CICLISMO

El sueño de Cortina se torna en una escabechina en el pavé de Flandes: "Cuando lo ves tan cerca, sientes impotencia"

El asturiano de Movistar Team llegó al momento clave de De Ronde en cabeza de carrera para acabar siendo triste protagonista de la resolución de la prueba en favor de Mathieu Van der Poel.

Iván García Cortina, a pie, sobre el pavé en Koppenberg./Getty
Iván García Cortina, a pie, sobre el pavé en Koppenberg. Getty
Andrés G. Armero
Fran Reyes

Andrés G. Armero y Fran Reyes

Fue en el purgatorio del Paterberg que Cortina se atrevió a soñar con el cielo. En su séptima participación, el asturiano de Movistar Team lograba ser decididamente competitivo por vez primera en el Tour de Flandes, el Monumento de piedras que paraliza Bélgica, Tierra Santa para los amantes de las clásicas. Coronó el primero de los dos pasos por esa maldita colina adoquinada en segunda posición, sólo por detrás del británico Ben Turner (Ineos Grenadiers), dos ruedas por delante de un Mathieu Van der Poel (Alpecin-Deceuninck) en cuya victoria jugaría un papel decisivo… para su desgracia.

Ivan García Cortina atiente a Relevo tras el Tour de Flandes.RELEVO

Nada más coronar el Paterberg sobrevino su veloz descenso y la especulación: favoritos que se miraban, dudando sobre sus siguientes pedaladas. Iván García Cortina (1995, Llantones)aprovechó el momento para arrancar y poner tierra de por medio. Restaban más de 50 kilómetros para meta, pero la carrera llevaba dos horas lanzada y las piernas comenzaban a pesar. A sus espaldas, su compañero Oier Lazkano se fijaba a la rueda del campeón del mundo y favorito Van der Poel. Era un Movistar Team desconocido, protagonista como nunca en un escenario, las clásicas del norte, donde nunca había pasado del rol secundario.

Cortina encaró el Koppenberg con 20" de ventaja. Se trata de una de las subidas empedradas más icónicas del Tour de Flandes en particular y del ciclismo en general: 600 metros infernales a doble dígito de pendiente media, con rampas que superan el 20%. Mantener la verticalidad durante su escalada es un reto físico y técnico. Las piernas deben rebosar de fuerza para compensar lo traicionero que es el terreno; más todavía cuando, como sucedía este domingo, la lluvia castigaba a los corredores y endurecía la carrera hasta el límite de lo soportable.

A Cortina le falló la mecánica. En la retransmisión televisiva se le vio echar pie a tierra; tocar la rueda de su bicicleta. "No tenía nada de 'grip' [agarre]", lamenta en meta, conversando con Relevo. "Intentaba seguir la línea más limpia, pero el terreno patinaba 'exagerado' y no había manera. Intenté bajar la presión [de la rueda] a la desesperada, porque si no era ahí iba a ser más adelante". El grupo de favoritos se le echó encima en lo más empinado y umbrío del Koppenberg, liderado por su excompañero Matteo Jorgenson (Visma | Lease a Bike) y por el 'coco' Van der Poel. Fueron los dos únicos que pudieron esquivarle sin echar pie a tierra, sin escalar a patadas la pared de adoquín que enterró las ambiciones del asturiano y las de tantos otros.

El problema mecánico de Cortina provocó una escabechina decisiva. Del Koppenberg salió Van der Poel solo en cabeza, con unos segundos decisivos sobre un Jorgenson que fue incapaz de atraparle. Por detrás, se formaba un grupo perseguidor con seis ciclistas entre los que se encontraba el ex campeón del mundo, Mads Pedersen (Lidl-Trek), y el propio Cortina. Acabarían diseminados y rebasados por quienes se organizaron por detrás.

"Injusto o no, es lo que es", se resignaba Cortina ante el micrófono de Relevo tras cruzar la meta 26º a 2'41" de Van der Poel. "Las piernas me dijeron basta; no me quedaba ni un gramo de fuerza. Cuando lo ves tan cerca, sientes impotencia. En el Oude Kwaremont [penúltima cota del día] veía que me estaban pasando y yo no era capaz de seguir las ruedas; que todos estaban muertos, pero yo un poco más que ellos".

La experiencia para los Movistar ha sido dura. 'A veces es mejor una carrera así de bonita que un quinto puesto', reflexionamos. "Yo me quedó con el 5º puesto", responde franco Cortina. "Sin ese problema de 'grip', la carrera hubiera cambiado mucho porque hubiera pasado el Koppenberg delante, ahorrándome el calentón, y eso se hubiera notado luego". Oier Lazkano, que también hubo de echar pie a tierra en ese instante decisivo, se mostraba igualmente abatido. "Había subido el Koppenberg entrenando, pero con la fatiga es muy diferente". ¿Un aprendizaje? "Qué te voy a decir. Si resbala la rueda…"

El director telefónico Jurgen Roelandts, uno que disputó nueve veces el Tour de Flandes e incluso subió al podio en la edición de 2013 junto a dos leyendas como Fabian Cancellara y Peter Sagan, expresaba en meta el sabor agridulce de la expedición de Movistar Team. "Los chicos lo han hecho muy bien tácticamente, pero nos han faltado piernas", resumía. "Van der Poel era el más fuerte hoy, pero si Iván se hubiera podido ir con él tal vez hubiera subido al podio. Es una pequeña decepción. En cuanto a Oier, ha tenido que bajarse de la bici en el Koppenberg y eso le ha tocado un poco la moral, creo". Las cartas mostradas permiten a los 'azules' ser optimistas de cara al gran final de la temporada de pavé: la París-Roubaix del próximo domingo.