Un coche y una moto frenaron el recital de Vingegaard en Courchevel

El recital magnánimo de Jonas Vingegaard rumbo a la conquista del Tour de Francia se encontró con un enorme obstáculo a 8,4 kilómetros para la línea de meta y a falta de dos para coronar. Cuando el maillot amarillo iba lanzado en persecución de la cabeza de carrera, tuvo que verse frenado por un coche frenado en una curva muy estrecha. Quién sabe si hubiera podido llevarse el triunfo en la etapa si no hubiera chocado contra un nuevo fenómeno paranormal en una edición plagada de desdichas. Pudo perder más de 15 segundos y, sobre todo, el ritmo endemoniado que llevaba directo a la rueda de Gall.

En una curva, se averió una moto y eso obligó también al coche de carrera a frenar. Además, a su alrededor se encontraba la multitud, dispuesta a jalear al pelotón en una de las etapas reinas de la presente edición. Existía un espacio mínimo para que él y su compañero Kelderman pudieran avanzar. Se quedaron perplejos por la situación y avanzaron despacio para evitar caídas que comprometieran lo que hasta ese momento era un trabajo impecable.

Vingegaard perdió unos segundos de oro en su lucha por el triunfo de etapa, aunque tiró de piernas en persecución de Gall (el triunfador final), Simon Yates o Rafal Majka. No fue suficiente y la victoria se quedó en una trabajada fuga, que este miércoles volvió a ser de enorme nivel. El líder de la clasificación general ha perdido una de las dos posibilidades que le quedaban en carrera para ser el primero en meta, más allá de la contrarreloj individual.

Aun así, es un detalle sin importancia en relación a su nuevo golpe en la mesa rumbo a llegar de amarillo a París. Ya solo un milagro o una grave caída le privará de conquistar su segundo Tour de Francia. Un Tour plagado de espectáculo, que también se ha encontrado con ciertas circunstancias: la moto del Joux Plane que frenó el ataque de Pogacar, el coche que obstaculizó a Vingegaard rumbo a la etapa...