar fue tercero en la Milán-San Remo, primer monumento ciclista de la temporada. Un día después, el esloveno viajó junto al resto de sus compañeros del UAE Team Emirates desde la capital lombarda hasta Cataluña, donde solo un día después, el lunes, arrancaría la Volta. Hasta ahí, todo correcto.

Lo noticioso ha llegado este lunes, pocas horas antes del inicio de la primera etapa, cuando varios medios deportivos de alcance nacional han difundido, asombrados, que Pogacar había completado en bicicleta los 150 kilómetros que separan el Aeropuerto de El Prat, en Barcelona, hasta Sant Feliu de Guíxols, localidad gerundense donde partía y concluía la primera jornada de la ronda catalana.

Nada de eso, amigos. Por mucho que nos guste ensalzar sus andanzas, únicas en los tiempos que corren —sin duda dorados para el ciclismo—, Tadej Pogacar no ha ido en bicicleta desde Barcelona hasta la salida de la primera etapa. Fuentes del equipo han confirmado a Relevo que el esloveno se subió al coche del UAE Team Emirates en la terminal catalana y que desde ahí se trasladó a Mataró. Fue ahí donde Pogacar inició su entrenamiento de rodaje en bicicleta, habitual en el día previo a una jornada de competición.

Tras salir de Mataró, el bicampeón del Tour de Francia detuvo su ruta en Tossa de Mar, ya en la provincia de Girona, para almorzar y tomar un café. Poco después, retomó la marcha y continuó hasta el hotel del equipo, en Sant Feliu de Guíxols. En total, cerca de 70 kilómetros, es decir, un rodaje tranquilo que se aleja, y mucho, de los 150 kilómetros que muchos, a sabiendas o no, quieren vender como la última hazaña del esloveno.