De superar un cáncer de mama a dominar la Quebrantahuesos: la bella historia de Nicolien Luijsterburg
La ciclista neerlandesa descubre esta temporada la competición de la mano del equipo de la Universitat Politècnica de València.

El ciclismo femenino es fascinante por muchas razones. Entre ellas: su rápida evolución, su modestia, y las coloridas historias cosidas en su seno, entretejidas como retales extraordinarios. Esta temporada se enhebra en el pelotón español una ciclista neerlandesa, Nicolien Luijsterburg (1981, Oosterbeek), que ha llegado a la competición de la mano del equipo de la Universitat Politècnica de València tras superar un cáncer de mama y dar un giro a su vida inspirada por su amor a la bicicleta.
La abordamos en la Puebla de Vícar, municipio de salida de la Clásica de Almería femenina. Se está preparando para disputar su primera carrera de siempre. Su sonrisa brilla unos grados más que el perenne sol del sureste peninsular. "Sí, he empezado en esto de la bici bastante tarde", explica con un punto de rubor. "Fue en la treintena que empecé a tomármela un poco más en serio". Las marchas cicloturistas, conocidas en el argot internacional como pruebas de Gran Fondo, fueron el escenario de sus primeros pinitos. "Y ahora que vivo en España quiero probar algo nuevo…"
Abogada fiscalista de profesión, se mudó a Girona hace un año y medio junto a su pareja. "En un principio, sólo por viajar. Pero me gustó tanto que, teniendo la posibilidad de trabajar en remoto, decidí instalarme aquí". En esta elección pesó una experiencia que marcó su vida. "Hace tres años, sufrí cáncer de mama. Fue un momento muy importante para mí, porque de él aprendí que debía vivir la vida a tope".
La bicicleta fue esencial para que Luijsterburg superara el golpe físico y psicológico del cáncer. "La necesitaba. Era mi forma de escapar de los malos pensamientos, de relajarme. Aunque fuera muy lenta, sentía el aire fresco y me encontraba mejor". Se retó a sí misma. "Me marqué el objetivo de participar en la Mallorca 312. Quería rendir lo mejor posible después de tanto tiempo enferma". Esa cicloturista que recorre el perímetro de la isla de Mallorca fue un punto de inflexión. "Acabé con el segundo mejor tiempo y me di cuenta de que era posible estar a un gran nivel incluso siendo relativamente mayor y viniendo de una enfermedad".
A partir de ahí, la neerlandesa se consagró a la bicicleta. Marcó el mejor tiempo en la Gran Fondo Contador de Oliva en septiembre de 2022; de la Quebrantahuesos donde voló Alejandro Valverde en junio de 2023; de la Giro d'Italia Ride Like a Pro de Tenerife en noviembre de 2023. Incluso fue campeona del mundo de su categoría hace dos años. "Soy una persona competitiva. Veía que, sacrificándome con ayuda de mi entrenador, seguía progresando. Y ahí pensé: ¿por qué no correr?"
Luijstenburg entiende que la competición es completamente diferente del cicloturismo. "Sé que estoy fuerte, pero también soy consciente de que el pelotón es mucho más grande y de que las carreras son más cortas que las Gran Fondo, lo cual no me favorece porque yo voy a más con el paso de las horas. Me puede ir muy bien o muy mal, pero creo que con la ayuda de las compañeras y técnicos de la UPV disfrutaré de la experiencia".

En la Clásica de Almería femenina, la neerlandesa mostró todos los rasgos propios del ciclista seguro de su motor e inseguro de su habilidad. Estuvo siempre cara al aire, en los primeros puestos del pelotón; sufrió en los abanicos, donde la técnica y la experiencia son capitales; se mostró cómoda cuesta arriba, donde las piernas marcan la diferencia. Un pinchazo a dos kilómetros de la cima del último puerto del día le privó de llegar a meta junto al pelotón. "He hecho 70 kilómetros con las demás, y luego una contrarreloj individual de 30", reía. Su aventura no ha hecho más que comenzar, pero su historia ya merece ser contada y admirada.