CICLISMO

Santiago Buitrago, el señalado de Rigoberto Urán que se confirma en Andalucía

El ciclista de Bahrain Victorious, estandarte de la nueva generación colombiana, exhibe un salto de calidad en este inicio de temporada

Santiago Buitrago fue 3º en la segunda etapa de la Vuelta a Andalucía, sólo superado por Tadej Pogačar y Enric Mas. /BAHRAIN VICTORIOUS / SPRINT CYCLING
Santiago Buitrago fue 3º en la segunda etapa de la Vuelta a Andalucía, sólo superado por Tadej Pogačar y Enric Mas. BAHRAIN VICTORIOUS / SPRINT CYCLING
Fran Reyes

Fran Reyes

En vísperas de los Campeonatos de Colombia, Rigoberto Urán se descolgó en un medio local (TeleMedellín Sports) con unas declaraciones que sonaron como golpes secos en una pared. "¿Cuál es la realidad? Que no tenemos ningún ciclista bueno en Colombia, no hay nada". Él, detonante, gurú y beneficiario de la época dorada del país cafetero, se expresó con amargura. "Estos años han ido muchos ciclistas a Europa, pero no aguantan ni dos temporadas. Yo mismo he tenido la suerte de llevar a varios, y no resisten el ritmo del pelotón". Entre medias, desliza de tres nombres: "Lo último que estaba se llama Sergio Higuita, Daniel Martínez, Santiago Buitrago".

"Todo son etapas, generaciones, épocas". Con voz tranquila, sin inmutarse por ser señalado en términos positivos por un tótem ni por defender a toda una quinta de sus críticas, Santiago Buitrago (1999, Bogotá) enuncia su propia reflexión para Relevo. "El ciclismo colombiano destacó en Giro y Tour con Nairo y Rigo. De un momento a otro, empezamos a ganarlo todo; éramos los mejores escaladores. Pero esto ha cambiado, y han llegado nuevos ciclistas de otros lugares. No soy quién para apuntar a los jóvenes: todos lo intentamos, todos empujamos de la mejor manera que sabemos, todos entrenamos para ganar… Pero a veces hay gente que está por encima de nosotros, por muy bien que nos preparemos. No somos máquinas: no podemos extraer de nuestro cuerpo más de lo que tiene".

El "ritmo del pelotón" al que aludía 'Rigo' trasciende al potenciómetro. Más allá de su calidad deportiva, el auténtico reto para el ciclista latinoamericano que se desplaza a Europa para probar suerte en la élite del ciclismo es adaptarse a un cambio de sus condiciones de vida. En su país, su estatus cambia de forma dramática con dinero y fama que muchas veces no son entendidos por los interesados, ni por sus amigos, ni por su familia. En Europa, el choque cultural y la soledad suelen tornarse en una melancolía que les sumerge en una dinámica negativa.

Santiago Buitrago, antes de su entrevista con Relevo.  FRAN REYES
Santiago Buitrago, antes de su entrevista con Relevo. FRAN REYES

"Cuesta adaptarse a Europa, y más en el caso de los latinoamericanos, que somos tan apegados a la familia", reconoce Buitrago, que como sub23 llegó a Italia y ahora, profesional, reside en Andorra. "Venir aquí a competir te obliga a estar seis meses fuera de casa. Entre carrera y carrera no vuelves a un hogar, sino a un apartamento en el que vives solo, o a un hotel. Hay que enseñar a los jóvenes en Colombia que la vida aquí es dura, y que por bueno que sea tu equipo nunca nada será tan fácil como lo ves en televisión". Y hace una adenda final: "Hay mucho futuro en Colombia".

Estos días, en la Vuelta a Andalucía, Buitrago se está confirmando como un potencial estandarte para la nueva generación del país cafetero. Ya era un ciclista asentado en la élite, como demuestra un palmarés en el que brillan una etapa en el Giro d'Italia (escapado) y otra en la Vuelta a Burgos (con un poderoso sprint en la cuesta del Castillo de la capital). En el reciente Saudi Tour fue 3º, tras Ruben Guerreiro. Y el miércoles, en la preciosa etapa de montaña jienense que estrenó la ronda andaluza, fue el último ciclista capaz de seguir a Tadej Pogačar.

"Probé a irme con Tadej… y bueno, lo intentamos", ríe, y cuenta una anécdota que retrata bien la inmensa superioridad del esloveno sobre el resto del pelotón: "Íbamos ya muy fuerte y me pedía relevo. Y yo, por el esfuerzo que había hecho para llegar a su altura y porque él no bajaba el ritmo, necesitaba tiempo para coger aire. Entonces llegamos a una curva de herradura; la tomamos por el lado más duro… y ahí me apretó". Cuando los mejores están al límite, Pogačar halla un punto más. "Tuve que buscar mi propio ritmo, o hubiera explotado".

"Pero fue un bonito 'test' y lo más importante es que pude estar ahí con los mejores, que pude comprobar que año a año va mejorando", concluye Buitrago. Con menos de 60 kilos de peso, sus cualidades apuntan naturalmente a la montaña. "Me gustan mucho las subidas de media hora. Son los puertos que más hago en casa. Los finales cortos y explosivos también me suelen ir bien sin necesidad de entrenarlos demasiado". Desea ser un ciclista de grandes vueltas, con el Tour de Francia como "sueño y objetivo" que cada año ve "más cerca". Esta temporada, por lo pronto, se centrará en Giro d'Italia previo paso por Tirreno-Adriatico y Tour de los Alpes. "Entre medias quisiera irme a Colombia para entrenar, pero tal vez me quede en el Teide". Esa capacidad, la de quedarse, le diferencia de muchos que también se quedan… por el camino.